Capítulo 4

143 10 0
                                    

Metí mi mano siguiendo el zumbido de donde provenía y al encontrarlo lo saqué. "Mensaje Nuevo" avisaba la pantalla de mi iPhone negro. Deslicé mi dedo, desbloqueándolo, y le di "Abrir".

De: Número Desconocido.

¿Cómo te va en la reunión con la banda? J.M.

Fruncí el ceño en señal de confusión, metí mi celular al bolsillo, de nuevo. La cálida mano de mi amiga Érika hizo que vuelva a la mesa, pasando mi mirada por cada uno de los que se encontraban en ella. Todos tenían expresiones revueltas, esperando a que continúe. Todos, menos uno, quien tenía la mirada dulce y atenta a mí. Niall.

-Em... yo. -dije tratando de encontrar palabras. Aclaré mi garganta y continué. -Lo siento.

-Como decía Alex -dijo la rubia captando mi atención. Me sonrió cómplice. Todos quedaron atentos a lo que ella decía.

El resto de la hora pasó rápido, mi mirada se perdió en la servilleta blanca que tenía entre mis manos, dibujando figuras abstractas con mi pulgar.

La reunión terminó, intercambiamos números y nos fuimos. De camino al auto, metí mi mano en el bolsillo buscando de nuevo el celular para analizar el mensaje. "J.M.", brillaba la pantalla y mi atención quedo incrustada en las dos letras negras.

-¿Qué pasa? -preguntó Érika acercándose, tratando de leer el mensaje.

-Me llegó un mensaje de un "J.M." -le respondí pasándole el celular. Una vez en el auto, lo colocó con cuidado sobre sus manos para leer.

Mi mirada se centró en las pequeñas gotas que se deslizaban por el vidrio polarizado. Empezó a llover. Érika me pasó el celular, colocándolo entre nosotras, hacia mí.

-Adiós chicas. -se despidió Meredyth mientras abría la puerta del auto y ponía sus pies en el suelo. -Las estaré informando cualquier cosa.

-Adiós Meredyth. -gritamos al unísono por la ventana, ya que ella se encontraba completamente afuera con el cuello de su chaqueta por su cabeza, cubriéndose de las gotas de agua.

Esperamos unos minutos hasta que ella desapareció por la puerta de su casa. El frío chocaba contra mi piel, me estremecí y subí la ventana.

Lewis se puso en marcha, iba dejando al resto de las chicas en el camino. La pantalla de mi celular brilló, avisando que tenía un mensaje nuevo. Agarré mi celular de mi costado y lo puse en mis manos. "Abrir".

De: Número Desconocido.

¿No te gusta el frío? J.M.

Abrí los ojos como platos, un frío me heló de pies a cabeza. Miré a los costados, tratando de encontrar a alguien sospechoso. No había. "Mensaje Nuevo", avisó el celular.

De: Número Desconocido.

Deja de buscar, no me encontrarás. No te haré daño. J.M.

Me asusté más. ¿Cómo me podía ver pero yo a él no? Entre susto y susto, llegué a casa. Lewis se estacionó bajo el techo, dejándome cerca de la puerta.

-Llegamos. -anunció el canoso. No pude formular una oración, así que asentí con la cabeza.

-Pasaré por usted mañana a las siete, si le parece bien.

-Ok. - logré decir.

Abrí la puerta y el viento chocó por mi cara descubierta. Junté mis brazos tratando de obtener calor, y entré.

-Mmm, tibio. -expresé mi pensamiento en voz alta. No es que odie el frío, pero prefería mil veces el calor.

Subí las escaleras, me adentré a mi habitación y me dirigí al baño. Me saqué violentamente la ropa para tener contacto con las tibias gotas de agua. El agua llevó lentamente todos mis sustos. Salí, y me dispuse a dormir. Tomé una remera rosa pastel y unos pantalones del mismo color. Me acerqué a la ventana para cerrarla. Salté cuando mi celular crujió por la mesita de noche.

De: Número Desconocido.

Me gusta como te queda el rosa. J.M.

Frené en seco mi camino hacia mi cama. No me pude contener, automáticamente mis pulgares hicieron presión sobre la pantalla, respondiendo el mensaje.

Para: J.M. (acosador)

¿Me estás espiando?

De: J.M. (acosador)

Espiando, no. Vigilando. Dicen por ahí que hay mucho peligro en las calles. J.M.

Para: J.M. (acosador)

Creo más que eres un pervertido. Y gracias, pero no necesito de tu ayuda. Sé cómo defenderme.

De: J.M. (acosador)

Lo sé. Sé perfectamente bien de tu capacidad y potencial. Pero algún día me necesitarás. J.M.

Para: J.M. (acosador)

Cuando te necesite, te contactaré. Adiós.

De: J.M. (acosador)

Me mantendré en contacto. (; J.M.

¿Qué fue eso?. Terminé de cerrar la ventana, caminé hasta mi cama y me hundí en el colchón, agarrando con fuerza el edredón. Y sin darme cuenta, caí en un profundo sueño.

Perseguida. {n.h.}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora