Capítulo 4

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Era miércoles, ya falta poco para que sea fin de semana, con Hall, Vianne, y yo ya tenemos planes para este fin, dijimos que iríamos al Mall a hacer algunas compras obviamente de ropa.

Sinceramente no he podido mantenerme tranquila, tengo esa pizca energía en mí que hace que me estremezca siempre como una electricidad... No puedo dejar de pensar en sus ojos, su sonrisa y su cabello. Es que es tan lindo. Lo sé, lo he dicho muchas veces, pero es que él tiene ese lado hermosamente bello.

Algunas veces en receso le quería hablar pero tenía miedo a que me ignorará, sí, sé que no lo haría, pero de igual manera lo presentía. Hasta que hoy me armé de valor y le fuí a hablar.

-¡Hola, Daniel! ¿Cómo estás?- Le dije.

-Hola, Steph, muy bien ¿Y tú?-Dijo él sonriendo.

-Haha excelente, ¿Qué haces?.

¿En serio Stephany? No pudiste decir otra cosa, que sólo ¿Qué haces? Soy un fracaso. Tonta.Tonta. *Llorando*

-Bien, ahorita estoy comiendo esta galleta y tomando este jugo de frambuesa- Me dijo.

-Ohh-Continué- Eso veo..¿Sabes qué?, mejor te dejaré comer tranquilo. Ya me voy.

-No, no quédate, me haría bien una compañía. Hablemos de nuestras vidas mejor, eso me gusta. Y más contigo porque no te quedas callada.

Él me encanta, ¡Rayos! Esa sonrisa tan, tan ¡HERMOSA!

-Bien, ¿Qué quieres que te diga, Gallagher?-Dije.

-Háblame de ti, quiero llevarme más contigo, quiero tenerte de amiga, se nota que eres linda persona- Dijo tocándome la nariz. Me estremecí y me coloreé.

-Bien-Comencé- Mi niñez fue aburrida, casi no hay nada que contar, en cambio tú sí –reí un poco y Le dije, porque quería solo escucharlo y perderme en su dulce voz.

-Bien, realmente soy de aquí, de Inglaterra pero por razones de trabajo de mi papá nos fuimos a vivir un tiempo a Los Ángeles, en USA. Y bien, ahora lo han vuelto trasladar para Londres, y aquí estoy. –Rió un poco y continuó-¿Sabes? Siento que ya te he visto, no sé, te me resultas muy familiar. ¿Has ido a Los Ángeles, algún día?.

-Nope -Contesté- Creo que me estas confundiendo- dije riendo.

-Claro que no, nunca se me olvidarían esos enormes ojos como la oscura noche.

¡Wow! ¿Qué le pasa a este chico? ¿Le gusto? ¿Le atraigo? Era un idiota. Esa es palabra por ser tan lindo. Idiota.

-Amm...Gracias Daniel, pero no sé creo que me estas confundiendo.

-¡No! ¡Steph ya recordé! Desde el lunes estoy pensando en donde te he visto y al fin lo logro ver claro- Continuó.

-¿No te recuerdas ese día en el Central Park de la ciudad? Tú estabas comprando un helado al señor del carrito que los vendía y fue cuando ibas corriendo, tropezaste conmigo, nos caímos y nos lo echamos encima- dijo riendo. – Tú te molestaste conmigo y me dijiste que solo te lo podría compensar con uno de doble sabor.- dijo riendo.

Yo también reía porque logré recordarlo, no puedo creer que todavía se acuerde, eso fue cuando tenía ocho y él nueve años.

-¡Dios! ¿Cómo es posible que todavía te recuerdes?- dije riéndome.

Eso me apena un poco- continué.

-No te preocupes- me dijo- es un secreto nuestro.- continuó.

-Está bien- le dije.- Me voy mis amigas me están esperando- le dije despidiéndome.

Él se levanto y se despidió de mi con un beso en la mejilla y un abrazo, eso fue tal lindo, era un abrazo de cariño, lo podía sentir, y ese beso, sentí sus labios suaves y rosados contra mi mejilla, todo fue muy rápido, pero en esos 4 segundos más cortos, sentí de todo, creó un mundo dentro de mí que nunca había sentido y quería experimentarlo.

Fui a donde mis amigas y conversamos un poco ellas ya sabían sobre lo que sentía por Daniel, y me decía que le hablara más seguido, pero no lo iba a hacer lo voy a hacer cuando sea necesario- me dije. Sé que ellas solo quieren ayudarme, ya que nunca he sentido algo así por un chico, pero debía de conocerlo más, para estar segura.  

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