"Hazme Tuya"

37 7 0
                                    

Al llegar a mi casa, inmediatamente marco su número para hablarle, pero no contestan, marco al otro y suena ocupado. Bueno, me doy una ducha tibia y me recuesto un poco. Me despierto a eso de las 18:00 horas y lo primero que hago es llamarla.

-Buenas tardes, se encuentra la Srta. Cristal? -pregunto un poco intimidado, ya que es la primera vez que llamo a esa casa.

-En este momento no, joven. -me contesta una voz muy educada, de sexo femenino. Por su tono de voz debe tener algunos 40 años de edad. Es una voz muy madura y se siente una amabilidad enorme en su tono de voz. -Ella esta donde su primo que tuvo un accidente. -termina diciendo.

-Lo sé, por eso estoy llamando para saber si seguía mejor. -respondo como si mi voz temblara por el frío.

-Si, él esta como si no le hubiera pasado nada. -se escucha una pequeña sonrisa y un tono de voz un poco más relajado.

-Ah!! Que alivio. -hago un profundo suspiro y mi alma se alivia de la tensión.

-Si pero, ¿Quién habla? -esta vez la voz se escucha un tanto curiosa.

-Disculpe señora. Mi nombre es Steven.

Esto me recuerda una vez que estaba en el bachiller, y por primera vez tuve el valor de pedirle un número de teléfono a una joven muy hermosa, de tez india, ojos color miel, con un pelo largo y negro color azabache.

Tenía un cuerpo espectacular, como hecho a mano. Al llamarla, lo contesta su madre, pero esta es una versión muy diferente.

Contestó con un tono brusco, áspero, sin ningún tipo de educación. Cuando pregunté por su hija, Catherine, recuerdo que se llama, su voz se tornó agresiva, diciendo un montón de obscenidades, que todavía no entiendo como siendo su madre tan mal educada, esa niña, tan hermosa, podía tener tanta dulzura al hablar.

Aun recuerdo cuando nos juntábamos para hacer cualquier tarea de la escuela. Era un sermón antes de dejarme entrar, que si fuera otra persona de las que se rinde, ni siquiera le hubiera vuelto hablar cuando la llame ese día.

Y para hacer las tareas era en la mesa del comedor y con su madre sentada entre nosotros, para poder ver y observar todo lo que hacíamos. Uff! Que tortura.

-!Oh! Steven. Sabes, mi hija habla mucho de tí. -dice ella con una voz un poco pícara y a la vez curiosa.

-Y ¿Qué dice, Señora? -pregunté con curiosidad y atrevimiento.

-Que usted es muy caballeroso y muy respetuoso. -afirma ella. Su voz suena más curiosa que cualquier otra cosa y me estremezco al escucharla decir eso. -Con decirle que le caíste bien a mi sobrino y si ya le caíste bien a él tengo deseos de conocerlo. ¿Cuándo será?

-Bueno, me imagino que eso será cuando su hija me lleve. -le digo un poco sonriente.

-Bueno, no necesariamente. -afirma ella. -El día 29 de este mes, estoy pensando realizar un almuerzo familiar y en esa misma noche tengo planeado una fiesta.

<<Quiero que seas mi invitado de honor. ¿Qué opinas? -su voz se escucha como si fuera una orden. Se escucha como de las damas que no aceptan un no por respuesta.

-Bueno, señora, me siento muy alagado con su invitación. De verdad que no se que decir. -digo un poco nervioso.

-Solo tiene que decir: "De Acuerdo" y listo. -insiste con esa voz tan segura de obtener lo que quiere que solo me dejo llevar por la situación.

-Bueno, esta bien. "De Acuerdo". -asiento.

-Así me gusta y espero que esté aquí ese domingo. -dice con voz de ataque a la presa. Hasta se pareció a John al hablar. -Será como una especie de sorpresa para mi hija. Mucho gusto joven y lo espero.

Un Día CualquieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora