"Dejalo salir"

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-Oh por dios, oh por dios, OH POR DIOS, ¿es enserio...? ¡Dan!

-Sh, sh, shhh... -la cortó el chico moviendo sus manos para que no hiciera tanto ruido.- Louise, tranquilízate... No es la gran cosa...

-Tienes razón, tienes razón, lo siento. -respondió ella, tratando de calmarse.- Pero es que... ¡Aaaaah! ¡Es tan hermosoo!

-¡Louise! -volvió a gritar Dan en un susurro.

La rubia cubrió su boca con ambas manos mientras inspiraba aire por la nariz.

-Lo siento. -agregó cuando sintió que ya se podía soltar.- Pero estoy muy, muy feliz por ti, enserio.

Dan rió y agradeció, pero luego mordió su labio; la gran duda había vuelto para corroer su mente, convirtiendo a su cerebro en un mar de preguntas e inseguridades. ¿Y que era lo peor? Lo peor era que todo se trataba de Phil.

Todos estos últimos días se habían basado en su mejor amigo, en la persona en la que más confiaba, en la persona a la que más quería... En la persona a la que amaba.

-Louise, además de querer contarte esto, quería pedirte un consejo... -murmuró Dan entonces, esperando la respuesta de la chica.

-¿Si? -ella notó la seriedad del asunto y frunció el ceño, Dan no parecía del todo feliz, se veía en su rostro que algo lo atormentaba. Cuando ella había salido del closet, por el contrario, se había sentido tan bien y aquello era tan notorio que su cara parecía explotar. Y fue por eso que cerró la boca con la intención de dejar a Dan desahogarse.

Pero las palabras que el chico pronunció fueron simples.

-¿Cómo crees que reaccionará Phil?

A Louise principalmente le sorprendió que el ojiazul todavía no lo supiera, pero entonces algo cruzó su mente y la idea se esfumó. A Dan no solo le preocupaba cómo reaccionaría Phil, sino que tal vez temía ser rechazado. Y si, rechazado en sentido romántico.

-Dan... -el tono de ella fue tanto condescendiente como esperanzador. Por unos segundos volvió a sentirse como una madre (esta vez con un hijo más grande y masculino) enseñándole que nada podía ser tan malo- Yo entiendo tus preocupaciones, pero es obvio que Phil... Es obvio que va a responder de buena manera y tú lo sabes.

-No, yo... yo no lo sé Louise, en serio no lo sé. -El chico negaba con la cabeza, sintiendo como su cobarde corazón palpitaba con amargura.- ¿Y qué pasa si él...? -tragó saliva- ¿Qué pasa si él no siente lo mismo? ¿Qué pasa si lo tiro todo a la mierda? Todo este tiempo... todos estos años a la basura. ¿Qué pasa si...?

-Dan. -Louise posó una mano sobre el hombro del chico, manteniendo una sonrisa de medio rostro.- No te lo puedes seguir guardando, ya es hora de dejarlo salir.

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Más tarde ese día, cuando Louise y Dan ya habían terminado de grabar sus videos y la rubia se preparaba para irse, esta le mandó una simple guiñada a Dan, acompañada de una sonrisa que no se lo borró hasta que llegó a su casa. 

Los dos chicos, por otro lado, habían caído en un silencio extraño; no incómodo, pero extraño. Phil notaba raro a su amigo, sentía que le pasaba algo, pero no se podía imaginar qué. No parecía estar enojado, ni siquiera triste. Solo estaba callado, y eso era algo muy extraño en él.

Se sentaron ambos en el sillón, Dan con su laptop y Phil haciendo zapping por los canales de la tele, sin saber que más hacer. Por bastante rato los dos continuaron así, pero entonces el pelinegro sintió a su estómago rugir.

-¿Quieres pedir pizza? -preguntó y Dan asintió sin siquiera mutarse.

-Claro. -respondió secamente. Por dentro sentía como si su garganta estuviera cerrada, y el simple hecho de decir una palabra, exigía un esfuerzo impresionante. Al mismo tiempo, no quería mirar a Phil. Creía que si lo observaba por más de tres segundos, todo lo que sentía se le iba a escapar, como una escotilla de avión abriéndose de golpe y dejándolo caer todo hacia el vacío.

Dan & Phil One-Shots (en español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora