Totemhaim

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- ¿ Cómo supiste que los Salavert eran tres? Nunca mencioné cuantos eran y me dijiste incluso que uno de ellos era atemorizante.-

Comenzaba la conversación. Ozías acostado en su cama. Sam descansaba en un lecho un tanto más pequeño debajo de la de Ozías.

- Simplemente sentí que habían llegado. Es como si hubiese percibido su presencia, algo intangible. Cuando huíamos comprobé que el de la presencia aterradora era ese tal Aithor Salavert - explicaba Sam con los ojos cerrados.

- ¿Acaso puedes sentir el poder de los demás? - se abrumaba Ozías, asomándose para verle la cara a Sam que dormitaba en la cama inferior.

- Eso creo. Es primera vez que ocurre -Sam pareció recordar algo - Oye Ozias ¿A qué se refería el sujeto del holograma con Los Elegidos que tú también me has mencionado?-

- No sé. La verdad no entendí - Se acomodaba en su almohada haciendo una mueca que expresaba cansancio - Pero ese hombre del Optimemorizador sin duda es el mismísimo Aithor Salavert y no sé en qué cosas seesté metiendo ahora.

- ¿Y Los Elegidos? ¿Quiénes son?- Insistió Sam con atención.

- Los Elegidos son los siete maestros espirituales, se les llama así porque fueron los primeros siete híbridos en todo Aurhos - explicaba Ozías y a medida que agregaba una palabra a su discurso, balbuceaba más y más a consecuencia del sueño- Son los encargados de proteger al mundo y conservar la paz entre las naciones y las razas en Aurhos, es decir entre híbridos y Espiniervos, que son personas que no poseen tótems. Por lo que he oído, Los Elegidos existen desde hace miles de años y cada vez que mueren reencarnan en una nueva generación. Al parecer todos están en Nógea reunidos por primera vez y bla bla bla... - murmuraba Ozías hasta quedar rendido en sueños profundos.

Parecían increíbles todas esas historias, era un cuento de hadas todo lo que había ocurrido en la vida de Sam en esa misma noche en que despertó en Aurhos y había conocido a Ozías. Cuando el sueño parecía ganarle, el aun no podía encajar las piezas del rompecabezas. Se preguntaba si realmente Aurhos era un mundo real o estaba alucinando. Aceptando la opción de que no fuese ficticio, sus conjeturas lo llevaban a reflexionar con la idea de que el fuese un híbrido y prontamente surgía la pregunta de cómo era eso posible si el provenía de otro mundo, tal vez, otro universo. Otra cosa que lo angustiaba era el pensamiento de no volver a ver a su familia, él era el hombre de la casa, muy a pesar de los cuidados que recibía de su protectora madre que debía estar viviendo augurios sin su regreso. Sabía que para descubrir cómo podía volver a casa, debía revelar cómo llegó a ese mundo y para eso primero tenía que conocer a ese fantástico mundo. Debía explorar La Capitanía General e ir a Totemhaim, donde tal vez obtendría respuestas más claras que las dadas por Ozias y su abuela. Una vez en allí, concebiría porque él era un híbrido y aprendería a controlar sus nuevos dones. Para eso faltaba una septiada completa, desdecir, una semana.

Un espectacular amanecer se levantaba deentre las verdosas montañas que rodeaban a toda la ciudad. Entre destellos rojizos y naranjas, los pájaros cantaban como lo hacía nen el mundo de Sam. Ellos, que apreciaban el alba mientras terminaban de comer los frescos panecillos servidos por la abuela de Ozias,tenían rato sentados en la minimalista meza de comer donde ya se disponían a levantarse para ser llevados hasta Totemhaim en el vehículo de Eric, el tío de Ozias.

Ambos se montaron en el carruaje que era conducido por Eric. Sam pasó todo el trayecto perplejo de lodiferente que eran los automóviles en su mundo, no dejaba de ver ypalpar el interior del ovalado y encerrado vehículo color platinado.Aquel móvil viajaba a altas velocidades por las calles de una amanecida Capitanía General, y se elevaba a unos cuantos centímetros del suelo como si la gravedad fuese nula.

Los Misterios de Nógea  La profecía del príncipe rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora