Capítulo 24: "Viaje a Mitras. Parte 1"

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Dedicado a danais57. Gracias por tu apoyo con la historia y espero que te guste ;)

Capítulo 24 | Viaje a Mitras. Parte 1 |

–¿Qué demonios está pasando? –preguntó Jean codeando a Armin, quien iba caminando junto a él por el patio del cuartel.

Un carruaje se encontraba estacionado frente al enorme edificio. A diferencia de otros que habían visto, éste tenía un aspecto mucho más lujoso, como si perteneciera a alguien de gran dinero. Era tirado por dos caballos blancos como la nieve misma, los cuales tenían riendas doradas que hacían juego con el carruaje. Un cochero vestido de gala iba al frente, guiando a los caballos. Y en el techo de éste flameaba una bandera con la insignia de la Muralla Sina. Varios hombres de uniforme elegante se encontraban cargando pesados baúles y pertenencias en él. Iban y venían, entrando y saliendo del cuartel. Uno de ellos se encontraba hablando con Erwin, quien permanecía firme y con su semblante más serio de lo habitual.

–Oye, tú –Llamó Jean al ver a Eren parado junto a Levi, a unos metros del comandante–. Bastardo suicida, ¿Qué está pasando?

Eren le fulminó con la mirada, pero prefirió no armar un escándalo frente a Levi, pues pondría fin a todo con una buena golpiza para cada uno.

–No sé con exactitud –Respondió el castaño–. Llegaron hace poco y han estado cargando varias cosas a ese carruaje.

Ambos (Armin y Jean) asintieron y se colocaron a su lado.

Un rato después, vieron a una joven azabache y de baja estatura acercarse a Erwin.

–¿Por qué Laura habla con el comandante, acaso sabe sobre la misión? –preguntó Armin a Eren.

Levi le dio una mirada de reojo. Parecía sentir pena por el pequeño rubio.

–¿Acaso no les han dicho? –Musitó el capitán, aun sabiendo que Erwin le había prohibido decir palabra–. La soldado Baker será llevada a Sina hoy mismo.

–¡¿Laura?! –Soltó Jean, más Levi hiso que se callara dándole un rápido y preciso golpe en su espalda–. ¿Pero volverá, verdad?

El silencio de Levi fue suficiente como respuesta para su pregunta.

–Entonces... –dijo Armin–. ¿Laura ya no es parte de la Legión?

***

Laura se reverenció ante Erwin.

–Muchas gracias por toda la ayuda que me han dado –Dijo la joven con tristeza–. Fue un honor haber poder servido a usted, mis compañeros y la humanidad. A pesar de haber sido débil en muchas circunstancias, mis años como soldado me sirvieron para fortalecerme –en un movimiento veloz colocó su puño sobre el lado izquierdo de su pecho–. Adiós, comandante.

Erwin hiso un asentimiento con la cabeza. El silencio se hiso presente. Laura se encontraba cabizbaja. Finalmente, no soportó más y se abrazó al comandante.

–Por favor, Erwin, cuida de mis amigos. –murmuró Laura con la voz quebrada.

Aun sorprendido, el comandante correspondió al abrazo y, tras separarse, puso su mano sobre la cabeza de la joven.

–Cuídate mucho, Baker.

***

Uno de los hombres bien vestidos, hiso una reverencia y abrió la puerta del carruaje.

–Adelante, señorita. –Dijo.

Laura agradeció y colocó un pie sobre el primer escalón.

–¡Laura, Laura!

Enseguida se volteó para encontrarse con dos muchachos correr hacia ella. Uno era alto, de cabello castaño y aspecto de caballo. El otro era más pequeño, rubio y de ojos saltones.

"Armin, Jean..."

Sintió algo aferrarse alrededor suyo y un calor de repente la inundó, al momento en que las lágrimas se acumularon en sus ojos. La cabeza de Armin se apoyó sobre su hombro. Lo escuchó sollozar.

–¿Te... t-te vas? –preguntó Armin, mientras las lágrimas descendían por las mejillas de ambos.

Laura se quedó estática. No sabía qué responder. ¿De dónde se habían enterado?

Lo único que hiso fue acariciar el cabello de Armin con su mano libre, así como hacía su madre con ella cuando era niña y se encontraba triste.

–Por favor no llores –Laura pasó saliva e intentó dejar de sollozar, más el llanto de Armin no cesó–. Armin, por favor, deja de llorar. Voy a extrañarte muchísimo, pero.... Pero tengo que irme.

Él se separó. Sus brillantes ojos azules se habían hinchado un poco. Laura limpió las pocas lágrimas que quedaban en sus mejillas y le sonrió con tristeza. Jean, que hasta ese momento se había quedado de brazos cruzados a una distancia prudente, dio un paso adelante.

–Laura –Comenzó a decir– por favor no te vayas.

Las palabras de Jean impactaron con fuerza en su pecho. No pasó mucho hasta que Laura se acurrucó en el pecho del chico a llorar. Se aferró con fuerza a su camisa y se negó a soltarlo, a pesar de que el cochero y los hombres de traje intentaron separarla.

–¡No voy a dejarte! –Gritó ella entre lágrimas–. Ya perdí a Marco, no voy a perderte a ti.

–Laura...

–¡No, no! –Continuaba Laura, dando patadas al cochero.

–Laura...

–¡Déjenme, no voy a irme!

–¡Laura! –Ante el grito de Jean, todos dejaron de forcejear y Laura se quedó en silencio–. Si dijeron que debes irte, te irás. Pero no olvides que yo voy a quererte donde sea que estés. Estaré a tu lado para siempre.

Metió la mano en su bolsillo y de éste sacó un pequeño collar de plata con el dije de una rosa.

Lo colocó con delicadeza en la pálida mano de Laura.

–Era de Marco –Explicó–. Lo encontré entre mis cosas hace poco y olvidé dártelo. Quiero que lo conserves.


Buscando las Alas de la Libertad #1| Shingeki no Kyojin Fanfic ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora