Dan & Phil One-Shots (en español)

"Podemos tratar" (Harry Potter AU)

Si... Phil de alguna manera siempre supo que no podía ser un chico normal. Desde sus inicios pudo percatarse de que todos los demás niños pensaban de formas diferentes, sus mentes eran ordinarias y completamente aburridas.

Él, por el contrario, imaginaba en colores. La gran mayoría de su niñez había estado tintada de un gris carbónico, mezclado con un simple y obsoleto azul de uniforme. Su cabeza y su familia, tal vez, habían sido lo único que lo salvaba en esos momentos en los que todos los demás querían reprimirlo, presionarlo a ser normal. Como si cada persona fuera un pedazo de arcilla que debía ser empujada dentro de un molde, del cual todos salían iguales: Superficiales, egocéntricos y puramente infelices.

Phil no quería y nunca quiso ser así.

Fue justo entonces cuando el resto de los colores se sumaron a su vida. El ser un mago realmente lo cambió todo. No sólo hizo nuevos amigos y aprendió magia, sino que además conoció nuevas formas de ver el mundo, formas que ni él hubiera imaginado... y miren que eso es mucho decir.

Sí, puede que Hogwarts fuera la segunda mejor cosa que jamás le pasó. ¿Cuál fue la primera? Dan Howell. Pero de eso, ya se van a enterar.

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Entré rápidamente a la clase de pociones llevando más libros de los que sería físicamente posible y, cuando pude, me senté. Con un involuntario y estruendoso ruido deposité los libros sobre la mesa, para luego acomodar mi gorro.

Noté entonces que la clase entera, incluido el profesor, me miraba. Nunca me había gustado ser el centro de atención de esa forma, por lo que procuré emitir una pequeña disculpa para luego esconderme en el banco. ¡La primera clase compartida que tenía y llegaba tarde! ¡Y además con semejante entrada! Los de Hufflepuff parecían ya conocer mi habitual torpeza, por lo que ninguno se inmutó de manera significativa. Pero los de Slytherin... no lo sé, me llegaron tanto miradas de incredulidad como de desprecio; supongo que sería normal, hasta en Hogwarts existe el bullying.

-Bien... -dijo el profesor entonces, volviendo a atraer la atención a él.

El señor Slughorn es un viejo bastante simpático, siempre que habla tartamudea y es horrible para explicar cosas, aunque puede que mi incapacidad para aprender pociones sobrepase a la inutilidad de mi profesor.

Ya es mi segundo año en Hogwarts y todo va de maravilla. Tengo varios amigos, pero por ahora el mejor es Pj sin duda. Él es un Gryffindor, y lo conocí en una clase de herbología, mi materia preferida.

En fin, todo iba yendo de maravilla con la poción hasta que noté como mi caldero comenzaba a largar humo violeta.

-Ay no, no de nuevo... -hablé para mi mismo, observando como el líquido comenzaba a temblar, calentándose peligrosamente.

Con un toque de la varita apague el fuego pero la situación no pareció mejorar. Entonces sentí como el chico a mi lado contenía una risa y lo observé. Éste rápidamente volvió a lo que estaba haciendo, pero la mueca en su rostro no se había borrado.

Una pequeña explosión dentro del caldero hizo que la poción volviera a ser mi primera prioridad y por lo tanto comencé a buscar soluciones en uno de los libros. Con cada segundo las explosiones incrementaban en tiempo y tamaño, por lo que mi líquido rápidamente se tornó un negro y pequeño abismo de la muerte.

Noté que Slughorn se acercaba y comencé a desesperarme. Si esto llegaba a explotar en su cara, me mandarían a detención y la señora McGonagall me da miedo. Por suerte, una chica atrajo la atención del profesor cuando una tonelada de brillantina amarilla comenzó a emerger de su caldero; así que mi perdición podía esperar un poco más.