"Tan cerca"

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Dan observó el techo con detenimiento, sus labios sellados en una fina línea y su ceño fruncido. Luego giró en su cama para notar la ventana cerrada, haces de luz escapando por entre las rendijas de la persiana.

Su expresión entonces cambió, pero su mente aún no había dejado de ser un revoltijo de ideas y preocupaciones. ¿Desde cuando estaba así? No lo sabía; todo había sucedido tan lentamente que no lo había visto venir. Cierta idea fue siendo inducida dentro de sus pensamientos de forma sutil, logrando que todo se volviera borroso y que su estómago ardiera cada vez más.

Y no, no era el hecho de ser bisexual lo que lo preocupaba tanto. Por que hay que admitir que al principio había sido difícil de entender y difícil de aceptar, pero por fin había llegado a términos consigo mismo y su sexualidad era algo de lo que podría estar orgulloso.

Pero la clave allí es ese "podría". Podría sentirse bien contándole a todo el mundo si no fuera por él. Phil; su mejor amigo, la persona más maravillosa a la que jamás había conocido. Él era tanto su confidente como su compañero en todo sentido de la vida. Menos, tal vez, en sentido... romántico.

Porque sí, se podría decir que ambos estaban tan cerca el uno del otro que fácilmente serían confundidos con una pareja; sacando la parte del sexo, claro. Pero eso era lo de menos. Dan no sentía esa desesperación tan fuerte que lo había carcomido cuando era más joven, sus hormonas se habían tranquilizado de cierta forma.

Era el hecho de no poder abrazar a Phil lo que en verdad lo corroía... El no poder tomar su mano, o simplemente no poder besarlo... Eso lo mataba. Para peor, se había encontrado a sí mismo soñando despierto varias veces. Se imaginaba a Phil declarándose, o se los imaginaba anunciándole al mundo que por fin estaban juntos. Y no eran sueños que terminaran ni bien ni mal; simplemente le dejaban un gusto amargo en la boca y un sentimiento de vacío en el estómago.

En un principio, cuando lo único que podía ver era la belleza del chico de youtube, había tenido la desesperación de robarse el corazón de Phil aunque le costara a ambos perder todas las demás amistades; pero luego llegó a la conclusión de que, aunque el chico realmente valiera la pena, no podía hacerle eso a él. Cuando reconoció su error, notó que era un poco tarde para retractarse, y eso en verdad lo trancó. Por bastante tiempo negó todo, estaba confundido y asustado por haber causado un daño que parecía imposible de reparar.

Trató, entonces, de alejarse de Phil, de dejarle su espacio para que pudiera reconciliarse con todo el mundo y para que, si lo que necesitaba era dejarlo a él de lado, lo hiciera. No fue exactamente sorprendente, pero tampoco se esperaba que su amigo terminara por acercarse incluso más. De alguna manera Phil notó el espacio que Dan había puesto entre ellos y lo redujo. Su humor pareció mejorar y todo el tiempo se lo pasaba bromeando junto con él, creando chistes internos que parecían repeler a todo aquél que no perteneciera dentro de su amistad.

Esto causó que Dan se sintiera tan cerca del chico que ya nada importaba. Su corazón se calentaba cuando Phil le hablaba y su confianza crecía a pasos agigantados. Por mucho tiempo le siguió la corriente a Phil mientras su vínculo se afianzaba cada vez más, como las raíces de un árbol cavando su camino bajo tierra. Su corazón de a poco fue cayendo, pieza por pieza, dentro de las manos de su amigo.

Sentía que una vulnerabilidad pasiva, cálida y extraordinariamente reconfortante lo abrazaba cada vez que Phil lo veía, permitiéndole confiar en él plenamente. Mientras estaban juntos la simpatía se intensificaba dentro del pecho de Dan, de forma que la dependencia hacia su amigo comenzaba a volverse visiblemente insana. De todas formas no se sentía así, Dan parecía caminar sobre nubes cada vez que Phil le hablaba.

Entonces comenzó a necesitar a Phil de formas que jamás había necesitado a nadie. Su estómago rugía y sus entrañas tronaban, su mente se centraba muy poco y las palabras quedaban a medio decir dentro de su boca. Tenía miedo de perder a Phil, y junto con esto vinieron los celos. El simple hecho de "compartir" a Phil le producía un sentimiento indescriptiblemente horrendo a la boca del estómago, y por lo tanto tenía la recurrente pesadilla de que Phil encontraría una chica de la que enamorarse, tirando abajo todo su mundo.

Con el tiempo estos sentimientos de avaricia y celos fueron esfumándose, pero nunca desaparecieron. Aún así, Phil continuaba siendo su mejor amigo y le costaba sacar los ojos de él. No podía creer lo hermoso que era el chico y lo feliz que lo hacía, simplemente no lo podía digerir todo junto, o su estómago explotaría.

Y entonces notó que sus pensamientos llegaron al presente y volvió a enfocar sus ojos en la persiana cerrada, pequeños hilos de luz dorada escapando por entre los agujeros. La cortina protegía sus ojos pero a la vez lo privaba de ver lo hermoso que era el afuera. ¿Debería abrirla?

Su estómago rugió en desacuerdo, parecía no haber encontrado graciosa la metáfora. Pero, ¿qué tenía para perder? ¿Su amistad? Claramente no, su vínculo ya era demasiado fuerte como para romperse por algo de esta magnitud. ¿Su cabeza? No; era más probable que se volviera loco por guardarse todo esto que porque Phil lo rechazara. ¿Su corazón? Sí, probablemente este se rompiera en mil pedazos luego de implosionar repetidas veces.

Fue en ese instante que Dan cerró los ojos fuertemente, su estómago temblaba por nervios y su corazón gritaba. Pero entonces pensó en un último factor y todo pareció calmarse. ¿Qué cosa no daría por Phil? ¿Qué importaba si perdía incluso su alma, cuando tenía la posibilidad de ganar al mejor chico que jamás había existido?

Como si actuaran por si solas, sus piernas se movieron y cuando pudo reaccionar, se encontraba en la cocina. Phil había estado preparándose un café, ya que no tenía nada planeado para la tarde. Como Dan parecía haberse dormido y ver anime sólo le parecía bastante aburrido, pensaba echarse en el sillón a vagar por los confines de Tweeter. Pero su plan se vio interrumpido de repente cuando el chico apareció en la puerta de la cocina.

-Ah, hola Dan. Me estaba haciendo una chocolatada, ¿quieres algo?

Las palabras de Phil retumbaron vacías en los oídos del chico, estaba demasiado centrado en sus pensamientos como para responder. Su corazón latía fuertemente y por lo tanto decidió acercarse. Phil entonces notó que sucedía algo, ya que su amigo había decidido ignorar el hecho de que la mayoría de los gabinetes estaban abiertos.

-¿Estás bien? -preguntó cuando Dan llegó a su lado. Este apoyó ambas manos en la encimera como si estuviera mareado y necesitara algo de lo que agarrarse. Sin mirar a Phil, habló:

-¿Puedes abrazarme?

El pelinegro sintió una repentina puntada de ternura mezclada con preocupación, pero no se quejó. Prácticamente obligó a Dan a girar hacia él y rodeó su cuello con ambos brazos. Lo abrazó fuertemente sin dejar nunca de sonreír. Últimamente se sentía tan feliz... Pero aún así faltaba algo. Su vida parecía estar llegando al climax, pero faltaba esa última gota que completara el vaso; faltaba la última chispa de felicidad.

Entonces notó como Dan hablaba, causando que su hombro hormigueara.

-Phil, -dijo suavemente mientras se separaba. Su rostro demostraba vergüenza y a la vez inseguridad.- ¿Puedo... besarte? -pronunció por fin.

El ojiazul pareció de repente comenzar a sufrir de taquicardia. Su corazón aceleró el paso y sintió que si no fuera tan pálido, su rostro se hubiera puesto rojo como un tomate. ¿Se supone que tenía que decir algo? ¡Claro que quería besar a Dan!

Entonces su amigo notó su nerviosismo y sonrío.

-Está bien si no quieres, -Phil trató de cortarlo pero las palabras no salían- con un abrazo me conformo... -continuaba Dan, fingiendo que todo estaba bien mientras sentía que su corazón rápidamente caía en un vórtice de oscuridad.

¡Mierda! gritó Phil en su mente, para luego tomar la mano del otro chico con desesperación. Esto obligó a Dan a verlo a los ojos y Phil notó lo hermosa que era la mirada café del castaño. Por última vez, trató de decir algún comentario tranquilizador como: "Claro que puedes besarme", pero la manera en la que Dan lo miró lo dejó sin aliento.

El momento fue eterno para los dos, Phil comenzó a acercarse lentamente a la vez que Dan cambiaba la vista de los celestes ojos de su amigo a sus labios. Ninguno podía creer que esto en verdad estuviese pasando; había sido un sueño inalcanzable y lejano para ambos por tanto tiempo, cuando en realidad siempre habían estado tan cerca...

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Cuando quiero puedo ser tan cursi... Aún así, espero que les haya gustado :)

¡Si les vienen gustando mis One Shots por favor pongan me gusta y comenten!

Nos leemos luego, 

-.-Killu-.-

Dan & Phil One-Shots (en español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora