Kidnaped

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Romano

A los días de haberse encontrado con Bleu en el bar

-¡Vargas! ¡Estoy cansado de tus juegos! -sentí como me daban una bofetada en la mejilla y por consiguiente el ardor de ésta.

Estaba sentado en una silla, atado y con una venda tapando mi boca. El hombre que tenía delante era el estúpido de Braginski o como a mí me gustaba llamarle "El Ruso que se creía alguien"

Me quitó la venda de la boca y me cogió de los hombros acercándome a su cara. Ui, que sexual todo ¿no? Bueno, si olvidamos el hecho de que estoy secuestrado, atado a una silla y delante mío hay un ruso con la regla...sí, se podría considerar muy sexy.

-Vargas, te dejé bien claro que como te acercaras a Bleu ibas a acabar mal.

-Bueno, me gusta sentir la adrenalina en mi cuerpo, ya sabes -reí bajo y escupí al suelo, sangre- Además, ¿acaso estás enamorado de él? ¿Tienes celos?

Veamos, ¿cómo acabé aquí con este ruso?
Recapitulemos, yo estaba tranquilamente en una cafetería tomándome un buen café con mi hermano hasta que sentí un gran golpe en el estómago y todo se volvió oscuro.

Sí, eso fue lo que pasó...espera. ¿Qué le pasó a mi hermano?

-Braginski, ¿qué le habéis hecho a Feliciano?

Él rió y eso hizo que me entraran más ganas de matarle. Os juro que odiaba a este tío más que a mi antigua profesora de matemáticas.

-Pronto lo descubrirás -tras decir eso me atizó otro buen golpe en el estómago y se fue de la sala en la que estábamos.

A ver Lovino, tienes que mantener la calma y concentrarte.
Miré a mi alrededor y me mordí el labio. Había una pequeña ventana en frente mío por la cual entraban algunos rayos de sol naranjas, eso confirmaba que era de día y que estaba atardeciendo, por lo que habían pasado apenas unas tres horas aproximadamente desde que estaba con mi hermano.

Miré mis muñecas y suspiré. Estaban encadenadas a la silla con unas cadenas de metal, las cuales comenzaban a dañarme debido a la fricción. Tenían una pequeña cerradura por la que si introducías la llave se abrirían, wow Lovino, que genio eres.

Mis pies también estaban encadenados a la silla, no tenía movilidad alguna excepto la cabeza.
Bien, has escapado de esta miles de veces, puedes hacerlo.

Comencé a mover mis muñecas con movimientos suaves hasta que salieron de las cadenas, fácil. Después de todo ser delgaducho tiene algunas ventajas.

Estaba por comenzar a desencadenarme los pies cuando escuché un grito que provenía del pasillo. Espera, yo conocía ese grito, era de Feliciano.

Me apresuré en desencadenarme los pies y me acerqué a la puerta de acero. Comencé a darle golpes, me estaba empezando a poner cada vez más nervioso.

-¡Joder! ¡Esto no se abre! -me pasé la mano por el pelo y me toqué los bolsillos del pantalón, tenía que tener algo con lo que abrir esto.

Suspiré frustrado, solo tenía un mechero. Jugué con él mientras daba vueltas por la sala en la que estaba, debía encontrar una salida.

Me asomé a la pequeña ventana y miré a través de ella. Podía reconocer ese parque, estábamos cerca de la Torre Eiffel.

Miré la puerta y miré mi mechero. Podía intentar hacer palanca con él y abrir la puerta.

Introduje el mechero entre el hueco de la puerta y la pared y empecé a hacer fuerza. Me retiré el sudor de la frente y ejercí más fuerza. Oí un chasquido y la puerta se abrió.
Salí lo más rápido que pude, dando zancadas, buscando a Feliciano.

-¿Lovi?

Me paré en seco y me giré hacia donde provenía esa voz, era Feli. Tenía una pistola en la mano y algunos moretones en los brazos, además de la ropa rasgada. Miré el suelo de la sala en la que él estaba y reí negando con la cabeza, éste era mi hermano.

-¿Acaso pensabas que no sabía defenderme solo? Tú me has enseñado, hermanito mayor.

Reí y me acerqué a él. Él solo había matado a unos veinte cómplices del ruso. No estaba a mi nivel pero estaba bastante impresionado.

-Estoy muy orgulloso de ti fratello.

-Salgamos de aquí Lovi, huele a mierda.

Reí a carcajadas por su comentario y huí con él. Al salir Feli y yo nos separamos. Él se fue hacia la Torre Eiffel donde esperaría a Ludwig y Kiku y yo me escondí entre unos arbustos cerca del edificio en el que estábamos, quería confirmar algo. Además, había sido bastante fácil escapar de ahí y no había visto a Braginski desde que me había dejado maniatado.

Al cabo de unos minutos aparecieron Bleu y Braginski, pero Bleu no iba solo. Iba acompañado de un albino de ojos rojos, el jefe de la mafia Alemana, Gilbert Beilschmidt, y a su lado un hombre de tez morena y un traje lleno de brillantina se situaba, con un antifaz negro el cual dejaba ver sus ojos, uno rojo y otro verde, era El Matador.

Espera, ¿qué coño hacían esos tres juntos y qué coño planeaban con la adolescente rusa con la regla?

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HOLA, OS PIDO DISCULPAS, SÉ QUE HE TARDADO BASTANTE EN SUBIR CAPITULO, ESQUE ESTABA CON EXÁMENES FINALES. Pero por fin estoy en vacaciones y escribiré regularmente.
He intentado compensarlo con un capítulo largo, repito, he intentado.
Sé que Antonio no ha salido mucho en este capítulo pero era necesario este capítulo de "relleno"
Y por cierto, ¿os gusta el nuevo Feliciano que no es un miedica y es super valiente? Esque estoy cansada de verle siempre un débil, quiero que los Italianos sean unos hermanos fuertes y temibles.

Bueno, me despido hasta el siguiente capítulo, adiooos.

To Love or To Die {Spamano}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora