Capitulo 7

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—Puede que si, pero no me arriesgaría a probar. —dijo él sonriendo de manera coqueta.— Por otro lado, es muy tarde para que princesas delicadas como usted caminen solas en la noche...La acompañaré hacia su castillo.

Marinette lo miró, alzando una ceja, para luego sonreír y seguir caminando.

—No te preocupes, sé como caminar por mi cuenta. Muchas gracias —dijo ella, pasando por delante de Chat Noir. Él sonrió también, y la siguió.

—Te acompañaré de todas formas, princesa.

Ella asintió y siguió como si nada. Un silencio reinaba entre ellos, y no era incómodo, pues ambos lo disfrutaban. Sin embargo Marinette decidió romperlo, preguntándole cómo le había ido en la batalla del día, contra Lady Latte.

—Fue genial. Obviamente, este fuerte y valiente héroe ganó —respondió él, mostrando sus músculos, tal como lo había hecho en su primer encuentro. Marinette no pudo evitar reírse disimuladamente cuando lo recordó. De pronto, Chat Noir volvió a su postura normal y siguió caminando.

—Aunque debo admitir que el Gran Chat Noir no podría haberlo hecho sin tu ayuda... gracias.

Ella lo miró sorprendida. El chico le sonreía sinceramente, contagiando su expresión a la chica.

—No hay de qué, Chat Noir...—y dudó en decir en voz alta las siguientes palabras.— ...es mi trabajo como tu otra Ladybug...supongo.

Ahora era el héroe quien la miraba con sorpresa, para luego sonreír maliciosamente y acercarse, demasiado para el gusto de Marinette.

—Sabía que te gustaría serlo. Este gato siempre tiene la razón. —Marinette lo empujó entre risas.

—No te emociones Chat Noir, fue solo por hoy.

—Puede ser —dijo él, volviendo a caminar a cierta distancia — pero siempre creí que, si Ladybug no estuviera aquí, tú serias la mejor para ocupar su puesto.

No sabía muy bien por qué, pero aquellas palabras la hicieron sentir feliz. Más allá del hecho de que ella ERA Ladybug, le gustó pensar en que Chat Noir, su fiel compañero, confiaba en ambas partes de su persona. A pesar de todo, no era un mal chico.

—Por cierto —dijo de pronto Chat Noir, haciendo sobresaltar a la chica— , antes de que Lady Latte me haya derribado, tú tendrías que haberte puesto a salvo, Marinette. ¿Por qué no lo hiciste?

Y ella se quedó sin palabras. No sabía qué contestar. No podía decirle que era porque había querido transformarse cerca y no podía, o que no había querido alejarse de allí por deseo propio. Aún no era tiempo para revelar lo primero, y lo segundo sólo la haría ver como una demente. Entonces respondió con lo primero que le vino a la mente.

—Es que... estaba algo preocupada en cuanto vi que te lanzabas contra ella. ¿Qué pasaría si nos quedáramos sin el mejor héroe de Paris?

Esa respuesta, inconscientemente, hizo sonreír al chico. ¿Quién pensaría que alguien se preocuparía por aquél gato torpe?

—Bueno...en el caso de que yo no estuviera, estoy seguro de que mi Otra Ladybug lucharía con aquellos akumatizados y salvaría el día.

"Como si ya no lo estuviera haciendo" pensó Marinette entre leves risas. Y de pronto, la imagen de Lady Latte apareció en su mente, seguidas de otras versiones akumatizadas de sus amigos.

—Chat Noir... —llamó de pronto.

—¿Si?

—Todas las personas que han sido poseídas por una mariposa negra, luego de que vuelvan a la normalidad... ¿Pueden recordar algo de lo que habían hecho mientras eran malvados?—preguntó. Chat Noir, antes de contestar, pensó unos segundos.

Hasta que se den CuentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora