Capítulo 8

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La joven podía observar claramente la diferencia que había entre aquel mundo de ángeles y el suyo, el paisaje que poseía el mundo angelical era pacífico y poseía un color blanco con detalles en dorado. De repente una voz masculina la sacó de sus pensamientos.

- Estamos por llegar señorita - dijo el conductor.

- S-si gracias - contestó nerviosa.

La azabeche se encontraba sumamente nerviosa, no por que tuviera miedo, sino porqué los angéles no eran de su agrado puesto que todas las cosas que sabía acerca de ellos no eran muy buenas ni bien tomadas por ningún demonio, ni siquiera su padre, pero con tal de conseguir que tuvieran un pequeño acuerdo con ellos y ver feliz a su padre ella soportaría convivir con los angéles; al menos hasta que el acuerdo estuviera hecho.

El sonido de la puerta abriéndose hizo que la oji-celeste volviera a la realidad.

- Hemos llegado señorita Dupai - dijo el conductor mientras extendía su mano para que ella bajará.

- Gracias- contestó la azabeche.

- Aquí tiene su horario de clase, así como también le muestra el salón que le corresponde - decía el conductor mientras le entregaba una hoja.

- Gracias pero, ¿quién vendrá a recogerme? - preguntó con intriga la oji-celeste.

- Yo la estare esperando aquí mismo señorita, no tiene por qué preocuparse; así que con su permiso me retiro y esperó tenga un buen día - dijo en tono serio el conductor, para luego hacer una pequeña reverencia ante la joven e irse.

La azabeche observaba detalladamente la edificación frente a ella, mientras tanto en su mente había una guerra de decisiones entre: entrar a la que ahora era su neva escuela o salir corriendo e ir de regresó con su padre; al final solto un largo y persado suspiro recordó la promesa que le había hecho a su padre, cumplir con el acuerdo, y ella jamás rompía sus promesas.

Como pudo fue subiendo cada uno de los escalones de la entrada, cuando llegó a la puerta procedió a entrar en la instalación, una vez estando dentro, buscó con la mirada el salón que marcaba su hoja, una vez que lo encontró subió las escaleras que conectaban con su clase, se posicionó frente a la puerta, respiro profundo mientras tomaba el pomo de la puerta, lo giro lentamente y...

Rosa negraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora