1: Maldito entre todas las mujeres

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Norte de Ninnock 1963


          Este era mi cuento para dormir, es la historia tal cual me la contaron. Las pisadas de Mariethe Bloodie, mi madre, resonaban a lo largo del bosque de las brujas mientras que las pequeñas gotas de lluvia seguían cayendo encima de su capucha, los jadeos y el humo que estos provocaban hacían que mi madre pudiera notar su temperatura corporal cada vez más, su emoción era inmensa al igual que sus nervios, acababa de saquear una de las tumbas más recientes del cementerio de Edwalls y había arrebatado el corazón del cuerpo de aquel hombre sin vida, ¿podía seguir siendo aún un cuerpo muerto un hombre o una mujer?, una pregunta que daba vueltas en su cabeza, los cabellos castaños oscuros en el rostro se atravesaban cada vez más en el camino. Desaceleró su paso y se detuvo frente a la mansión Bloodie, admirando su inmensidad, siguió caminando alrededor de la mansión hasta llegar a la parte trasera donde por fin pudo pronunciar las palabras:

          — Diamante derretido en sangre, bruja derramando sangre, las aves aturdían con sus cantares y a escondidas pudimos ver hervir a sus padres.

          El suelo comenzó a dividirse creando un agujero lo suficientemente grande como para que una mujer robusta lo atravesara, eso hizo mi madre, saltó al agujero en la tierra mientras este se sellaba detrás de ella dejándola en la inexistencia.

          — Pensé que nunca llegarías Marie. — escuchó decir a Hebola, mi abuela.

          — ¿Acaso saqueaste la tumba de un zombie? — dijo la hermana melliza de mi madre, Clarence, soltando una de sus típicas risitas al final. Ellas no se parecían a la otra en nada físicamente, Clarence era rubia.

          — Las dos saben que nunca me he llevado muy bien con los muertos, además. — sacudió su melena. — la caja torácica de los hombres parece ser más fuerte. — mi madre le extendió a su falsa progenitora la bolsa con el corazón dentro.

          — Sigo pensando que esto es una locura, ¿un brujo?, eso nunca se vio en nuestros tiempos Hebola. — soltó la hermana de mi abuela y tía de mi madre, Agatha Bloodie, la primera. — además, ni siquiera sabemos si va a funcionar.

          — Si funcionará Agatha, Mariethe quiere un niño y con nuestra ayuda lo va a conseguir. — habló mirándolas a todas, junto a ellas cuatro estaba también Agatha II, hija de Agatha Bloodie.

          — No entiendo por qué siempre quieres resaltar Mariethe, siempre tienes que llamar la atención. — Agatha II siempre estuvo llena de celos, toda la atención se dirigía constantemente hacia sus primas, Mariethe y Clarence, no pudo evitar llenarse de odio cuando Mariethe fue nombrada la actual bruja de la familia obteniendo la esfera del futuro y destino. Agatha II luego de ser ignorada y recibir una mirada de decepción de su madre salió de la habitación subterránea completamente furiosa.

          Luego de la salida de Agatha II ninguna volvió a hablar, ya mi abuela tenía toda la mezcla preparada, solo faltaban los dos ingredientes fundamentales, el corazón del cadáver de una doncella y una flor hermosa encontrada en el bosque, esta vez habían hecho un ligero cambio a la mezcla, esta vez estaban utilizando el corazón de un caballero, mi abuela agregó la flor a la mezcla y seguidamente arrojó el corazón al caldero dejando lista la mezcla para un bebé perfecto.

          — Es hora de que le des la vida a tu hijo Mariethe. — le dijo Hebola a mi madre, quien cerró sus ojos dejando escapar un suspiro.

          — De la belleza de la flor y el silencio de la luna, de la muerte de un corazón y la vida de la lluvia, las brujas marcan su honor y a sus hijos dan la vida, hoy nace otra generación de brujas genuinas, hoy le doy la vida al brujo Marcus Bloodie, nieto de Hebola Bloodie e hijo de Mariethe Bloodie.

Sangre y diamantes: El primer brujoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora