Capítulo 3 | Es él

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Otro día más. Otro maldito día más.

No sé si os habéis dado cuenta de que mi humor cada mañana es nulo. Eso no existe para mí.

Cuando llegue a clase pude vislumbrar al estúpido del otro día hablando con los que supuse que eran sus amigos. Nunca antes le había visto. Bueno, el día del incidente con mi taquilla pero me refiero a años posteriores. Quizás era nuevo.

Me pilló observándole y me sonrió de una forma picara. Aparte la mirada pero ya era tarde, con el rabillo del ojo lo vi acercarse hacia mi.

- ¡Eh! Espera, hemos empezado con mal pie. Soy un...

- Estúpido, machista, retrasado, repugnaste, imbécil, con pocos modales he de añadir.

Me quedé tan a gusto que sonreí para mis adentros.

- Yo iba a decir tonto pero eso también me sirve.

- Me alegro por ti pero no me cuentes tu vida.

Me aleje de él en dirección a la clase de inglés. Primero me llamaba hueca y ahora intentaba arreglar las cosas. Que le jodan.

Después de las clases fui a dar un paseo con mi amiga Maggie. Volví a las nueve de la noche a casa, fui a mi ventana a tomar el aire.

- Oye, estás ahí?

- ¿Qué?

- Es de mala educación contestar con otra pregunta, entonces... ¿Estás ahí?

- Sí, creo que sí.

Lo oí reírse y la verdad es que su voz me sonaba familiar.

- Siento el incidente de ayer.

- No importa. No eres la única que me ha llamado cosas no precisamente agradables estos días.

- ¿Una pelea con tu novia?

El río.

- No precisamente, es una loca de mi universidad... Bueno, en realidad no está tan loca, fue culpa mía.

- ¿Qué hiciste?

- ¿Es esto un interrogatorio?

- Tú me has hablado primero así que ahora aguantas mi interrogatorio.

Él volvió a reír. Su risa era armoniosa y agradable para el oído.

- La llame hueca.

Mi corazón se paro de repente. ¿Sería una coincidencia o sería él el estúpido que la llamo hueca ayer?

- ¿Te has muerto?

- Mmm... No, pero... ¿Cómo es la chica?

- ¿Qué?

- Que me la describas.

- Pues... No se, es muy guapa, tiene el pelo castaño con unas mechas rubias cayendo como cascadas por su pelo liso, unos ojos marrones profundos, unos labios rojos que combinan con toda ella...Unos labios que me han insultado más de lo normal. Su cuerpo es espectacular pero mmm... Creo que me he pasado con la información.

Pude sentir su sonrisa al otro lado de la ventana y la mía que aparecía inconscientemente en mis labios.

Esa era yo o bueno, coincidían algunas cosas que había dicho. Lo del cuerpo espectacular no era cierto pero mi pelo era así, mis ojos eran marrones y mis labios rojos.

- Tengo que irme chico del otro lado.

El río. Luego pude oír su ventana cerrarse. Era él.

¿Cómo podía ser tan imbécil en persona y tan adorable a través de una ventana?

ConfusiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora