Primera mirada

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Enzo envuelto en un sueño profundo y serenó no notaba el rayo de sol en su recámara, en un momento de repentina luz que cruzaba desde la ventana de su habitación choca con su rostro y este hace que despierte, con una sonrisa y un primer pensamiento de hoy es el día...

Ansioso va al baño y se prepara para comenzar el día, mientras su madre ya hacía el desayuno y lista para el trabajo.

Enzo se dirige a la mesa a desayunar ya su madre sonriente no quiso comentarle nada para no incomodarlo de nuevo cómo anoche, con tantas ideas en mente se despide con un beso y le desea suerte en su día.

—¡Nos veremos en la noche, mi bebé!— Ya debo irme se me hizo un poco tarde.

—¡Vale mamá, gracias!. Dijo de manera seca y con la mirada en la mesa.

Al terminar de comer ya está preparado para emprender su último año de preparatoria, y sin ninguna interrupción ni espera se dirige al Instituto.

He allí, uno a uno de sus nuevos compañeros de aula entran con una mirada perdida y nerviosa.

Enzo había tomado asiento en la mitad de una fila, no quería sentarse de primero y ser unos de los primeros en ser llamado para levantarse y anunciar su nombre a toda la clase.

Ya se acercaba su profesor guía quien daba la bienvenida a un nuevo y último año escolar en la institución.

—¡Buenos días, Alumnos de 5to año!— Exclamaba a toda la clase. —Espero que ya seamos todos y no falte nadie, no queremos empezar con mal pie este año.

—Mi nombre es Rafael y seré su guía este año escolar, les daré clases de biología y también conduciré para su trabajo de tesis,— sé que todos están nerviosos es un trabajo que iremos trabajando a lo largo del año pero si continúan mis pasos a la perfección sé que lograremos nuestro cometido.

Enzo al escuchar las palabras de su profesor entraba más en confianza con las sabías y directas palabras de Rafael, sé notaba que sabía lo que hacía.

En un instante rechina la puerta y Enzo repentinamente voltea la mirada hacia ella. —¿Quien es?— Se pregunta en voz baja.

Su corazón de alguna manera latía con más intensidad y rapidez, no quitaba la mirada de esos ojos color cafés... Una chica de baja estatura con un cabello color castaño.

—¿Por qué de repente me siento así?— No lo entiendo, jamás me había pasado.

Rafael da la bienvenida a la chica misteriosa o eso se notaba a principio.
—Toma asiento. Señorita...?

—Génesis, profesor, Génesis Hidalgo— y lamentó haber llegado un poco tarde, no alcancé a tomar el tren a tiempo y eso me retraso.

—Adelante puedes entrar.— Dice Rafael muy alegre.

Génesis se sienta un puesto detrás de Enzo, esto logra grandes nervios en él pero mantiene la mirada firme hacia adelante para no delatarse.

Rafael continúa con su prólogo del nuevo año cuando pide a sus alumnos que tomen nota de los horarios de clases.

Génesis nota que no trajo ninguna pluma para tomar apuntes, mira alrededor a quien pueda tener ese gesto de amistad para pedirle un favor de compañerismo.

Cuando de pronto mira hacía adelante y ve a Enzo y lo primero que llama su atención es su cabello, tan oscuro como la noche y liso cómo la seda, se siente atraída, desea tocarlo y ver que se siente al tener en sus dedos el roce de ese cabello, con un movimiento de cabeza se olvida de lo anterior y procede a tocar su hombro derecho, Enzo gira hacía ella y dice:

—Ehh... ¿si? Dime.— Dijo con una voz fría y seria.

A Génesis lo primero que le llega a la mente es que se nota la frialdad de personalidad que tiene, bastaba con esas dos palabras para darse cuenta.

—¡Oye!— Sólo quería pedirte una pequeña ayuda... Y era que necesito una pluma para tomar los apuntes, fui una torpe y olvide traer una...

—Entiendo— déjame buscarte una en mi mochila— Dice mientras de reojo observaba sus piernas.

Enzo pensativo no cree que de toda la clase se allá dirigido a pedírselo a él.

Con notable entusiasmo encuentra la pluma y procede a dársela a aquella chica que estremecía su mirada al sentir que lo miraba fijamente a lo ojos.
Se la entrega con la mirada baja, y Génesis dice:

—¡Gracias!— ¿Me podrías decir tu nombre?

—Ehm si...— mi nombre es Enzo— y no te preocupes por la pluma, te la puedes quedar.

—Que amable gesto de tu parte pero... No.— al final de la clase te la quiero devolver y agradecerte de nuevo, es bueno comenzar el año con buenos compañeros cómo tú.

Enzo no responde a eso y decide continuar observado a Rafael y quedarse con el pensamiento de lo que acaba de ocurrir.

Mientras Génesis aún no puede creer que la haya dejado con la palabra en la boca.

Al terminar la clase hay ciertos alumnos que ya se conocían de años anteriores, formando varios grupos en el aula y cuya conversación hacían ecos.

Enzo no conocía a nadie de la clase sólo rostros nuevos y algunos ya vistos pero de jamás dirigirse la palabra.

Enzo desea quedarse un poco más antes de irse se queda sentado observado su libreta tratando de hacerse el interesado o eso intenta.

Gira la mirada hacia su derecha y se encuentra aquella chica de la pluma.

—¿Cuál era su nombre...?— se hacía la pregunta con una notable mueca.

—¡Génesis!— ¿Por qué causas timidez en mi? ¿por qué? —Nunca me había pasado, jamás tuve problemas para conversar y mirar a una chica fijamente a los ojos siempre supe que era el dominante.

En ese instante Génesis recuerda a Enzo y desea buscarlo para agradecerle de nuevo y darle su pluma.

—¡allí está!— Lo mejor es devolverle la pluma, sé nota que no es muy amigable que digamos.

—¡Vaya!— Desde este ángulo no había visto el lunar que lleva en su mejilla. Es hermoso.

—¡Vamos Génesis!— no es momento de ponerte nerviosa.

—¡Hey, Enzo!— Aquí estoy de nuevo para agradecer tu ayuda y devolverte la pluma— Dice con una sonrisa delicada.

—No hay problema— Cualquier ayuda que necesites puedes contar conmigo. —Y lo de la pluma te la quiero obsequiar, —¿Un presente por una nueva amistad no crees?

—Si— Muy bien pensado, bueno no quiero interrumpirte más, me despido Enzo— Dijo con una voz muy baja.

—¡Vale, Génesis!— Entonces te veré mañana— Dice con la esperanza de poder hablar con ella de nuevo.

—Claro— Estoy segura de que si.

Enzo sabía que la conversación fue bastante incómoda para él, pero se preguntaba que era lo pasaba por su mente, daría todo por saberlo, la primera chica que hacía que su corazón latiera apresuradamente he hiciera que mojara sus labios al verla.


By: Jean Carlos Uzcategui
Instagram: @jee.jean
Twitter: @JeanCarlosUz

GRACIAS POR LEERLO, ¡PEACE! ✌

Promesas En Vano [REESCRITO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora