Bueno , después de ese plan fallido de intentar esar a solas con Alfred en una habitacióna obscuras... Tendré que acompañarlo a ver a Rusia, por que aunque yo diga que no, soy un poco la chacha de Alfred. Pero bueno, a mi que me importa. Muy vale madres yo.
— ¿En que tanto piensas? — dijo Alfred interrumpiendo mis pensamientos llenos de maldiciones.
— En nada... nada. — no habló más. Ya que venía medio dormido por que era temprano y el iba manejando al aeropuerto por que se chifló y se siente "cul" — Ya llegamos, ¿No?
— Si ya llegamos.
— ¿Cuanto nos íbamos a quedar ahí?
— Una noche y dos días.
— Qué hueva. — dije deslizándome en el asiento.Entramos al avión y pasamos la horas de vuelo, nos pasamos a otro avión y llegamos a Rusia. En dónde hacia un chingo de frío. No la parte bonita y calurosa, nooo, era la parte bien pinche fría, me esaba muriendo.
— Me dijiste que haría calor. — dije titiritiando.
— Sí pero en U.S.A. — respondió muy alegre con un suéter de lana.
— Culero. Le pediré uno a Rusia y me va a querer más que a ti por morro. — dije sacando el dedo malo mientras me dirigía a la casa de Rusia.
— Pero el es malo. ¡Te va querer hacer uno con él! — dijo ya lo último gritando debido a que ya me encontraba lejos de su alcance. Eso ultimo sonó como si me fuera a violar o algo así. Pero me han dicho que sonríe un buen el vato, así que no sé. Y como solo lo había visto de lejos. Nel, YOLO prros.Toqué un poco la puerta pero en eso solo veo como se habré la puerta dejando ver a un chavo bien alto y muy blanco.
— ¿Sí? — dijo muy alegre. No creo que sea malo.
— Hola, soy Los Estados Unidos Mexicanos o simplemente México. Tu debes ser Rusia, un placer. — extendí mi mano mientras sonreía, pero no recibí un saludo, si no un agarrón que era tan fuerte que me metió a su casa. — ¿¡Qué pedo?! ¡Ayuda! — dije en la oscuridad de aquella mansión. Creo que le gustan las visitas.
— ¿Vienes con América?
— ¿Quién es América? ¿El Gordo? Oye, América es todo el continente no solo el pinche gringo. Ten concien-
— ¿Vienes con el? — me interrumpió con una cara de fastidio que daba miedo por el simple hechoe de que estaba sonriendo.
— Si, si, vengo con el. ¿Algún problema?
– No. — dicho eso se encendieron las luces y se oyó que tocaban a la puerta.
— Debe ser Alfred, yo la abro no hay pedo. — dije para después correr a la puerta y abrirla, pero solo era un guardia de Alfred.
— ¡Oh México, sigues vivo! ¡Qué milagro!
— Culeros. — cerré la puerta de tostón, no iba a aguantar ningún chistecito. — Y que onda Rusia. ¿Para que habías dotado a Alfred aquí?
— Bueno, eran para unos acuerdos, CONFIDENCIALES. — dijo tiernamente.
— Que miedo. — pensé. — Y... ¿cuánto mides?
— 1.85
— No manches. ¿Enserio? Yo mido 1.70 Todos aquí son altos. Chale. ¿Tienes algo de comer? — dije ya muy confianzudo.
— Íbamos a cenar un poco más tarde. — dijo poniéndose un poco más serio. ¿Enserio puedo hartar hasta el temido Rusia? Debería vender mis servicios. Osea, es un arte. Pero ya tengo hambre así que le voy a hablar a mi gordis. Sí, mi gordis.Después de hacer que Alfred entrara, se pusieron muy serios y comenzaron a hablar de muchos negocios. Lo que no me había dicho Alfred es que nos quedaríamos a dormir ahí por que tenían que hacer una serie de actividades y blablabla, pero llegó mi parte favorita. La cena.
— ¡Por fin! Vengo bien hambriento. ¿Que va a dar de comer? — dije un poco mamón
— Mis chef prepararon comida típica de su país, y una mía, Shchi. Es una sopa. — dijo muy alegre mientras habría una puerta que ah decir verdad, era demasiado enorme, ¿cómo hicieron eso?Entramos al comedor que a la madre, en realidad era un pinche restaurante esa cosa, era gigante, el mío solo tenía 7 sillas.
— ¿Por qué es tan grande? — dije empezando a pasarme por todos los lugares contándolos, esa mesa era enorme. ¿Como la habían metido? Esperen, la puerta gigante. Si eso ah de ser.
— ¿Qué haces México? Vente para acá. — me susurró Alfred un poco enojado.
— Que te valga madre. Ahorita voy. — dije siguiendo contando las sillas. Al acabar me dirigí con Alfred que estaba hablando ya sentado con Rusia. Nosotros estábamos de un lado de la mesa, y los presidentes del otro lado.
— Son 72 sillas. — susurré
— Calla. — siguió hablando con Rusia mientras yo me aburría un chingo. Como vi el gordo me ignoraba decidí irme de ahí sin hacer ruido, salí y nadie se dio cuenta, a lo que decidí investigar la mansión.
![](https://img.wattpad.com/cover/68262772-288-k228407.jpg)
ESTÁS LEYENDO
El Crush de México. - Hetalia
Fiksi Penggemar¡Hola! Me presento, Me llamo José Eduardo, y me gusta un gordibueno del cual no diré nombre. ¿Cómo lo conquistaré? ¿Se entrometerá alguien en mi camino? No sé. ¿Quieres ver lo que pasa? ¡Léelo! (Advertencia : Lenguaje Adulto.) Portada hecha por @Sa...