Nada Convencional

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Todo lo sucedido el día de ayer para Enzo no fue tan repentino, fue una experiencia común con cualquier chica, sentía atracción y deseo pero no esa sensación de romanticismo y pasión cómo un amor verdadero.

Pensaba que si estaba con Dayana y en algún momento Génesis los veía juntos tal vez se fijaría en él, sería buen plan creía... Tenía que ponerlo en práctica a ver si funcionaba.

—¡Rayos!— Hoy debo salir con Dayana y no sé a donde...

Pensemos Enzo pensemos que sitio sería el indicado para seguir conquistando esta belleza, necesito que me quiera lo suficiente para poder llamar la atención de Génesis. Tampoco debo enamorarme quiero que sea una pequeña aventura para mí.

Hey... Qué tal ese sitió de atracciones, por supuesto podría ser allí... ese sitio nunca me ha decepcionado ha sido un buen lugar para llevar a mis citas anteriores, no es del todo romántico pero es muy divertido aunque me costará un poco caro, cómo odio gastar en tonterías.

—¡Mierda!—

Llamando a Dayana...

¡Hey, dulzura!— ¿Cómo estás? Es Enzo.

—¡Hola chico lindo!— Estoy bien...— supongo que llamas para que salgamos esta tarde, ¿Cierto?

Enzo en su mente decía: En que mierda me he metido ahora.

—Si por supuesto a eso he llamado— ¿A qué hora estás disponible?

—Creo que si me das 30 minutos estaré lista y dispuesta para ti.

—¡Vale!— nos veremos pronto nena.

Pasa aquella hora y Enzo no tenía ese sentimiento ni esa rara sensación cuándo estás a punto de verte con una persona que realmente te gusta. Solo está de pie esperando a aquella chica que necesita y deseaba para su oficio sexual. Ya con una demora de más de 10 minutos, Enzo impaciente pierde la cordura y empieza a caminar en vueltas con la mirada al frente observando a ver si aparecía Dayana, apretaba sus puños de molestia. Odiaba que lo hicieran esperar... Tenías que ser una chica puntual para ganar una buena impresión y buen rollo a este hombre frío y extraño.

Entre la multitud ya se podía observar a Dayana reluciente y con un lindo vestido rojo. Enzo no se puede contener moja sus labios y con esa mirada perdida olvida todo ese malestar que sentía hace unos segundos atrás.

—¡Hey!— ¿Por qué la tardanza?— La miraba fijamente a los ojos conteniéndose de mirarla directamente a la piernas color canela que se hallaban descubiertas.

—Lo siento cariño— pero pasaba por una tienda y me distraje viendo unos zapatos con las que quedé encantada. ¿Estás molesto conmigo? ¿Deseas que te bese para que me perdones?

—No te preocupes todo está bien, mejor salgamos de aquí antes de que anochezca tengo una sorpresa para ti.

—Está bien, y cuéntame...— Ahora que vamos de camino quiero saber algo de ti. ¿Cuáles son tus hobbies en tu tiempo libre?

Enzo odiaba esta clase de preguntas no era de su agrado hablar sobre él, prefiere llevar el control en la conversación y que se hable, piense y diga lo que esté a su disposición.

—Pues...— como hobbie favorito y principal es la música, un maravilloso escape dónde puedo ser yo mismo, es una forma increíble en la que te sientes cuándo escuchas tu música favorita, y al poder mezclarlas y poder convertir varias melodías y vocales en una sola es inexplicable— algún día y como sueño quisiera ser dj ante un número incontable de personas— Dice encantado y con la esperanza de no ser juzgado ni menos criticado.

—Que sueño tan divertido— pero yo pienso que deberías de pensar en algo más interesante e importante para ti— pareces un chico inteligente debes sacarle provecho a eso con una buena carrera.

Enzo a esto no respondió sólo asentaba la cabeza en modo de no parecer grosero y tomar la opinión de buena forma. Pero sabe que no podrá conseguirlo es terco y nada ni nadie hará que cambie de opinión sobre sus gustos y preferencias.

A lo largo de un rato.

Llegan al parque de atracciones y las primeras impresiones para Dayana fueron de confusión no sabía si era broma o sólo pasaban por allí para ver a los chicos divertirse y continuar con el recorrido hasta su destino.
Pero no fue el caso... Enzo compraba dos boletos y Dayana no pudo evitar una risa burlona y dice:

—¿En serio vamos a entrar?—

—Sí— ¿Qué tiene de malo?

—No nada... Tranquilo— no te preocupes entremos— mientras pensaba que era una tontería estar allí con tantos niños corriendo por el parque.

—Entonces...— ¿Te gusta?— Dice Enzo mientras la miraba y añoraba una respuesta positiva.

—La verdad— Enzo esto me parece una tontería— tampoco vine vestida para la ocasión.

Enzo pensó por un momento y no hecho marcha atrás.— oye no pasa nada te vas a divertir dame la oportunidad al menos.

—Vale, haré el intento— dice Dayana mientras hace muecas de desaprobación.

No puedo creerlo primera vez que estoy en esta situación, las citas anteriores se mostraban más interesadas e intranquilas al venir a este lugar... De igual forma no hay marcha atrás hay que continuar con la tarde, podemos conseguir algo con Dayana sólo tengo que lograr que la pasé muy bien y tal vez me lo recompense.

Mientras se dirigen a la primera atracción Dayana aún no cambiaba su cara de amargura y desaprobación, pero quiere intentarlo, ya estando en la montaña rusa sentados juntamente inicia el protocolo y bajan las barandillas de seguridad, esto hace que Dayana salte del susto y muestra una pequeña sonrisa pero tímida.
Entre sonidos y carcajadas comenzaba a andar la atracción...
Entre zig zags cambios de velocidad y fuertes giros ya se mostraba la empinada rampa que los esperaba, Dayana ya se mostraba más suelta. Le señalaba a Enzo lo alto que era aquella subida, entre pequeños saltos ya subía aquel vagón mientras Enzo notaba cómo el vestido de Dayana subía poco a poco con aquella mirada astuta, movía sus dedos ansiosos y mordía sus labios. Ya estando en la cima no puede contenerse y coloca su mano en su pierna, Dayana no se entera de lo sucedido sólo observa hacia al frente y entre risas aquel vagón baja de manera desenfrenada hasta terminar su recorrido.

—¡Ha sido increíble!— Enzo que alto estuvo eso— tuve un poco de miedo no te mentiré— dijo con una voz exaltada y contenta.

—Vaya de repente tu ánimo cambio— lo decía Enzo con un tono de voz sarcástico.

—Lo sé, lo sé...— Debo admitirlo me gustó. ¿Sabes que quiero? —Algodón de azúcar. ¿Puedes? ¿Por favor? ¿Me lo concedes, lindo.

Esto le causó una sonrisa a Enzo y sin dudarlo se dirigieron a comer, mientras pensaba que esta chica tenía un problema en serio.

Mientras comían Enzo miro el cielo y exclamó:
—Ya está anocheciendo— ¡Rápido! Acompáñame.

—¿A dónde vamos?— Enzo espera un poco, llevo vestido.

—He aquí— quiero que subamos a la Noria y veamos el anochecer. ¿Te gustaría?

—Vaya que sí— me encantaría, ¿Que estamos esperando?

Ya estando sentados comienza a ascender lentamente, ambos con la mirada hacia arriba ya observaban aquel ocaso, las nubes rociadas con un color rojizo por aquel último rayo del Sol.

—Esto es hermoso Enzo— de verdad te agradezco por este día no creí que me la pasaría tan genial— sujetaba su mano.

—No tienes porque agradecérmelo— solo espero que en realidad te la hayas pasado de maravilla— ese era mi plan...

—Me la pasé más que de maravilla— lo besa tomándolo suavemente por el cabello con deseo de tenerlo para toda la vida... Estando a más de 70 metros de suelo para ella está siendo todo muy mágico y perfecto jamás un chico había logrado hacerla sentir de esta forma, está siendo conquistada.


By: Jean Carlos Uzcategui
Instagram: @jee.jean
Twitter: @JeanCarlosUz

GRACIAS POR LEERLO, ¡PEACE! ✌

Promesas En Vano [REESCRITO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora