Parte 3: Marihuana

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-El mundo esta lleno de esos seres incompletos que andan en dos pies y degradan el único misterio que les queda: el sexo.-


Como una oleada de bofetadas, o uno de los golpes en mitad de la teta, pues eso era lo que sentía en mi cabeza. Un conjunto de dolores y mal estar que por un momento creí estar en el mismísimo infierno...

Mi boca aún sabía a vodka y si me centraba por un momento, el ácido del limón le acompañaba. No recuerdo si tomé de eso o no... Realmente estoy fatal...

Abrí los ojos, lo cuál fue mala idea. Veía borroso, demasiado diría yo. Mis vista alcanzó a reconocer a unos tres cuerpos y por los vestidos faltaba Sofía. 

Gruñí mientras me levantaba y me ponía las gafas. Ahora si veía... Soy gilipollas... Me quite los tacones y me puse unos calcetines negros con otros blancos por encima. Salí con cuidado para no despertar a ninguna. A medida que bajaba las escaleras se escuchaban dos voces, femenina y masculina.

Por una parte temí que fueran mis padres y vieran el desorden que montamos, pero ellos no iban a llegar hasta el jueves así que me acerque con todo el silencio posible y me dí cuenta de que era Sofía con su novio. Respire tranquilizando mi respiración.

-Siempre estas con tus amigas, ¿acaso ya no me quieres?-

-¿Que siempre estoy con mis amigas? ¡Siempre estoy contigo! ¡Y salimos por que Ana lo estaba pasando fatal!-

-¿Follándose con el ex-cuñado? Dios, ¡esta fatal!-


-Nosotras no sabíamos nada, joder...-

-¿Quieres que nos demos un tiempo...?-

-No lo sé... ¿Tú quieres...?-

-No...-

-¿Entonces porque siempre que nos peleamos saltas con eso?-

Sé que esta mal espiar las conversaciones ajenas pero es que eran igual que las telenovelas de mi madre.

-Te amo...-

Mierda, ya no escuche.

-¿Con quién habla?-

Me giro rápidamente al oír la voz de Lourdes y veo a las tres borrachas detrás de mí. Somos unas cotillas.

-Con Luis...- respondí suspirando.

-Dime que no se están peleando otra vez...-

-Me temo que si...-

-Siempre igual, ¿Está vez por qué es?- pregunto Ana.

-Por que supuestamente siempre esta con nosotras- Rodé los ojos.

-¡Pero si a sido un milagro que saliera ayer sin Luis!- Se quejo la más pequeña, Lourdes.

-Creo que a Luis lo que le molesta es que ella si pueda salir sin él, pero el no pueda sin ella... Tienen unas tonterías...- Suspira Marina.

-Estoy contigo- La miro.

De pronto las voces del salón cesaron y la puerta se abrió de golpe. Un Luis furioso apareció, nos miro mientras levantaba la mano en forma de despedida y salió de un portazo. Minutos después estábamos en el salón abrazando a la nueva ex-novia.

Esa misma tarde, después de recoger toda mi casa y calmar a Sofía decidimos subir a mi terraza y ver el anochecer con un par de botellas de Larios y Fanta de Limón. 

FaithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora