Capítulo 6

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El labio de Maya temblaba desde el principio, no quería hablar ahora y yo lo entendía, así que simplemente besé su frente y me incorporé de nuevo. Abrí el grifo del agua y me dispuse a regular su temperatura.


-Vamos-dije,cuando conseguí la temperatura que me pareció adecuada-Te vendrá bien una ducha caliente...-le sonreí dulcemente y lo ayudé a levantarse de allí


Se metió en la ducha con mi ayuda y solo cuando cerró las cortinas se quitó la sábana que lo había estado cubriendo todo el tiempo,impidiéndome ver su cuerpo desnudo. Recogí la prenda de cama, que ahora yacía en el suelo, y le hablé despacio:


-Note preocupes por nada, te traeré ropa limpia.-


Salí del baño y observé la sábana entre mis manos más detenidamente,ahora que estaba lejos de la-ahora más que nunca- apagada mirada de Maya. La antes blanca tela ahora estaba manchada de sangre, y me aterraba la idea de que esta perteneciera a Maya. Aunque en el fondo sabía que así era, pero no quería admitirlo...


Tiré la tela en el cesto de la ropa, más tarde me ocuparía de lavarla.Recogí el cuarto de Maya teniendo mucho cuidado con sus pertenencias, que por alguna razón se encontraban algo desperdigadas por la habitación. Puse unas sábanas limpias para que luego él se pudiera acostar tranquilo. Abrí el armario para buscar la ropa que le había prometido llevarle. Nada más abrir las puertas del mueble el perfume de Maya me invadió totalmente las fosas nasales. Conocía cada prenda que allí se encontraba a la perfección. Cada pliegue,cada tono, cada estampado, cada forma que hacían sobre su cuerpo...
Saqué algo cómodo para que se lo pudiera poner con facilidad ahora que estaba algo limitado de movimientos. Bien, ahora debía respirar hondo y tratar de ser fuerte, para escuchar la verdad que yo tan solo intuía, debía ser fuerte para proteger a Maya. Entré al baño y él aún se encontraba bajo el agua, probablemente ni siquiera me habría escuchado entrar. Dejé la ropa sobre el mueble del baño y me dispuse a irme sin mediar palabra con él. Entonces fue cuando escuché como el agua dejaba de fluir.


-Aiji...¿estás ahí?-


Su voz sonaba débil, no tenía la energía que acostumbraba, y eso me dolía, me daba lástima, me sentía mal por él.


-Sí, estoy aquí-


-¿Pu...puedes...pasarme una toalla?-asomó su cabecita por detrás de las cortinas, con expresión avergonzada, el agua recorría su cuerpo y su pelo se pegaba a su rostro de una manera graciosa, era perfecto, realmente perfecto


Cogí la toalla y se la ofrecí. Sonrió como solía hacerlo -por primera vez esa mañana- antes de tomarla. Se cubrió y entonces abrió las cortinas. Intentó salir por si solo pero cuando levantó la pierna cerró los ojos fuertemente y se mordió el labio inferior para evitar lo que yo supuse que sería un quejido, le había dolido.


-¿Te ayudo?-


-Por favor...-


Lo agarré y con un poco de dificultad lo alcé para sacarlo de la bañera, luego lo deposité de nuevo en el suelo con delicadeza.


-Estás fuerte-sonrió con amargura-...o yo muy débil-parecía pensar


Cogió la ropa y me miró.


-¿Po...podrías girarte?-


Obedecí. No me molestaba que no confiara en mí, no me molestaba que no quisiera que lo viera. Comprendía lo que sentía; probablemente ahora había marcas en su cuerpo que no quería mostrarme. Pasé un par de interminables minutos mirando a la pared cubierta de azulejos,incluso me dio tiempo a contarlos, a veces oía sus quejidos,definitivamente le costaba horrores moverse...


-Ya...ya puedes mirar...-


Me giré y le sonreí, quería hacerle sentir cómodo, quería que se relajara, que confiara en mí, que supiera que yo no le haría daño... Lo ayudé a llegar hasta su habitación y lo recosté en la cama que con tanto mimo le había preparado. Lo cubrí con las suaves sábanas azules que había elegido y le coloqué la almohada para que estuviera cómodo.


-¿Necesitas algo? ¿Quieres...un vaso de agua, te traigo otra manta...?


-Estoy bien, Aiji...No es necesario que me atiendas tanto...-


-Sí que lo es-me senté en la cama


Un profundo silencio inundó la estancia. Miré a Maya, suplicándole con la mirada que me contara lo que necesitaba saber. No hizo falta que le dijera nada más, tras pensárselo unos instantes comenzó a narrarme su trágica experiencia:


-Anoche...Después de que te fueras...estuve hablando con Miyavi un rato...Hacía tanto que no le veía, tenía tantas cosas que contarle...-sonrió con amargura


-Comprendo...-


-Miyavi...desde el principio me gustaba...Siempre me gustó...-


Le costó decir esto, y me sorprendí realmente; nunca me había comentado nada al respecto.


-No...no lo sabía-dije


-Pues así era...Se hizo tarde y me acompañó a casa...En el camino hablamos sobre nosotros...y él me dijo que yo era muy mono-sonrió-Que le agradaba mi sonrisa...y muchas otras cosas que por supuesto me creí-suspiró hondamente-Cuando llegamos a mi casa,me iba a despedir de él con un beso en la mejilla, pero giró la cara y me besó en los labios... Me sentí bien entonces...Había sido un buen beso. Me pidió que lo dejara pasar y acepté. Nos sentamos en el sofá y me besó de nuevo, me encantaba... Nos besamosa pasionadamente durante algunos minutos, comenzó a pasar sus manos por ciertos lugares... y ahí me di cuenta de que quería llegar a un punto al que yo no estaba dispuesto a llegar...-bajó la mirada


-Continúa...-le tomé la mano


-Le dije que no estaba preparado para eso, pero insistió tanto que acabé aceptando-


-Pero tú no querías...-


-No, pero pensé que si era él...estaría bien-estaba al borde del llanto-Pero... Lamentablemente no fue así, me llevó a la habitación y me lanzó sobre la cama, luego se puso sobre mí y...comenzó. Me estaba haciendo daño, así que le pedí que parara, pero no lo hizo... No podía creerlo, intenté apartarlo pero me dio una bofetada...Forcejeé y me golpeó más veces... Me ardía todo... A pesar de que grité todo lo que pude....él nunca se detuvo...me violó hasta cansarse... Yo sangraba y le supliqué una y otra vez que se detuviera... pero...-ahí sí que comenzó a llorar


Tardó unos segundos en calmarse lo suficiente como para continuar hablando:


-Cuando desperté y vi tu mensaje...necesitaba que vinieras-sollozó-Quería que estuvieras aquí conmigo, me siento tan estúpido...-


Verle así me destrozó por dentro, y lo abracé firmemente, pero con cuidado de no lastimarlo. Estuve a punto de llorar yo también, pero no podía hacerlo, debía proteger a Maya. Acaricié su pelo aún algo húmedo y lo acuné entre mis brazos, como si fuera un bebé.


-No pasa nada, Maya, no pasa nada, yo estoy aquí-


-Me...me siento tan sucio...-sollozó


-No lo estás...tú eres la cosa más pura que existe en este maldito mundo...-


-Pe...pero él...dijo que yo...que yo era una puta...y que me merecía lo que me había hecho...-


-¡Sabes que eso es mentira! Tú no eres ninguna puta...y no te mereces nada de lo que te ha ocurrido-lo abracé más fuerte


-Aiji...tengo miedo...-


-Es todo culpa del imbécil de Miyavi...te juro que no volverá a tocarte...yo te protegeré-lo miré directamente


-Aiji...-


-Te lo prometo-besé su mano


-Gracias...-se sonrojó un poco-Esto es un poco...vergonzoso...-


-¿Mm?-


-¿Qué voy a decir en la discográfica? Apenas puedo caminar... Y tengo muchas heridas...To...todos se burlarán de mí...ya puedo escucharlos, ''Miyavi le ha partido el culo a Maya'' ''Es un chico fácil'' ''Se acuesta con cualquiera'' ¡Eso no es verdad! Tú lo sabes...-me miró directamente-Yo...yo no hago ese tipo de cosas...-


-No te preocupes por eso...Deberías descansar un poco, yo hablaré con el manager-le besé la frente


-Aiji...-no me dejó separarme de él-Espera...quédate conmigo...-


-Claro...-sonreí


Nos quedamos tumbados y lo abracé fuertemente para que se calmara. A los pocos minutos lo tuve durmiendo entre mis brazos. Era realmente hermoso, de verdad que no entendía como Miyavi había podido hacerle daño, se me hacía imposible de imaginar... Si hubiera sido yo,incluso aunque realmente me gustaría hacer el amor con Maya...si me hubiera pedido que me detuviera, lo hubiera hecho a la primera. Y aún así, me sentiría culpable.


¿Es que acaso aquel idiota de metro ochenta y cinco no tenía corazón,conciencia? ¿Había nada que lo hiciera moverse aparte de su pene?Maldito descerebrado...


Me encantaría matarlo con mis propias manos, hacerle sufrir todo lo que él le ha hecho sufrir a Maya, y más...mucho más...


Aunque ver su carita dormida me hace no querer dañar a nadie jamás, no puedo evitar que me hierva la sangre al pensar en lo que le han hecho. Pero me vengaré, ah, sí, me vengaré...


Me aseguré de que mi rubio amigo estuviera bien cubierto por la colcha y me levanté. No pensaba dejarlo solo, pero debía hablar con el manager. No puso demasiadas pegas a que nos tomáramos un par de días libres, lo cual me alivió. Podría cuidar de Maya como se merecía...


Volví junto a él a la cama y lo abracé un rato más, me sentía tranquilo de nuevo, y parecía que él también lo estaba. Tras un tiempo que no podría definir, se revolvió un poco en la cama y abrió los ojos:


-Aiji...-murmuró


-Duerme un poco más-sonreí-Ya he hablado con los del trabajo, puedes descansar-


-Pero tengo que preguntarte una cosa...-


-Claro...-


-¿Tú...me quieres?-


Me quedé descolocado, ¿a qué venía esa pregunta? Tenía que responder rápido o sospecharía.


-Claro que te quiero, Maya, somos amigos, ¿no?-


Se incorporó con dificultad.


-Sabes...ah...-se quejó-Sabes que no te estoy preguntando eso-


-¿Y qué me estás preguntando entonces?-me hice el tonto


-Aiji, ¿tú me amas?-


Ahí estaba, la pregunta del millón...la pregunta que había estado esperando por meses, años incluso... ¿Cual sería mi respuesta final?

Maite ZaitutDonde viven las historias. Descúbrelo ahora