Parte 6: Antisocial

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-Nunca te arrepientas: Si fue algo bueno, fue increíble. Si fue algo malo, fue una experiencia.-


Al separarse de mí y verle con esa maldita sonrisa, las ganas de estampar mi mano en la mitad de su cara, fueron inmensas.

¿Como puede ser que una persona sea tan...? ¿Bipolar? ¿Gilipollas? O ¿Un gilipollas bipolar?.

-¿Quién mierda te crees?.- Pagaría millones por volver a ver la cara que puso al haber hablado de esa manera.

No me arrepentía, tenía todo el derecho a hablarle así. Y encima me besa como si... Como si... Que no coño.

Me separe de él antes de que pudiera hablar y empecé a caminar lo más lejos posible.

-¡Mía! ¡Mía! ¡Mía, joder, para!.- Su agarre fue lo suficiente para chocar con su pecho y oler a PlayBoy.

Y encima huele bien...

-Ni Mía ni pollas, olvidame.-

-¿Qué coño te pasa? Ayer estábamos genial.-

-¿Genial? ¿Tu llamas genial a dejarme con el calentón e irte sin motivos y haber revelado que no te llamabas Larry? ¡O fue perfecto!.-

Su cara había cambiado repentinamente, parecía confuso y, de la forma en la que abría y cerraba la boca, no muy seguro de lo que iba a decir.

-¿Qué...? ¿Yo hice eso...? Mierda...- Susurro separándose de mí.

Levante una ceja confusa. La verdad es que parecía sincero.

-¿No te acuerdas...?- Vi como negó lentamente. Esto era raro...

Le costo unos veinte minutos que le perdonara, justificando su comportamiento con: ''Lo siento de verdad, no se que me paso, me puse nervioso.''

¿Acaso era virgen? Lo dudaba en verdad...

Unos 10 minutos después nos encontramos solos en la puerta de su casa, sin nada de que hablar. Al final se había hecho costumbre esto de acompañarme a mi casa.

-Oye, de verdad perdóname... No se que fue lo que me paso... Yo...- Silencio por unos segundos - Simplemente no lo se...-

-Esta bien, te creo. Debo entrar.- Sonrió de lado y le beso la mejilla.

Pero al parecer no fue suficiente ya que me puso contra la puerta, cogiéndome de la cadera, a la vez que volvía a besarme.

Todo iba transcurriendo en lo base a lo normal, sin contra la lucha de lenguas que teníamos. Pero en el momento que sentí su fría mano entrar por mis pantalones, dios... A la mierda lo normal.

Dos dedos entraron en mi, y un gemido chocando con su aliento a menta, le dieron a entender que iba por buen camino. Bajo los besos a mi cuello, parecía que me iba a caer en cualquier momento. Las piernas me temblaban y juraría que estaba roja. Otro gemido. Movía los dedos cada vez más rápidos como si estuviera buscando algo. Jodido... Que bien se siente... Se separo de mí y se chupo los dedos sin dejar de mirarme, eso acabo de matarme.

-¿Quieres que nos veamos mañana...?-

No es buena idea...

-Em...si claro, ¿porque no?.-

Estúpida.

-Genial.- Lo dicho, parece un puto crió -Te llevare a ver lo más hermoso de la ciudad, después de ti claro.-

Ese comentario si que no me lo esperaba, y menos de un tipo como él. Pensaba que el sería más tipo, ''tengo unas ganas de arrancarte la ropa y ponerte...''.

FaithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora