Edwalls - Ninnock 1980
No me disfracé, no realmente. Chloe volvió a hacer el intento de convencerme para que me disfrazara de colegiala, según entendí su idea estaba inspirada por uno de los videos musicales de su banda favorita, deseché por completo la posibilidad nuevamente, había vivido con mujeres toda mi vida, con demasiadas mujeres, así que entendía muy bien por lo que tenía que pasar cada mujer al vestirse con medias ajustadas y faldas cortas, me refiero a cada mujer que se vestía de esa manera, no necesitaba vivirlo en carne propia. Me coloqué mis prendas más oscuras, incluyendo un chal que había tejido mi tía Clarence con sus propias manos, me lo había regalado en mi cumpleaños anterior, lo había tenido empolvándose en el armario, tenía varias piedritas brillantes pegadas entre las costuras, eran como pequeñas estrellas que bailaban cada vez que me movía, me pareció la prenda adecuada para la noche de mi cumpleaños, me puse mi par de guantes negros nuevos y con magia hice aparecer un sombrero cliché de bruja sobre mi cabeza. Disfraz completo.
— ¿Cuándo vas a alistarte Marcus?, ya es hora de que salgan. — mi madre estaba sentada en el mueble de la sala, casi toda la familia estaba allí, solo faltaban Clarence y Gael. Agatha II estaba fuera de la casa como ya se había vuelto costumbre.
— Ya estoy listo, estoy disfrazado de bruja. — todas me miraron, Martha soltó una carcajada.
— Gracias por usar en uno por ciento de tu potencial Marcus. — Chloe seguía amargada, mi abuela volvió a fijar su vista en el libro que tenía entre las manos.
— Martha cariño, ¿no irás a la fiesta? — nuestra madre era bastante soñadora si creía que Martha celebraría mi cumpleaños, solo celebraba mi cumpleaños cuando estaba en una serenata inducida por la obligación.
— Serán solo niñatos, no tengo ganas. — se levantó y se fue a su habitación, tal vez mi madre las tenía a todas esperando en la sala para ver mi disfraz, se llevó una decepción, estoy seguro.
Mi tía Clarence apareció con Gael detrás, solté un jadeo, escuché varios sonidos de impresión de las mujeres que estaban en la sala. —"¿Qué les parece?" — preguntó Clarence, supuse que se refería al vestuario, Gael se había disfrazado del rey del rock-n-roll, vaya que era una excelente opción, muy acertada, su copete natural lo hacía adaptarse al personaje, su torpeza unida a la cara dormilona parecían complementar el vestuario, el gran Elvis Presley. Mi ahora nuevo amigo había nacido para resaltar de buena manera, ahora que veía muchas cosas sobre él que antes ignoraba podía darme cuenta de que tenía muchas cosas en común con Harry, lo primordial era el color de ojos, ese color verde que me hacía sentir perdido en un bosque de chispas y sustancias químicas, no tenían exactamente el mismo color de ojos, los de Gael eran más jade que esmeralda, la diferencia era minúscula, otra cosa era la sonrisa que parecía nunca desaparecer de sus rostros, eran igualmente amables, como si le debieran algo al mundo, como si su deber fuese estar alegres cuando los demás se mantenían envueltos en cólera.
Salimos los cuatro de la casa, caminar hasta la parada de buses de noche era divertido para mí, todo estaba oscuro y la decadencia de autos ruidosos hacia resaltar el roce de las hojas de los árboles, me abracé a mí mismo por el frío que sentía, vivíamos en el bosque, no tan adentrado en él como me gustaría realmente, máximo un kilómetro de distancia desde la parada de buses, eso es lo que teníamos que caminar para tomar el bus que nos hacía llegar al pueblo. La parada era bastante vieja y ordinaria, solo había una pequeña banca en la que cabían dos personas muy delgadas, me abstuve de sentarme al igual que Chloe, Priscila y Gael se sentaron, juntos se inmiscuyeron en una conversación a la cual no presté atención, estaba distraído mirando las estrellas, pensando en si ellas estarían distraídas viéndome a mí.
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Sangre y diamantes: El primer brujo
Fantasy"Exhalaba el humo y seguía admirando la belleza de la naturaleza, ¿por qué tenía que ser prohibida para mí?, ¿por qué yo tenía que ser una máquina de destrucción total?". A sus dieciséis años Marcus Bloodie, el primer brujo de toda la hist...