Duerme bien

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Esa mirada hacia que su corazón dejará de latir, y no precisamente por amor, si no por terror.

Que ingenua al creer que Vegeta por fin había cambiado, pero verlo con esa mirada fría, su sonrisa de maldad y asesinando a todas esas personas, la hacía querer hundirse en un pozo.Todo fue tan rápido que sólo sintió como Yamcha la protegía para que aquella ráfaga que Vegeta había lanzado no impactara contra ellos.

¿Por qué? Era lo único que se preguntaba.

De la nada, ellos desaparecieron y no solo se marcharon, aquel hombre con quien ya tenía un hijo desde hacía ocho años, el que se volvió su compañero y su amante, dejó un profundo hueco en su corazón.

Luego de algunos minutos, tal vez horas, emprendieron la búsqueda de las esferas del dragón que, como en otras ocasiones fue toda una aventura. Además de que el pervertido de Roshi siempre buscaba una pequeña y mínima oportunidad como había sucedido con 18, quien cargaba a su pequeña hija Maron y preguntándose por Krilin.

Ahora se encontraban en el templo de Kamisama, y la angustia aún estaba presente

¿Dónde estaba su hijo y su esposo?

Por un momento se sintió egoísta, pues Milk también estaba preocupada por sus hijos. Goten y Trunks eran tan pequeños.

¿Qué habrá pasado con Vegeta?

La respuesta llegó con Goku, Vegeta estaba muerto.

Su corazón dejó de latir y su respiración se detuvo, el picor en sus ojos llegó inmediatamente y las lágrimas no tardaron en salir.

—Vegeta —dijo su nombre en un leve susurro —¡¿POR QUÉ?! ¡¿POR QUÉ?! —sentía que el alma se le hacía pedazos, ahogada en sus gritos, Yamcha intentaba calmarla. —¡NO! ¡AAHH! ¡NO!

Al igual que en sus sueños, o mejor dicho sus pesadillas, de sus ojos salían lágrimas empapando la almohada. Aún podía sentir el dolor y desesperación de aquel día.

—Vegeta... —susurró su nombre para no ser escuchada. Otra respiración chocó contra su cara, era la de Vegeta.

Por supuesto, cuando el pidió los deseos a Shenglong, para sorpresa de todos, también revivió y al escuchar su voz casi daba brincos de felicidad, pero lo más importante era que la esperanza resurgió y con más fuerza.

Aún se sentía dormida y para comprobar que quien dormía a su lado era realmente el, le tocó la nariz. Él empezó a fruncir el ceño y una vena se marcó en su frente. De manera lenta y soñolienta, Vegeta abrió los ojos. Bulma intentó hacerse la dormida, pero ya era tarde.

No era la primera vez que Bulma despertaba a mitad de la noche a causa de sus pesadillas, siempre Vegeta despertaba y él solo la miraba por un momento y después le decía Duérmete. A veces incluso le daba la espalda.

Ambos se miraban y para sorpresa de Bulma, Vegeta la tomó de los hombros y se acercó a ella para besarle la frente, y después acercarla a su pecho, protegiéndola con sus grandes y cálidos brazos.

—Duerme bien —fue lo único que dijo para cerrar los ojos y relajar su respiración. Bulma estaba aún sin reaccionar, era la primera vez que hacía algo como aquello. Sonrió y colocó una de sus manos alrededor del cuello de su hombre y la otra en su pecho. Alzó un poco la cabeza y le dió un beso en la barbilla.

—¿Vegeta? —él no abrió los ojos, solo apretó un poco sus hombros para hacerle saber que seguía despierto. —No vuelvas a morir —él solo sonrió y ella durmió plácidamente sabiendo que aquel hombre malvado no volvería a dejarse llevar por el poder.

Al menos no cuando le entregara en brazos a su pequeña hija.

Simplemente Por Ti 》Vegeta y Bulma《Donde viven las historias. Descúbrelo ahora