Era una tarde soleada, me encontraba con mi amiga en el centro comercial hasta que de repente mi estómago dio su señal de que necesitaba darle comida, a lo lejos vi un puesto de crepas y al imaginarme comiendo una se me hizo agua la boca.
Con mi amiga nos dirigimos a ese puesto, de repente me llegó un mensaje de mi prima y mientras le respondía, la chica a mi lado me decía algo pero no le puse atención, en eso me da un codazo y al voltearla a ver me hizo una seña de que me apresurara.
Un poco malhumorada decidí pedir mi crepa hasta que mi mirada chocó con otra.
Ojos azules fue lo primero que admire, eran tan azules como el mar o como el cielo que al mirarlos podías reflejarte en ellos, nunca había visto unos ojos como aquellos.
Aquellas dos aguamarinas pertenecían a un chico que no estaba nada mal, era de tez morena claro, con una sonrisa muy bonita para ser sinceros, su cabello se encontraba corto y de color castaño. Era demasiado lindo, y al escuchar su voz me quede atónita ya que era tan melodiosa.
Rápidamente regrese a la tierra y recordé el motivo por el cual me encontraba allí gracias a que mi estómago volvió a exigir comida ya que el olor era delicioso.
Pedí mi crepa y mientras la preparaba me preguntó si me gustaba leer, le dije que sí y me respondió que igual a él le gustaba, le dio una mirada al libro que traía en mi bolso y añadió que era su favorito, sorprendida le comente que también era el mío y que lo estaba leyendo por cuarta vez, el se comenzó a reír y juro que en ese momento solo eramos él y yo.
Al parecer no soy el único que lee varias veces el mismo libro.
Yo comencé a reírme también, cuando regrese mi vista a él, me miraba como nadie me había visto jamás, era una mirada dulce y podía reflejarme en sus ojos, de repente sentí algo en mi que florecía, era un sentimiento raro pero lo más raro aún es que era provocado por un extraño.
Me entregó mi crepa y me preguntó mi nombre, sin embargo, cuando estaba por decírselo...
Desperté.
Abrí mis ojos y me di cuenta que no estaba en un centro comercial, menos en un puesto de crepas y tampoco había tal chico con aguamarinas de ojos.
Mi corazón latía demasiado rápido, sentía un cosquilleo y cuando recordé el por que me encontraba de esa forma una sonrisa se extendió en mi rostro, pero lentamente se borró porque solo fue un sueño.
No se porque soñé algo así, porque soñé con una persona que no he visto nunca y lo peor es que ni siquiera tuve tiempo de preguntarle su nombre.
Cada vez que cierro los ojos solo veo una sonrisa que me provoca miles de emociones, una mirada profunda y azulada, lo veo a él.
Al parecer me quede sin chico y.... Sin crepa.
~Karyme Azmitia~
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Susurros del Alma
Short StoryLas palabras son eternas. Un lápiz y un papel son lo único que necesito para plasmarlas. Pensamientos y sentimientos. Palabras que nacen de mi corazón, destinadas a compartirlas.