Carta a Él, el amor de mi vida:

102 2 3
                                    

No he tenido otros antes de vos. No sé qué fue lo nuestro y si lo que sentí realmente era amor, pero estoy segura de que fue algo.

Con vos por primera vez miré a los ojos y por primera vez lloré delante de alguien que tenía la capacidad de romperme aún más.

Con vos tuve mi primer beso, tal vez no el mejor, nunca el peor, pero el primero.

Con vos aprendí qué es sentir mariposas en la panza, aun cuando solía creer que las mías estaban muertas. Aprendí a tener miedo de que no me quieran, aún cuando nadie me quería, ni siquiera yo misma.

A vos te lloré y te odié, y tuve mis razones. Siempre en mí persistirá la duda, de si todo lo que alguna vez me dijiste fue real, de si todo lo que creí que eras fue mi imaginación o la personalidad sincera que tenías y dejaste que ellos transformaran a algo más.

Con vos volé alto y me caí muy fuerte contra el piso. Tus manos me mostraron caminos que solo eran viajes de ida, lo hicieron con delicadeza, como si fuera algo frágil, y nadie nunca me había tratado así.

Tus labios, el contacto de mis dedos sobre tu mandíbula, fueron recuerdos que intenté encontrar en todos los que te precedieron. Inutilmente.

Hoy, hoy después de tantos años, no sé qué sentiría si te veo, si vuelvo a tocarte, a hablarte. Las mariposas que compartimos ya se extinguieron, las lágrimas que me besaste vuelven de a ratos pero por otros motivos, tus manos se confunden ahora con otras más suaves y más fuertes.

Ahora ya no sos Él. Ahora sos vos, uno más.

Y aun así, cuando mire para atrás, siempre te voy a recordar.

Porque fuiste el primero. Porque desee que seas el último y a lo último desee que nunca hubieses sido.

No me di cuenta que lo nuestro había terminado hasta que te di el último beso y no sentí lo mismo que en el primero.

Pero nunca vas a terminar. Siempre te voy a ver entre la multitud, como una ráfaga, una ilusión. Te voy a ver con tu sonrisa y todo eso que odiaba y amaba.

Me lastimaste, me lastimé. Nuestro final no fue como en las películas hubiese sucedido.

No hubo perdones, ni abrazos. Sino mentiras, resentimiento y muchas lágrimas.

Pero te quiero, te quiero para siempre. No por como terminamos, ni por lo que me hiciste, sino por lo que fuiste o creí que eras.

Te quiero por lo que fui yo con vos.

Siempre vas a ser el amor de mi vida, porque primeros amores hay uno solo para cada uno. 

Él, amor de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora