"Lluvia y café"

683 75 21
                                    

Sostuvo su taza de chocolatada entre ambas manos, observando la ventana con cierta fascinación.

Afuera llovía, ocasionales relámpagos iluminando el cielo, truenos haciendo vibrar el cristal. Aún así, la luminosidad lograba obligar a sus ojos a cerrarse ligeramente; era un día extraño, pensó Dan, un día fuera de lo común.

Volvió a bajar la mirada y notó que su taza ya no dejaba fluir el característico humo de una bebida caliente. Estiró las piernas y notó que su espalda se tenzaba, ¿Hace cuanto estaba así, sin moverse, observando el afuera perdido en sus pensamientos?

Miró al rededor y notó, para su sorpresa, que se encontraba en público. Había olvidado que había ido a tomar un café allí. Había olvidado, además, que lo que había pedido no era chocolatada sino café.

Últimamente, le pasaba seguido.

Observó su mochila a la vez que buscaba sus cosas. Al visualizar un viejo cuaderno lo sacó, junto con su cartuchera y sus lápices.

Se apresuró a pasar las páginas, sin prestar atención alguna a sus antiguos garabatos. Hacía días que no sentía este tipo de chispa volver a inspirarlo y, aunque antes siempre se hubo concentrado en el cuerpo humano, esta vez comenzó a trazar líneas distintas, líneas que lentamente fueron conformando la ventana a su costado y su vista de la ruidosa ciudad.

Al terminar, poco tiempo después, observó su obra con el ceño fruncido. No le gustaba, era obvio que no era su estilo.

Los trazos se veían toscos, desprolijos, llenos de ira, y los detalles simplemente no eran detalles. Había enfatizado demasiado lo que debía ser sutil, había transformado a la obra en algo bruto, algo demasiado fuerte comparado con la realidad.

Bufó, tragando el grito que quería dejar escapar. Entonces sacó la goma y se dispuso a borrar todo con ira. Odiaba esto. Odiaba estar solo.

Pero, cuando estaba a punto de descargar su rabia en el papel y arruinar por completo su dibujo, sintió una tímida voz a su lado.

-¿Señor?

Dan saltó en el lugar, dejando caer la goma de borrar sobre la mesa.

-Ahh... lo siento, no quería asustarlo. -murmuró el chico y pareció retener una sonrisa.

El castaño solo lo observó, perdido en sus brillantes ojos celestes, todavía anonadado.

-Solo venía a preguntarle si estaba todo bien.

Fue cuando el chico terminó de hablar que Dan notó la remera con la que vestía y el delantal atado a su cintura. Él trabajaba en el café.

-Ah s-si, -mustió, tratando de mantener la calma y fallando un poco en el intento- Todo bien, gracias.

Esperó que él simplemente se alejara, pero por alguna razón esto no pareció satisfacer al chico de pelo color carbón.

-Ah y... -bajó la voz, parecía avergonzado- también quería decir que es un lindo dibujo y que no deberías borrarlo.

Dan dejó de respirar por unos segundos. Bajó la vista a su hoja y luego vió al chico. Solo cuando encontró sinceridad en sus ojos, el corazón de Dan volvió a palpitar, desbocado, a la vez que una incrédula mueca escapaba su expresión.

Fue entonces cuando el mozo sonrió con suficiencia y humildad, saludándolo con una leve inclinación de la cabeza y alejándose rápidamente de la mesa.

Ese día, mientras caminaba en dirección a su apartamento, siendo practicamente atacado por la lluvia, Dan sonrió.

---

Dan & Phil One-Shots (en español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora