Capítulo 3

27 1 0
                                    

Me levanté a las 6:00 am, mis clases empezaban a las 7:30 así que he decidido tomarme mi tiempo, al parecer sería un día atareado y lo sería más por ser una novata. Raquel había insistido en que fuéramos antes a ver la escuela, le dije que eso hacían los nerds y que nosotras no debíamos empezar así el año, ella era marginada por ser tomada como lame botas y sacar buenas calificaciones, yo era marginada por ser la rara, vaya que hasta el nombre que tenía era raro, no me importaba realmente no me quería juntar con todas esas chicas falsas pero aun así quería mantener un perfil bajo.

Me levanté después del sermón de ayer no quería llegar tarde por Raquel para luego llegar tarde a la escuela y esta me hechara toda la culpa así que me di prisa, me bañé rápido y me vestí lo más rápido con unos jeans oscuros ajustados y algo rotos debajo me puse mallas abrigadoras, unas botas negras hasta mitad de mi pantorrilla con poco tacon, una blusa blanca de manga larga y encima un suéter azul.

Baje lo más rápido que pude a la cocina y mi madre me había dejado el desayuno, huevos revueltos y pan tostado, los comí y subí de nuevo corriendo hacia el baño para lavar mis dientes, me dirigí a mi habitación y tome mi jansport negra que contenía una carpeta, hojas, estuchera y metí un jugo del refrigerador.
Fui al recibidor y del perchero tome mis orejeras y mi chamarra, amarre mi cabello en una coleta alta dejando algunos mechones caer sobre mi cara, eran las 7:00 así que debía darme prisa, tome mis llaves y salí.

Baje por la calle del vecindario hacia la casa de Raquel a tres calles, ella estaba esperando afuera exasperada.

-¿Sabes que hora es? ¡Llegaremos tarde!- dijo poniéndose en marcha.

Yo sólo rodé los ojos y la seguí, el camino fue en completo silencio, al parecer estaba molesta por lo que me había pasado, tal vez su molestia ocultaba su miedo por el perderme, es decir, el que yo muera.

-¡Raquel¡ yo lo siento, en verdad lo hago, pero no podía dejar que ese pobre ciervo muriera congelado y ahogado, simplemente no podia- le dije a unos metros de llegar con tono tranquilo.

-Lo se- suspiró- ahora sólo hay que saber quien es tu príncipe azul- me miro sonriendo.

-¡Oh no! Sabes que no soy una damisela en apuros, odio ser una y más aun no creo... más bien no quiero enamorarme. ¡Eso es horrible!- le dije con el ceño fruncido y voz algo chillona.

-Jajajajaja, pobre del que se enamoré de ti- dijo con una gran sonrisa.

-¿Qué carajo insinuas?- voltee a verla.

Ella aceleró el paso y entró, yo sólo la seguí, no me quedaba de otra, y mi gran infierno empieza al sólo poner un pie adentro. Hay un montón de chicas gritando, chismeando y abrazandose entre ellas al reencontrarse, era completamente horrible.

-Raquel, prometeme golpearme con un bate si llegó a ser así de escandalosa y melosamente estúpida contigo.- dije con una cara de desagrado.

Ella sólo se rió tremendamente fuerte, tanto que algunos sólo volteaban a verla, así que yo la seguí poniendo un brazo alrededor de sus hombros. Nos fuimos así por todo el pasillo principal hasta llegar al patio principal del plantel, el cual estaba lleno de árboles y áreas verdes donde algunos alumnos ya estaban sentados y conviviendo entre ellos. Nos acercamos a una chica que iba pasando y le preguntamos por el auditorio y esta amable nos indicó donde se encontraba.

Si que sería horrible, todos los alumnos de primer ingreso tenían que ir y escuchar una platica de bienvenida y motivación todo una hora y después tendríamos que ir a un salón que nos indicaran al final de este a, dependiendo tu grupo, para así conocer a tus nuevos compañeros para luego ir a un tour guiado por alumnos del comité de bienvenida y así conocer los alrededores, ya le decía yo a Raquel que no era necesario venir antes.
Llegamos al auditorio, al parecer no había nadie nuevo, como pensé siempre estarían los mismos chicos y chicas con los que convivía el año pasado, el auditorio estaba a medio llenarse y nos sentamos a la mitad de este, no estaba nerviosa y mucho menos emocionada a comparación de Raquel, ella parecía que iba a vomitar y eso me parecía muy divertido.

Almas EntrelazadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora