¡¿Semidioses!?

ABBIE

MELÍNOE

Aterrizamos en San Francisco. Había gente muy extraña. Sólo nos quedaban cuatro días para pararle los pies a Urano, teníamos poco tiempo
-¿Y si vamos al Inframundo?-optó Lizz-Hay un camino muy corto para llegar cerca de Los Angeles.
-Mi madre no es que sea muy bienvenida en el Inframundo-dijo Newta
-La mía sí-dijo Lizz-Espera... Mi madre ayudó a tu madre a encontrar a Perséfone
-Es verdad-dijo Newta-Debe de ser algo muy gordo para odiarse
-De acuerdo-dijo Annie cambiando de tema
-Vamos a dar una vuelta por el Inframundo-dije
Salieron del avión, Tyler y Jazmín se iban a quedar allí. Estabamos cerca de una cueva. Por ahí se iba hacia el Inframundo según Lizz, aunque yo dudaba que tuviera razón.  Caminamos rectos por las grietas de aquella montaña y pasamos. Era horrible, todo estaba mugriento y horrible. Había un río de agua marrón, en la que había un barquero. Que supuse que era Caronte. Quien lleva a las almas muertas hacia el Inframundo. Ver a ocho personas vivas, creo que le sorprendió.
-Dos dramas por persona-dijo Caronte
-Han bajado los precios-dijo Lizz sacando dieciséis dracmas del bolsillo-Me debéis dos dracmas cada uno
Le ofreció los dracmas a Caronte y nos montamos en la barca. Yo miraba a todos lados, habían cosas que brillaban debajo nuestro. Bajamos una gran parte del río, hasta que llegamos a tierra firme, bueno, a tierra. Lizz se sabía guiar muy bien por los pasillos. Como si hubiese venido mucho a este sitio. Corríamos detrás de Lizz hasta que ella frenó secamente. Sel y Annie se cayeron por tal brusquedad. Cratos ayudó a levantar a Sel, lo que hizo que mi humor no mejorara. Lizz señaló los tronos. Y yo sonreí. Por fin algo de buena suerte, Perséfone estaba allí
-¡Perséfone!-exclamé yo
-¿No se supone que deberías estar con tu madre?-preguntó Newta
-Hoy solo he venido un rato-dijo Perséfone-Mi madre se ha puesto a discutir con Hécate. Nada nuevo
-¿Nos podéis ayudar?-preguntó Jack
-No-dijo Hades
-Sí-dijo Perséfone tajante
-¿Qué queréis?-preguntó Hades
-Me han contado que hay una salida que sale cerca de Los Angeles-dijo Annie
-Melínoe-gritó Hades. Una mujer apareció, los pies le flotaban. Tenía el pelo gris y los ojos negros oscuros. Miraba con melancolía a todos los lugares que miraba. Llevaba un vestido que pasaba del color negro al color blanco pasando por distintos tonos de gris.
-Mamá-dijo Sel con lágrimas
-Papá-dijo Annie llorando
-Mamá-dijo Jack conmocionado
-Es una ilusión-dijo Lizz-No son vuestros padres de verdad. Es Melínoe la diosa de los fantasmas. La gente que la ve como otra persona es porque se siente culpable por la muerte de otra persona. No la miréis.
-Elizabeth-dijo Melínoe
-Soy Lizz-dijo Lizz retante
Melínoe pasó de Lizz y me miró.
-¿Dónde está?-me preguntó
-¿Quién?-le pregunté
-Sabes de quien hablo-dijo Melínoe-De la belleza, la realidad y el amor
En ese momento me di cuenta de lo que me preguntaba, me preguntaba por la mujer de mi sueño. Me preguntaba por mi madre.
-A las afueras-le contesté
Melínoe me miró fijamente. Luego miró a Cratos y luego a Sel. Estaba pillando lo que había pasado.
-Una cosa-dijo Newta cogiendo un sobre de su bolsillo-Toma
Melínoe lo abrió y leyó la carta. Luego miró a Lizz y le dijo.
-¿Quieres saber por que Deméter y Hécate se odian?-miró a Lizz fijamente-Es por vuestra culpa