Parte 11: Mariposas.

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  -Si yo fuese el mar, y tú, una roca, haría subir la marea, para besar tu boca.-  



Debería irme ahora, joder... ¿Por qué sere tan estúpida?

No sé que hacer  cuando lo vea... ha pasado tanto tiempo que siento como si esta fuera a ser nuetra primera cita.

No quiero sentir esto... No quiero...

Tras terminar la pelea con mi misma, agarro lo poco que me queda de la botella y termino de bebermela sin despegar los labios, ni para respirar. Miro la hora y son las 04:46, ¿tanto tiempo ha pasado?.

Escucho ha alguien acercarse y estoy a punto de vomitar. 

Alguien se para justo detrás, oh por dios, voy a vomitar.

Le escucho mi nombre, que viene.

Dicho y hecho. En el momento que me coge la muñeca, apoyo mi otra mano en el árbol y todo lo que habia desayunado, sale por el orificio de entrada.

Eso ha sonado mal... Pero no tengo para pensar, porque estoy vomitando delante del él. Ahora si que quiero morirme.

Mientras me tiene agarrada del pelo para no macharmelo, con su mano derecha me tiene controladando la cabeza e intentando que no me la golpee. Al terminar mi espectáculo, me abraza fuertemente sin dejar de acariciarme. He bebido demasiado, y estas son las razones de las cuales no voy a volver a beber sola.

Mi respiración se calma casi sin darme cuenta, las estrellas sonrien, se que lo hacen, ¿por qué?. Yo la chica que habia decidido dejarme de todas las tonterías llamadas amor, se había enamorado de un completo desconocido que vino con armadura de oro blanco. No se cuando, ni como, pero lo hizo.

Hizo que me volviera loca, que con solo un guió sintiera que mis piernas fueran a fallarme en cualquier momento. Hizo que mi perfecto mundo, todo ordenado y organizado, se tranformara en el mayor pecado del siglo XXi. Hizo que me enfrentara a mil demonios con tal de verle sonreir por mi. 

Y creanme, una vez que caes en el amor es como si te acostumbraras al dolor.

Respiraba contra mi cuello, con sus dedos enredados en mi pelo. No nos moviamos, pero tampoco hacia falta. Estaba agusto, estaba bien, por fin. Maldita sea, le echaba de menos. No se cuanto tiempo vamos a quedarnos asi, pero tengo seguro que moriria en estos brazos una y otra vez.

Pasarían los segundos, los minutos, las horas y juraría que los días, y no nos hariamos ni si quiera el amago de cambiar de posición.

Llevaba tanto tiempo intentando que no hubiera ninguna gota en mi mundo, que no me di cuenta de que estaba en mitad del huracán. 


-Me gusta cuando estas borracha...- Siento su sonrisa en mi cuello.

-Hatefuck...-

Y por primera vez, desde este día vuelvo a apreciar esos ojos...

-¿Qué...?-

-Lo que te he dicho por el movil es una canción que se llama Hatefuck, la escuche hace poco y me acorde de ti...- Su risa...

-Te habías olvidado de mi...?- Niego.

-Ya es tarde... Ya eres parte de mi felicidad...- Sonreímos casi a la vez.

-Mia... Nunca he pegado a una mujer, eso se lo invento ella por que la engañe, pago a un amigo suyo para pegarla y por eso todo el mundo le creyeron, todo el mundo excepto mis amigos de verdad, ellos saben que no soy capaz y menos desde...- 

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⏰ Última actualización: Nov 19, 2016 ⏰

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