~Secretos por confesar~

Capítulo 4

Micaela
Estaba completamente sola, deambulando por las calles en busca de algún sitio donde dormir.

Hace 3 horas que salí de mi casa, y ahora son las 11 de la noche. Me fui directa a una pequeña consulta u hospital abandonado situado a 5 manzanas de mi casa. No importa si estuviera cerca o lejos de ella, debía descansar y este era el sitio perfecto, ya que había algunas mantas y varias camillas donde poder dormir.

Las cosas que me hacia mi hermano eran horribles...él me estreno, fue el primero en hacerlo. Nunca se lo perdonare, el cambio mi vida, incluso me fui de la casa por miedo a lo que podría hacerme mas de lo que ya me hizo. Es imposible de creerlo, mi propio hermano, el mismo niño que jugaba conmigo al Monopoly con 7 años, la misma persona que me enseñó respeto y educación, pues mis padres eran de esas personas enganchadas al trabajo, mi otra mitad. El no es así, o al menos no lo era.

Aprenderé a vivir sin el, pero nunca dejare marchar mis recuerdos de la infancia cuando era feliz, son lo único que me queda.

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Jess
Hoy Jake y yo hemos quedado, adivinen para que: para jugar a Mario Bross *se oyen aplausos*

Somos unos viciados en lo que se refiere a este tema, pero a pesar de toda esta felicidad, algunas veces siento como que no me quiere demasiado, como que yo le doy y no recibo nada de su parte.

En verdad utilizo la excusa del Mario Bross para hablar con el, merezco explicaciones, ¿no creen?

Jake
*Suena el timbre de la puerta*

- ¡Voy!

- ¡Hola cari! - dice Jessica cuando abro la puerta, al mismo tiempo que me da dos besos.

- Hola.

- Bueno y que preparado para perder contra mi al Mario Bross.

Me quede sin habla, no sabia que hoy venia a jugar al Mario Bross, ¿y ahora que?

- Hey, ¿te has muerto? - pregunta ella impacientándose.

- No, estaba pensando. Pero, ¿era hoy cuando íbamos a jugar?

- No me digas que se te olvidó.

- Pues... -digo mirando a otro lado en busca de una salida por donde huir.

- Ahora mismo me dices que te pasa. - dice en tono serio.

Se que no la podía engañar, sabia muy bien que me conocía, que conocía todas mis reacciones. En realidad estaba así por mi madre: ella tenia una "enfermedad infecciosa no reconocida". No saben de que se trata, por el momento tiene que reposar y ahora se encuentra en el hospital, ya que están realizando diagnósticos para averiguar de que enfermedad se trata y cual es su tratamiento.

La veo peor, tose mas, vomita, se producen mareos, y todo ello me preocupa. Simplemente estoy con la cabeza en otra parte, pero de verdad que no quería preocupar a mi novia, de todas formas no tiene nada que ver con ella.

- Jessica, no tiene nada que ver contigo, simplemente estoy estresado, nada mas. -le digo

- Tranquilo, cuando estés preparado para decírmelo aquí estaré, confío en ti.

Tras esto, Jess formó una sonrisa en mi rostro que permaneció toda la tarde, ella no se da cuenta de lo que la aprecio, la quiero demasiado.

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Nick

*Suena el móvil*
- ¿Jefe?

- No, soy tu padre idiota. ¿Has encontrado a la chica?

- Aún no, pero estoy viendo a alguien que te puede servir de aperitivo. - digo mirando a una chica de pelo largo, con un tono cobrizo y liso, grandes labios y un buen cuerpo.