Practicando Hechizos

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—Estoy esperando una respuesta—el padre de Draco, Lucius, miraba a los dos niños en especial a Max. Lo veía como una joya, algo muy valioso.

Max trataba de evadir aquella mirada, lo hacía poner más nervioso de lo que estaba.

Draco tenía un nudo en la garganta, parecía que le tenía miedo a su padre, y Max lo entendía. A veces le pasaba lo mismo. Max rápido habló, tenía que salvar a su amigo de una vez por toda. No quería provocar más problema...

—Me iba a contar algo vergonzoso que le ocurrió a Potter—trataba de decir con un tono asqueante. Imitando la voz de un Malfoy.

—¿Y qué era?—quizo saber con curiosidad.

—Bueno.. Era... Simplemente—pensaba en algo rápido—que no se baña los fin de semanas.

Max pensaba en la gran estupidez que había dicho, Lucius no parecía muy convencido.

—Bueno, cualquiera se lo espera de un Potter, y más aún de un Weasley—respiró y camino con su bastón. Hasta que dio la vuelta mirando a su hijo—Espero que sea solo eso, si te veo que estás a favor del grupito ese de Gryffindor, veras. Además hablé con la señora Dolores, te tiene algo para ti y Crabbe y Goyle.

Lucius se marchó y ambos dieron un suspiro de alivio. No era bueno lo que estaba pasando.

Las clases se habían finalizado en el día, Max había recibido una carta... La abrió emocionado para darse cuenta que había reunión. Más práctica, el ejército de Dumbledore se estaba preparando.

Max buscó por todos lados a Draco para avisarle, pero no lo encontraba. Miraba por los pasillos repletos de nuevas reglas, reglas de Umbridge.

Todo era una prisión, la escuela, las clases todo lo estaban torturando. Tenían los Timos, pero tampoco era que los mataran.

Minutos pasaron y ya era bastante tarde. Max se dio por vencido y solo tuvo la esperanza de que su amigo ya estuviera allá.

Habían pocos estudiantes por los alrededores de la escuela, algunos practicaban y otros en sus salas comunes. Pues no podían salir de allí.

Max corrió sin llamar tanto la atención y se dirigió al quinto piso, donde se encontraban los demás.

Cerró sus ojos y al ver, la puerta se encontraba al frente. Entró con precaución y se encontró con los demás que ya estaban listo para empezar.

Miró los demás estudiantes y no se encontró con el rubio, estaba un poco preocupado. No lo había visto desde por la mañana.

Harry se acercó a Max y le dijo una señal de que iban a empezar. El chico de Slytherin respiró profundo y lo siguió a la área de práctica.

—Como sabrán, hoy es la última clase del semestre, pues pronto estaremos de receso. ¡Navidad!—le sonrió Harry a todos— Así que hoy tratemos de hacer lo mejor posible y no se olviden practicar en sus casas... Empecemos.

La sala estaba cubierta de hechizos, unos practicando el bloqueo, otros el ataque, hechizos curativos y cosas súper avanzada que con la ayuda de Harry se podrían hacer realidad.

Max se puso a practicar con uno de Hufflepuff, Ernie Mcmillan.

—¿Estás listo para perder?—sonrío el chico.

Max rió—Enserio, eso lo veremos.

—Expelliarmus—pronunció el chico haciendo salir una luz de su varita.

—Protego—lo esquivó Max. Así continuó,—Stupefy.

Ernie no sabía qué hacer y salió volado del aula hasta la estantería de libros que estaba afuera de la área de práctica.

Todos se asombraron con Max.

Max corrió a ver a el chico que había salido a miles,—¿Te encuentras bien?—le preguntó asustado.

—Si, no se preocupen—comentó dolorido,— no te emociones, solo te deje ganar.

Todos lo miraron sabiendo que no era cierto.

—Ernie, practicaras el bloqueo o defensa con Justin—Harry lo llevó con el otro chico de Hufflepuff—Ahora sigan practicando lo están haciendo perfecto.

Stupefy... Aguamenti... Inmobilus... Wingardium Leviosa... Todos le salían bien a Max, era su primer año y ya los dominaba muy fácil.

Él trataba de hacer uno en especial..

—Expecto Patronum—gritó. Pero no resultaba.

"Max, no te preocupes, ese hechizo no lo necesitarás. El lado oscuro es para ti". Esa voz había vuelto.

Max tembloroso lo intento una y dos veces y nada.

"Te lo dije, los magos oscuros como nosotros no usamos esa basura de hechizo".

Max empezaba a temblar... No entendí qué pasaba, estaba perdido. Todos seguían haciendo los hechizos y no se daban cuenta.

"Hay uno que si necesitaras, empieza en A. Avada Kedavra... Úsalo ahora contra Harry".

Max sentía que lo controlaban, movió su varita y apuntó a Harry. Trataba de recordar la palabra y estaba listo para hacer aquella maldición imperdonable.

—Avada Keda..,—Colin Creevey había salido volado por un hechizo que trataba de practicar y cayó en cima de Max. La varita de Max salió volada a uno de los rincones del aula.

—Bueno, la práctica a concluido aquí. Que tengan una linda Navidad—Escuchaban todos, Colin se disculpó de Max y ambos se levantaron.

Max no sentía nada, su mente volvió a estar normal. No escuchaba voces y nadie que lo controlará.

Todos se despedían de los demás, el aula se iba vaciando..Muchos salieron de pocos en pocos, luego él salió.

Hasta que recordó su varita y entró.

Vio como Cho y Harry estaban a punto de darse un beso.

—¿Interrumpo algo? —Ambos miraron asombrados—Pues lo siento, dejé mi varita.

Max camino como pudo luego de ver aquella escena y se fue. Tenía que buscar a Draco y decirle de que se había perdido.

Además trataba de evitar aquella voz que lo atormentaba.. Aquella voz siniestra, que llevaría a Max a un lugar que no entendía. Un lugar llamado el lado oscuro. Para convertirlo en su mejor mortifago.

 

El hijo perdido de Severus SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora