Desperté, en el escritorio de la computadora, gracias al rayo del sol que se filtraba en mi ventana. Me había quedado dormida frente a la computadora.
No iría a la escuela, no quería salir de mi cuarto, me sentía terrible y por lo visto, también había dormido terrible.
Levanté la mirada en la computadora y recibí una videollamada de Rahel. La acepté y acomodé un poco mi cabello y le pegué un poco a mis mejillas para darles color, y no verme tan mal.
-Buenos días Sylvia- saludó riendo.
La luz también le daba a ella, y noté que el pelo que tenía no era negro, en cambio era de un azul muy oscuro combinado con partes negras. Un cabello increíble y muy bien trabajado.
Al menos no me veía tan loca teniendo el mío rosa.
-Hola Rahel- saludé riendo también.
-¿Me vas a seguir contando sobre lo que te pasó ayer?- preguntó mientras me pude dar cuenta que comía algo extraño.
-No- me negué sosteniéndome la cabeza y tratando de peinar lo mejor que podía, mi cabello rosa, que aparentemente esa mañana había estado todo alborotado.
-¿Por qué no?- preguntó sorprendida y con la boca llena de algo que me di cuenta enseguida que era: hielo.
-¿Por qué comes hielos?- quise saber.
Ella bufo y cerró la video llamada.
Claro... Como yo no le quería contar lo que pasaba con mis compañeros, ella no me hablaría de porque comía hielos. Ni que fuera tan importante lo que hacía.
Estaba por volver a mi cama a acostarme, cuando de repente, escuché el sonido de la puerta de mi cuarto. Sea quien sea que estaba del otro lado, no iba a poder pasar. Yo la había trabado.
-¡Sylvia!- Sentí la voz de mi madre- ¡Abre la puerta!
No le contesté . No quería hablar con ella, y a la escuela no tenía pensado ir. Mis compañeros me querían muerta... ¿Era necesario tener que volver a verlos? No iría, bajo ninguna circunstancia. Quería desaparecer.
-Bueno... Al menos sal a desayunar...
Primero que todo: No iba a salir solo a desayunar. Ella aprovecharía eso para hablarme y llenarme la cabeza para que vaya a la escuela. Segundo: Con lo mal que me sentía, no iba a comer nada por ahora. Mi estomago estaba cerrado y yo solo quería llorar. Aunque no había cenado, seguía sin ganas de comer.
Pasados unos minutos, mi madre se rindió y se fue.
Otra vez la soledad. Corrí hacia mi computadora y busqué lo que fuera para pensar en otra cosa, sin embargo nada me sacaba esos pensamientos de la cabeza. De que algún día tendría que salir y hacer como si nada hubiera pasado. Que tenía que enfrentar la vida nuevamente. Aunque... ¿Tenía que hacerlo realmente?
Rahel volvió a llamarme.
-¿Qué?- fue lo primero que le dije al ver esos ojos de nuevo.
-¿Estuviste llorando?- pregunto riendo.
-Tu estuviste comiendo hielos- conteste como si lo de ella fuera peor.
-Bueno... Si no quieres hablar solo dímelo, yo estoy aquí para ayudarte- me explicó con una sonrisa y juntando las manos como si fuera una terapeuta.
-Dime como sentirme mejor- le pedí. SI iba a ayudarme, que lo hiciera enserio en todo caso.
Ella comenzó a reírse, como si lo que le dije fuera cualquier cosa. Algo que no pudiera hacerse.
Ella nuevamente volvió a cerrar la llamada, solo que esta vez me mandó un link.
"Otra vez enviando paginas" pensé mientras abría el link.
Me sorprendió ver que se trataba de una especie de red social en 2D. Donde había que crear un avatar y entrar a un mundo "fantástico". Después de registrarme, trate de contactarme con Rahel para saber que era exactamente que tenía que hacer, sin embargo ni siquiera estaba conectada.
Había un montón de salas y servidores... ¿Por dónde empezar? Allí fue cuando recordé que la chica de pelo azul, me había dicho que no era solo ella... Era un "nosotros". La lamparita se me encendió y busqué la sala de los suicidas: Sala Samobójców.
Cuando entré, un montón de avatares se acercaron a mí, entre ellos uno con el pelo azul y negro: Era la versión animada de Rahel. Tenía que serlo, sin embargo todo el resto no tenía ni idea quienes eran. Me sentí inteligente por encontrarlos, pero me di cuenta enseguida que ellos no tanto.
-¿Quién eres?- preguntó uno de los chicos tirándome al suelo.
-Sylvia... Vengo de parte de Rahel- le contesté apuntándole a quien nombraba.
-¿Rahel?- una de cabello negro miro con mala cara a la chica de pelo azul.
Esta bufo y se acerco al que me miraba amenazante.
-Déjala...Es de los nuestros- explicó mirándome fijo.
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Sylvia.
FanfictionSylvia es una adolescente común y corriente que después de muchos problemas con su familia y en su escuela, se convierte en una joven suicida, que decide permanecer en las 4 paredes de su habitación el resto de sus días... Allí es donde encuentra la...