Parte 2: Mía

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❀ Mucha gente espera que pase la semana para el sábado, el año para vacaciones y toda la vida para ser feliz... No vale la pena.

La cosa era la siguiente, Cristián había terminado con Ana e íbamos a montarle una fiesta para que se despejara ya que lleva días sin querer salir cuando era la primera que a las 16:00 ya estaba en el parque saltando en la colchoneta a pesar de tener 17 años.

Sofía propuso ir a su casa a ver películas pero no íbamos a dejar que, la primera y única vez, en la que me dejaban ir de fiesta, iba a estar en la casa llorando por que el protagonista no le dijo ''te amo'' en el momento correspondiente y la dejo marchar con el brasileño de cuerpo 10 que solo la quería por los papeles.

Ya estaba por mitad del camino en terminar de arreglarme cuando Lourdes entró corriendo con ordenador en mano. Algo malo había pasado.

-¡Han vuelto!- grito enfadada.

-¿Quiénes? ¿Cristián y Ana?- la mire

-¿Quieres que muera? No. Helena y David-

Pongo los ojos en blanco y sigo maquillándome.

-De tantas veces que han roto y han vuelto ya ni me sorprende- confiesa Sofía.

-Ni a mi. ¿Quién a cogido mi pintalabios?- las miro y ambas niegan.

Gruño y me pinto los labios negros. El timbre suena y seguramente sea Marina. Bajo descalza mientras salto por las escaleras hasta abrirla. Le doy dos besos y tras decirle que están arriba cambiándose la dejo subir sola y enciendo la televisión para ver si hay alguna noticia de última hora.

En Siria la maldita guerra continua, a saber cuando parara. Corrupción en el gobierno, que sorpresa. La tecnología nos hace más flojo, ¿lo leen o lo investigan?. Oxford ya esta dando las becas, oh que gu...espera. ¿Becas?.

En menos de lo que uno espera, ya estoy arriba quitándole el ordenador a mi amiga. Ignoro su queja y entro en la pagina oficial de la universidad. Como me den la beca...

Actualizando...

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Actualizando...

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Compruebe su conexión a Internet...

Tu puta madre. 

Llamo a mi padre corriendo y le echo la bronca sobre el Internet. Y pasa lo de siempre, me dice que me calme, que llamara a la agencia mañana por la mañana y por la tarde tendré todo el Internet que quiera. 

Más le vale...

A las 22:30 todas teníamos el vestido del mismo color que nuestros labios. Era una tradición nuestra, siempre que íbamos al rescate de una amiga. No soy de presumir pero mi vestido negro era el más sexy. Aunque me gustaba muchísimo el de Marina, siempre le ha sentado muy bien el color azul, en general los colores pasteles.

Sofía conducía un monovolumen morado a juego con su pelo , la verdad es que eso hacía resaltar su blanco vestido.

-¿Creéis que Ana querrá salir?-

-Quiera o no, la obligaremos- me respondió Lourdes.

Tuerzo la boca levemente y miro por la ventanilla. A los 15 minutos llegamos  a su casa y vemos que sigue despierta por la luz que sale de la ventana del salón.

Vivía con su abuela medio sorda así que no nos preocupaba tocar. Bajamos del coche  y como si el diablo se llevara el alma de Marina ya estaba en la puerta tocando.

Pasaron unos 5 minutos para que una Ana acalorada, despeinada y con la ropa echa mierda nos abriera la puerta. Ninguna de las cinco presente sabía muy bien lo que se debía de hacer en esos casos pero en cuanto vimos al hermano mayor de Cristián asomarse por la puerta del salón, Ana se moría de la vergüenza.

Y es verdad lo que dicen, las más calladas son las que más sorprenden...

Pasamos a su casa y nos contó que cuando fue a casa del ex-novio  para devolverle la ropa que se había dejado, este no estaba por lo que le abrió su hermano, que sonrió orgulloso, y le ayudo con las cajas. Le ofreció una copa, y de una copa pasaron a dos botellas y tres orgasmos.

Seguíamos con la boca abierta, incrédulas era un adjetivo corto ahora mismo.

-Joder... Decir algo...-

-Eres... ¡La puta ama!- grito Lourdes.

En parte nos alegramos por ella, paso de ser una alma desolada a una cabrona en menos de un mes. Viniendo de ''La Santa'' es como el paso en la luna.

Le contamos la idea de irnos de fiesta y no se lo pensó ni dos veces. Se despidió de Rafa, el chico, con uno de los besos más apasionados que jamás había visto y se marcho con una sonrisa de lado a lado. Subió dando saltos de niña pequeña y nos quedamos ahí, sin creer nada a pesar de ser las únicas que han observado la escena.

A la caída de las doce estábamos entrando por la puerta de la discoteca ''El Versalles'. Era mejor de lo que había visto en las películas o de las fotos que me mandan mis amigas. Sonaba, All My Love, de Major Lazer y mi amada Ariana Grande.

No tarde en meterme en la pista con Sofía y Ana mientras las otras dos iban a por algo de beber. Me encantaba esta sensación. Estaba siendo yo, estaba haciendo lo que quería y nadie me miraba raro ni criticaba mis movimientos. No había que hablar para que se me viera feliz.

La canción cambio a Light It Up del mismo grupo pero no sabía quien había colaborado con ellos.

Marina llego con dos vasos y le agradecí que me diera uno, estaba sedienta. No se cuanto rato había pasado pero necesitaba un baño urgentemente o iba a hacer que todo el mundo me conociera. Ninguna quiso acompañarme, así que me las tuve que arreglar yo sola hasta encontrarlo.

Con la cola enorme que había acabaría por empapar mis piernas y no precisamente de  algo limpio.

Gracias  Dios que la que estaba delante fue llevada por alguna amiga suya. Entre rápidamente y sin fijarme mucho en el baño cerré la puerta y como si me hubieran dado el último trozo de pizza acabe rozando el cielo o metiendo el puño entero.

Cuando salí, suspire sonriente y un borracho idiota me cogió del brazo.

Genial...y ahora pelea...

-Hola bonita...- tambaleaba a la vez que su olor asesinaba mis fosas nasales.

-Adiós feo- me intente alejar pero apretó mi brazo.

-¿A donde crees que vas cosa bonita?- aparte la cara. Sin exagerar, no podía con ese olor.

-¡Dejame ya gilipollas!-

-La gatita tienes uñas por lo que se ve-

-¿¡Que coño crees que haces con mi novia cabrón!?- un moreno levanto al pervertido del cuello, golpeándole contra la pared.

-¿Que? Tío, lo siento, te juro que no sa-sabía que e-era tu no-via, te-te juro que no me vuelvo a acercar...- después de balbucear un poco más, le tiro al suelo y este salio corriendo.

-Ten cuidado, aquí la gente esta muy mal- me miro el moreno.

-Me he dado cuenta... Gracias...-

-No las des preciosa, nos vemos Mía- abrí los ojos cuando me nombre.

-Oye... ¿COMO PUÑETAS SABES MI NOMBRE?- grite cuando le ví alejarse.

Ni se giro a mirarme...


FaithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora