En su historia yo soy el malo, el que jugó con sus sentimientos, el que no le importaba nada, el que pedía oportunidades para volver a herirla.
Sí, hice todo eso pero tengo mis razones. No jugué con sus sentimientos porque en verdad la quería, la sigo queriendo pero era necesario dejarla ir.
Cuando la conocí admiraba su inteligencia, su pasión al hacer las cosas, la forma en que trataba a los demás, la sonrisa que siempre portaba aunque no estuviera teniendo un buen día, su perseverancia. Ella era/es maravillosa y si me hicieran la pregunta de ¿qué cambiaría en ella? Mi respuesta sería un simple: Nada. Porque aún con sus defectos me parece una persona increíble.
Quizás empecé con el pie izquierdo cuando la conocí, me gustaba y mucho pero yo tenía novia, aún así le coquetee muchas veces hasta que se enteró de mi relación, fue ahí donde me puso un alto. Es comprensible, sin embargo no podía sacarmela de la cabeza, sabía que no era la mejor persona, me consideraban mujeriego, un idiota, un patán y otros terribles adjetivos.
Cuando estaba soltero, me propuse conquistarla y luego de un tiempo me dio una oportunidad. Estaba decidido a dar lo mejor de mí, a ser mejor persona, a quererla y respetarla; estaba decidido a cambiar.
Pero después de un tiempo no pude. Era como si estuviera destinado a fracasar siempre, como si estuviera defectuoso y por eso no podía ser feliz.
En verdad deseaba estar con ella, tener nuevas experiencias, presumirle al mundo que me había ganado la lotería al encontrarla, aprender cada día de ella, quería amarla y cuidarla; admito que me enamoré perdidamente.
Pero no la merecía.
Estaba arruinado, ella no merecía a alguien como yo, sabía que solo le traería tristeza y dolor, no quería desaparecer esa genuina sonrisa ni quebrantar su espíritu, no quería arruinarla.
La dejé ir varias veces pero mi tonto corazón no me permitía alejarme por mucho tiempo, ella siempre me perdonaba hasta que un día con todo el dolor de mi alma definitivamente me alejé.
Los días siguientes cuando la miraba me daba cuenta que ella de momentos me buscaba con la mirada, a veces se notaba que estaba triste y mis ganas de ir a abrazarla aumentaban pero me contenía y actuaba frío como si no me importará.
Una mañana desde el último piso del edificio donde estudiábamos la vi salir con sus amigos, ella reía a carcajadas, se veía contenta disfrutando, mientras yo la veía alejarse. Una lágrima se me escapó, de repente ella subió la mirada a donde estaba, me sonrió y siguió con su camino.
Desde la distancia aplaudo sus logros, me hace sentir orgulloso y cada día me sorprende más, nunca se rinde y es feliz, eso es lo que más me importa.
La extraño pero sé que es lo mejor, ella merece un universo entero y yo no era el indicado para darselo.
Por todas esas razones rompí su corazón, me arrepiento por haber dejado que ella me quisiera, desde un principio debí haber mantenido mi distancia, espero algun día me perdone y que sepa que en verdad me importaba.
Si ella es feliz, yo también lo soy; aunque no sea a mi lado.
~Karyme Azmitia~
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Susurros del Alma
Historia CortaLas palabras son eternas. Un lápiz y un papel son lo único que necesito para plasmarlas. Pensamientos y sentimientos. Palabras que nacen de mi corazón, destinadas a compartirlas.