9. ¿Es esto estar enamorada?

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Sólo cuando llegué a mi casa, a nuestra casa, fue cuando me quité las sandalias y subí descalza hasta mi habitación, en donde me dejé caer sobre la cama y le sonreí al techo como idiota, pensando en él. Sólo en él.
Son las once (quizá doce) de la noche, y su tacto contra mi cuerpo no se ha borrado de mi piel, ni de mis sentimientos. Cada vez que pienso en sus manos recorriéndome, un ardor se enciende en mi rostro, y mi cabeza se llena de pensamientos sin sentido. O más bien, no les he encontrado el sentido aún.

Estoy a oscuras. Cerré la puerta, o eso creo. La ventana permanece abierta desde que nos fuimos; respiro la brisa fría que se cuela por ella. No sé si la brisa, mezclada con el olor a océano que se niega a abandonarme, es la que me recuerda a la sensación de su mejilla bajo mis labios, o soy simplemente yo la que está soñando despierta. En cualquier caso, no pienso en cerrar la ventana ni un momento.

Me pregunto: ¿es esto estar enamorada?

Me suelto el pelo y me vuelvo a recostar. Enrollo un mechón de cabello en mi dedo, y cierro los ojos, pensando en otros. Verdes y brillantes.

Cuando decido dormir, por fin, mi móvil vibra en la cama junto a mí. Con los ojos entreabiertos, leo el mensaje en la pantalla.

Hiccup: Eh, despierta Els. ¿Mañana a las diez en mi casa? [12:46]

Sonrío. Una pregunta salta a mi cabeza: ¿por qué mierda tengo el contacto de Hiccup? ¿Por qué él me tiene registrada? Me viene a la mente el recuerdo de cuando aventé mi celular junto a mis audífonos a su lado, justo antes de rechazar su manera estúpida de ligar e irme a juntar con Jack y Eugene esta mañana. El idiota de ojos verdes tomó mi celular y habrá grabado el suyo.

Cierro los ojos, y sujeto el teléfono contra mi pecho. Me río, y vuelvo a sonreír como idiota. Ambos, Hiccup y yo, somos idiotas en este momento. Aunque la diferencia sea que lo quiero a él, y él no a mí.

Entonces, ¿por qué me envía una invitación a las doce de la noche para ir a su casa? La idea de que me está pidiendo una cita me brinca a la mente, y el color se me sube. Me río en voz alta, a tal volumen que creo desperté a las demás. Me llama la atención que mi risa nunca había sonado así: esta vez, la escuché como si procediera de una estúpida enamorada, la cual siente las típicas mariposas en el estómago, y ve colores vivido y alegres en todas partes.

Inhalo con fuerza, escribo una respuesta teniendo cuidado en no sonar desesperada, y me decido a presionar el botón de enviado.

Elsa: Ya. Me tendrás allí para molestarte de cerca.

Me muerdo el labio, y suprimo otra risa. Antes de quedar dormida, para despertar en menos de seis horas, me vuelvo a preguntar: ¿es esto estar enamorada? Entonces, ojalá nunca acabe.

How To Be A #DISNEY GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora