Todas las tardes salgo a correr y siempre paso por esa academia, ya se ha hecho costumbre admirar a aquella chica que pone toda su pasión al bailar. Se ve tan delicada, tan hermosa, tiene un cabello que se mueve al compás de la música y sus movimientos, sus ojos tienen un brillo muy peculiar, su tez no es blanca ni muy morena, pero lo que más me gusta de ella es su sonrisa que a pesar de que no le salgan bien los pasos ella lo vuelve a intentar.
Un día de lluvia ella salió corriendo para no empaparse dejando caer una pequeña libreta, en seguida la recogí y la seguí para devolvérsela. Entró a una cafetería así que como pude traté de secarme un poco pero cuando quise entrar choque con alguien haciendo que la bebida que llevaba cayera en mí.
Cuando levanté mi mirada, la vi. De cerca es mucho más hermosa, sus ojos color avellana seguían teniendo aquel brillo que tanto me gusta pero a la vez se veían preocupados. Comenzó a disculparse pero yo le dije que no se preocupara que fue un accidente, rápidamente saqué la libreta preguntándole si era suyo; una sonrisa se extendió en su rostro y asintió.
Se la devolví, me despedí y cuando estaba por irme ella me detuvo preguntándome si quería acompañarla a tomar algo, con el corazón latiendome de prisa yo acepté.
Cuando ya estábamos sentados nos presentamos, platicamos sobre lo que nos gusta hacer y fue allí donde cada vez me enamoraba mas de esa bailarina ya que su manera de expresarse es tan asombrosa como si todo fuera maravilloso, ella me daba una paz que no había tenido por años.
Ese fue el primer encuentro que tuve con aquella chica que solía mirar cada tarde cuando salía a correr, ya no solo la veo de lejos sino que a veces me acompaña a correr, la voy a ver a sus prácticas y recitales, salimos a comer o a pasar el rato, el tiempo ayudó a fortalecer mis sentimientos y los de ella, cada día que paso a su lado no es suficiente ya que tener su compañía me hace sentir protegido.
Una noche mientras cenábamos a la luz de las estrellas le confese todos mis sentimientos, ella sonreía sonrojada y con el brillo en sus ojos que combinaba con el cielo, hasta que solo se río y me dijo:
-- ¿Que esperas para hacerme la pregunta que tanto quieres hacer?
Yo me reí por los nervios y sabía perfectamente a que pregunta se refería.
-- Angie, ¿quieres ser la novia de este torpe pero enamorado chico?
-- Claro que si Rodri, ¿por qué te tardaste tanto?
Después de decirme eso se acercó a mi y me dio un dulce y tierno beso.
~Karyme Azmitia~
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Susurros del Alma
Historia CortaLas palabras son eternas. Un lápiz y un papel son lo único que necesito para plasmarlas. Pensamientos y sentimientos. Palabras que nacen de mi corazón, destinadas a compartirlas.