Me encontro sumergida en la hora del almuerzo, luchando con mis ideas junto a la carne quemada que mi madre había cocinado, aunque más que cocinado se encontraba actualmente, sobre cocinada. Sentia la mirada de Franco sobre mi, como tambien sabia que mi madre lo estaba mirando a el. Luego que terminamos ese incómodo momento, aproveche que Franco se ofreció a lavar los platos para poder, salir a recostarme en el cesped del patio de la casa.
-¡wow, mira esa nube! Tiene forma de un gatito aunque algo grande- exclamó Franco despertandome. Me corrio y luego se recostó en mi lugar.
-sabes, para ser tan galán como te dices, a veces te vuelves molesto.- frunci el ceño, aunque mostraba una media sonrisa burlona.
-¡hey! Y tu con lo dulce que te muestras siempre, no deberias herir a jovenes de esta forma- se pone la mano en el pecho, de nuevo en el lado derecho.
-¡del otro lado Franco!- le grité y comencé a reir. Franco se levantó y antes de irse me mostró su rostro enfadado.
No comprendo aun el por que de su enfado, el viene, se va, me besa y se enfada. No llego comprenderlo. Tampoco quiero rendirme tan fácilmente sin conocerlo. Hay algo en el que me cautiva, que me hace sentirme como el.
-fui a preguntarle a tu madre si podria hacer lo que estoy por hacer, y ella me autorizo. -frunci el ceño sin entender, cuando me estrello en el pelo un huevo- me la debes por malvada
- ¿que clase de salvaje eres? Dime, eh! Esto no se quedará asi.
Me lavé el cabello y me fui a dormir, Franco habia alterado la racha de buen humor de hace varias semanas. Me levante pasada la medianoche. Pensé en cual seria mi venganza, y antes de echarla a cabo, decidí ver como dormia al lado de mi cama, en un colchon que mi madre colocó en el suelo. Era un angel, abrazaba la almohada de una manera dulce, aunque no olvido la "bromita" de hoy.
Fui al baño y traje el labial rojo mas fuerte que tenia. Le dibujé un bigote en forma de mostacho y unas cejas enojadas. Y me acoste a seguir durmiendo.Me desperte antes que el, y tuve tiempo para buscar un delineador, y hacerle dos lagrimas en cada lado de la cara. Justo cuando comenzo a moverse, me acosté rápidamente para que no me viera despierta. Se levanto y fue a la cocina, donde mi madre ya se encontraba preparando el desayuno. Cuando escuche la risa contagiosa de mi madre supe que ya se habia dado cuenta.
Sali al pasillo y lo encontre mirandose al espejo del baño, tratando de comprender que paso. Y por supuesto, apenas me vio supo la respuesta. Se habia refregado ya los ojos dejandose la mitad de la cara negra, y a mi riendome de fondo.
-ahora si, estamos a mano. -dije sonriendo de forma victoriosa.
-¿asi que eso crees? - se me acercó lo suficientemente cerca como para ponerme incomoda, haciendome respirar mas rapidamente- ahora si creó que estamos a mano.
Me quede hipnotizada hasta que escuche el grito de mi madre ordenandome que fuera a desayunar. Cuando llegue mi mamá le habia extendido un paquete de algodón, junto con la crema para quitarse el maquillaje.
-creo que no debo decirles a ambos que, no quiero nada sucio o roto por sus bromas.
Ambos asentimos hacia ella, y luego nos miramos haciendonos un gesto de burla. Fui a lavar las sabanas, mientra el juntaba el desorden que habia causado el dia anterior.
-Camila, comportate como una dama, o nunca conseguiras a un chico a tu lado - me dijo mi madre mientras pasaba por detras mio.
Confirmando que la suerte no esta de mi lado, vi como franco se sonreia al costado de la puerta, como respuesta de que habia escuchado lo anterior muy claramente.
-pues, cariño, debes ser mas gentil con Franco o no querrá estar contigo- dijo Franco tratando de imitar la voz de mi madre.
Volvi a reir, mi racha volvió a comenzar, y pretendo que esta vez duré mucho mas. Tengo el leve presentimiento que Franco me ayudará.
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¿Por que mentirnos?
Roman pour AdolescentsLlega el punto donde la confusión se vuelve cosa de cada dia. Una amistad, mezclada con amor hace confundir a Franco y a Camila. ¿Mentirse, arriesgarse o callar? Que es lo que deben hacer ambos.