Luego de esa noche en que Alejandro parecía haber descubierto algo terrorífico, transcurrieron once largos años, trasladando el comienzo de este mágico relato a la tierra. En alguna ciudad muy alejado de aquella realidad.
Era el año 2014
Tan rutinario como cualquier otro día, comenzaba esa fresca mañana de septiembre. Todos se preparaban como de costumbre para desayunar juntos en el comedor antes de partir como era debido. En un acogedor apartamento donde se oía el rugir de los automóviles al pasar, y el vespertino silbido de los pájaros hacían de la suyas con aquel hermoso amanecer que parecía pintar las sencillas ventanas con rejas negras del hogar; la frescura de la mañana tranquilizaba la paciencia de la ama de casa quién servía los alimento apresurada en medida que llamaba a todos a comer.
La madre de Sam, era la viva copia del muchacho, un tanto más baja de estatura y algo engordada; su rostro, muy jovial,encandilaba con dos verdes ojos que parecían simétricas esmeraldas en su cara. El cabello rojizo y su blanca piel pecosa se mezclaba ncon los destellos de la aurora.
¡- Samuel, que esperas para venir acomer! – gritó Gyra, desde la cocina mientras se dirigía a la enorme mesa del comedor.
- ¡ voy mamá!- gritó el chico desde el pasillo del apartamento que daba hacia su sencilla habitación, elsol empezaba a iluminar la casa – No he terminado de vestirme –agregó Samuel mientras se colocaba la camisa del colegio y caminaba directo al comedor.
- Empieza a comer Hannah – dijo la madre a la hermanita de Samuel, una niña de diez años con una rizada melena que cubría sus jóvenes y enormes ojos miel, una cabellera marrón despeinada que hacía juego con su tez de piel blanquecino – llegaremos tarde al colegio .
Era una familia pequeña pero hermosa. Parecían ser muy unidos los tres aquella mañana en que desayunaron juntos. La madre de lo smuchachos ahora dirigía su mirada hacia Samuel, un joven de quince años de edad pero que fácilmente podría aparentar un par de años más; sus ojos, que se tornaban carmesí a medida que el destello del amanecer tocaba su mirada, observaban a su madre mientras esperaba a que ella le dirigiese algún comentario que el ya esperaba
- Hijo regresa temprano a casa. Vente apenas salgas del colegio y...- sentenció la madre a Samuel con firmeza pero con un tono de dulzura irreprochable.
- Tranquila mamá, me vendré con cuidado – decía el chico antes de que ella terminara de hablar mientras digería un bocado de su pan de atún.
Los amo a los dos,gracias por ser los mejores hijos del mundo.- agarraba las manos delos jóvenes mientras las acariciaba bordeando la mesa para tocarlos,tal vez hacía falta una imagen paterna en ese instante pensaba Samuel– espero les vaya bien en el colegio.
- Gracias mamá – besaba Hannah la mejilla de su madre mientras terminaba de comer.
- También te queremos mamá, aunque nos cuidas en exceso – susurró Sam con timidez, sus pómulos se tornaron algo rosados
Samuel sabía que no necesitaba hablar en plural, aunque su madre amaba a su hermana ala misma medida, en muchas ocasiones parecía sobre protegerlo a él como si su vida dependiera de ello y eso parecía molestarle la mayoría de las veces.
- Tengo que cuidarte Sam, es mi deber- su madre le colocaba un acento que consideraba le agregaba otro sentido a la oración, más allá de lo que pueda significar el compromiso de una madre al cuidar de sus hijos.
- Ya estoy grande mamá - decía protestando pero en un tono bajo, sin duda se trataban con mucho amor. Era totalmente perceptible la buena comunicación y el entendimiento entre los tres.
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Los Misterios de Nógea La profecía del príncipe rojo
FantasyEsta mágica historia comienza cuando Samuel, un chico de quince años, luego de salir de clases es perseguido por unos maleantes y en la huida cae a las vías del tren. En vez de morir, despierta en otro mundo totalmente diferente, en una ciudad futur...