-¿que crees que haces Camila?- grito tan alto que me dio dolor de cabeza. Franco apenas abrio los ojos y los volvio a cerrar, lo movi de arriba mio y me levante, cerrando la puerta atras.
Una vez en el pasillo, puso mi mamá su mayor gesto de disgusto y sorpresa a la vez. Fue algo gracioso la verdad, pero sabia que reirme en esa situación lo empeoraria todo. Demoré 10 minutos en explicarle el problema, y termine de convencerla cuando me ofreci a realizar el aseo por 3 semanas consecutivas.
En el rostro de mi madre se notaba la angustia por la situación reciente, acompañada con los rasgos que trajo el tiempo en su rostro. Mi mamá en otra palabras, se apiadó de Franco, y creo que esto le recordo algo de su niñez.
Fui al baño a darme una ducha rapida, y cuando salgo encuentro a Franco hablando con mi mamá en la mesa de la cocina, ambos con una taza de cafe humeante. Dicha escena me provoca escalofrios, no lo vi como algo malo, pero sino por lo que era, algo muy inusual y por lo tanto no sabia como reaccionar.
-para ti tambien prepare uno, cariño- dijo mi madre, sin duda me habia visto por el rabillo de sus ojos.
-muchas gracias ma.
Ambas nos quedamos mirando a Franco, viendo como se enrojecia bajo la mirada curiosa de ambas. Este hizo una sonrisa ladeada, dejando en evidencia sus labios carnosos acompañados de una hilera de dientes blanquecinos.
-señora Gomez, quiero agradecerle de verdad, las molestia que se esta tomando junto a su hija, y sin querer sonar mal agradecido preferiría ir a buscar a mi hermano, y esperarlo afuera de su departamento, no quiero generar mas molestias...
-¿por que no te comunicas primero con el?, al menos no andas deambulando por la calle solo.
Franco tomó el teléfono y empezo a marcar el numero de su hermano. La cara de este se desconfiguro cuando escuchó lo que supuse era la voz del hermano por el otro lado. Luego de unos segundos largos, donde no pude distingir lo que decia la voz, Franco cortó.
-mi hermano mi dijo que su mujer sufrió un accidente, y si bien no fue muy grave, tuvieron que postergar el regreso, ya que ella se encontrará varios dias allí.
No sabia que decir en ese momento, Franco se habia sentado en el suelo, apoyandose contra la pared, abrazando sus rodillas. Su rostro no transmitia cualquier tipo de emoción alguna. Miró a mi madre, y comprendí, por su mirada, que a ella no le dieron esa oportunidad, y por lo tanto supuse que ella no se la negaría.
-Franco... puedes quedarte los dias que sean necesarios, nuestros lujos no son muchos pero al menos tendras un techo hasta que tu hermano pueda ayudarte. -Franco se levantó del suelo y le dio un abrazo muy fuerte a mi madre, que esta entendio.
-¿Camila puedes hacer las compras? me faltan unas cosas para cocinar.- aunque mas que decirlo en tono de pregunta, fue una orden camuflada- ¿Franco puedes acompañarla?
Franco asintió. Esperamos la lista y el dinero y nos fuimos a comprar.
-gracias, por lo que hiciste. No estoy acostumbrado a tanta amabilidad. La convivencia en mi casa es algo dificil -tragó saliva- puedes confiar en mi. Yo ya confío en ti. - dijo Franco.
Una vez llegados a casa entregamos todo a mi mamá y nos fuimos a sentar en el cordón de la calle.
Varios minutos despues y en silencio, Franco apoyó su cabeza en mi hombro y dijo:
-Sabes, prefiero quedarme aqui en este momento, estar contigo y tener una madre de verdad, mucho mejor a la real... creo que encontrarte en la plaza ese dia, se convirtió en mi mayor tesoro.
-no creo que... - no me dejó terminar que posó un beso sobre la comisura de mis labios, y se levantó, dejandome atonita.
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¿Por que mentirnos?
Teen FictionLlega el punto donde la confusión se vuelve cosa de cada dia. Una amistad, mezclada con amor hace confundir a Franco y a Camila. ¿Mentirse, arriesgarse o callar? Que es lo que deben hacer ambos.