Prólogo.

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El cielo caía en llamas, todo era rojo, humo y ceniza. En el campo de batalla no quedaba nada, todo era un desastre, un completo desastre.
Tanto dragones como humanos caían en sangre rendidos de pelear entre ellos. Yo sólo buscaba a alguien, sólo me importaba ella, estaba desesperado por encontrarla a tal punto que empezaba a pensar irracionalmente.
Toda esta guerra es culpa de los humanos, es su culpa si ella muere. Son ambiciosos y egoístas, tienen un vacío en su corazón que nunca podrá ser llenado. Excepto ella, a pesar de ser humana ella es diferente podría jurarlo incluso pondría mis garras al fuego, aunque este no me afecte, si alguien me lo pidiera para probar que lo que digo es verdad. Ella no tiene la culpa de que casi toda su raza haya empezado esta guerra por extender su territorio, no saben compartir la tierra con las demás criaturas a las que se les dio el privilegio de convivir, conocer e interactuar.

Sobrevolaba todo el campo de batalla para poder ver si ella estaba herida, por si necesitaba mi ayuda, este estaba lleno de cuerpos muertos de los dos bandos, algunos atravesados con lanza y espadas llenas de sangre, algunos humanos incinerados, reducidos a cenizas, lo que hacia que mi preocupación se hiciera más grande.
Llegó un punto donde solo podía ver todo teñido de rojo, no había nada que rescatar, todo era ruinas y muerte, eso creía, cuando la pude ver ahí con su espada en mano tan fiera y valiente como siempre tratando de defender a un dragón de los humanos, su propia especie la atacaba por estar de nuestro lado, si tan sólo pudieran pensar igual que ella todo esto se hubiera evitado.
Me dio tiempo a que yo aterrizará, ni siquiera tenía que voltear a mirarme para saber que era yo. Trate de atacar a aquellos hombres, malditos. Cuando de pronto entre jadeos de dolor y cansancio me dijo:

-¡Vamos!¿Qué esperas?¿Acaso una orden escrita en carta? Llevatelo ya ha un lugar seguro yo te daré tiempo-. Me dijo casi gritandome y medio burlándose de mi-.

-¿Qué hay de ti?- le respondí con preocupación-.

-Se defenderme y te daré tiempo, tu amigo necesita ayuda- logró decir entre ataques-.

Lo siguiente que hice fue pasar mi cabeza y cuello debajo de aquel dragón y deslizarlo hacia mi lomo para después marcharme lo más rápido de ahí. Volé lo más pronto posible y lo lleve hacia el bosque donde los humanos no se atreverían a entrar, era un sitio y campamento de mi especie. Logre divisar al maestro dragón y aterrice lo más cuidadoso posible con mi colega herido para que pudiera curarlo.

-¿Cree poder salvarlo?- dije entre jadeos de cansancio-.

-Haré todo lo posible que este en mi para hacerlo- dijo acercándose para examinarlo-.

-Gracias- respondí emprendiendo vuelo-.

Lo siguiente que hice fue volar a gran velocidad hacia dónde la había visto por última vez. Cuándo llegué mi peor miedo se había hecho realidad ella estaba ahí tirada casi sin vida, los hombres con los que combatió estaban muertos. Aterrice y me acerqué a ella rompiendo en llanto.

-Bri... Brighid- logre decir entre sollozos-.

Ella acarició mi rostro escamoso con delicadeza por última vez, se acercó a mi con sus últimas fuerzas, me susurró algo con el aliento que le quedaba y cayó en un sueño eterno.

Bueno, les prometo poner imágenes una canción, si quieren, cada capítulo, sólo déjenme terminar los dibujo y editarlos, si alguien sabe de un buen programa para ilustrar me vendría genial. Gracias por leer.

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