Capítulo 5

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Comencé a respirar agitado, definitivamente había cometido un error; iba a ponerme a escribir el segundo mensaje cuando un sonidito me distrajo.


"Tiene un nuevo correo''


Era de Maya, el corazón me latía a mil por hora... Lo abrí y pude ver cuatro contundentes palabras que me hicieron contener la respiración:


''Aiji, tenemos que hablar''


No sabía qué debía hacer. ¿Hablar? ¿Cuando? ¿Eso era bueno o malo?Maldita sea, que idiota soy. Miré la hora; las cinco de la mañana, ¿qué hacía Maya despierto a esas horas? No me dio tiempo a preocuparme por ello cuando recibí un SMS:


''Vena mi casa, ahora''


Me sorprendí y miré el reloj de nuevo. ¡En serio eran las cinco de la mañana y Maya quería que fuera a su casa! Me miré en el espejo,tenía una pinta terrible... Me recoloqué la ropa y salí de casa sin fijarme en nada más.


Cuando llegué con Maya me abrió sin expresión alguna y me hizo pasar.Tenía miedo, estaba temblando... Me invitó a sentarme y me tomó la mano...


-Aiji, he leído tu mail...y...me alegra mucho que...sientas algo así de bonito por mí-


Me emocioné. ¿Eso significaba que...?


-Pero...-


¿Pero? ¿Por qué siempre tiene que haber un pero? Definitivamente me había hecho demasiadas ilusiones en muy poquito tiempo...


-Verás, Aiji...todo lo que diga ahora...no quiero que te haga daño, ante todo quiero que sepas que eres mi amigo y te quiero, y que eso no va a cambiar por nada...pero es que... anoche... bueno, más bien hace unas horas...-


Tuve un mal presentimiento entonces...


-No sé cómo ocurrió pero yo...me acosté con Miyavi-


-¿Qué?-


-No...no lo sé...él hacía mucho tiempo que él...me gustaba y...al verlo me alegré tanto...-


-Sí, eso ya lo vi-


Respondí algo borde y me arrepentí al instante por ello.


-Lo siento, Aiji...pero es que......l...me ha pedido que sea su novio y...-sonrió maravillosamente-He aceptado-


-Sí, vale...lo entiendo-me levanté-No te preocupes-


-Espera, Aiji...yo...no quiero que esto cambie nuestra relación-me suplicó, y su expresión conmovió mi dolido corazón


-No te preocupes...-


¿Por qué mentí? Por supuesto que eso cambiaría nuestra relación...y mucho, además... Me sentía fatal...


-Aiji...-de repente oí otra voz, era Miyavi, apoyado en la puerta-Acéptalo, has perdido...Maya nunca te querrá...-sonrió de una manera malvada


-No...no es cierto...-intenté negarlo, Miyavi cada vez estaba más cerca de mí y traté de alejarlo por todos los medios, pero algún tipo de fuerza invisible me lo impedía
La imagen del solista se reprodujo cientos de veces en mi cabeza, y todo se volvió oscuro, solo podía verlo a él, millones de veces.


''Nunca te querrá, nunca te querrá, nunca te querrá''
Las voces en mi cabeza no cesaban. Me sentía acorralado, agobiado, y grité una y otra vez para tratar de escapar de allí lo antes posible.


-¡Noooo!-con un último grito desperté


¿Qué?Había sido todo un sueño... Un mal sueño... Miré la hora; las ocho de la mañana... Me incorporé y miré a mi al rededor, me encontraba en el suelo de mi departamento, al parecer nunca había despertado. Me tranquilicé.


Pero al instante me volví a tensar...un momento...entonces... ¿Nunca le envié ese mail a Maya? ¿Aún seguía sin saber lo que sentía por él?


-¡Mierda!-maldije en voz alta


¡La única oportunidad que tenía de habérselo dicho y había sido un maldito sueño! ¡Joder, joder! ¡Estas cosas solo me pasan a mí,definitivamente! Me levanté apesadumbrado y me metí al baño,estaba totalmente agotado, y necesitaba una buena ducha para mejorar mi humor esa mañana. Me quité la ropa sin prisa y me metí en la ducha.


Dejé que el agua caliente borrara cualquier impureza de mi cuerpo y mi mente, o eso quise creer. Ni siquiera media hora bajo el grifo consiguió despejarme del todo. Pensé en salir a dar un paseo para conseguir mi objetivo; quizá ir a casa de Maya... Ese pensamiento hizo que sacara una sonrisa en mi rostro...


Pero me puse serio de nuevo, dado que no le envié el mail, tampoco le pedí disculpas, y debía hacerlo, como todo un hombre haría...


Cogí el móvil y le envié un mensaje a mi rubio:


Siento haberme comportado como un idiota anoche, me pasaré por tu casa en media hora. :)


Aiji.


Me vestí relajado... pantalones holgados, cómodos...para hacer cualquier cosa que se le pasara por la cabeza a mi querido niño hiperactivo.


Mientras me abrochaba los puños de la camisa correctamente, con esmero,recibí una llamada. Era Maya, seguramente se habría levantado temprano y ya estaría fuera de casa, así que querría quedar conmigo en algún lugar.


-Maya-descolgué el teléfono de buen humor


-Aiji...-


Su voz quebrada hizo que se me encogiera el estómago.


-¿Maya?¿Estás bien?-


-S...sí...-lo dijo en medio de un sollozo-¿Podrías...venir a mi casa...ahora?-


-Por supuesto, pero... ¿Qué te ha pasado? ¿Es grave?-


-No te...preocupes...-sollozó de nuevo-Solo ven...-


Salí prácticamente volando del apartamento... ¡Tenía que verle! ¡Tenía que saber qué le había ocurrido! Llegué hasta la casa de Maya y la puerta estaba sin llave, así que pude entrar sin demasiada dificultad.


-¡Maya!¡Maya! ¿Dónde estás?-


-Aquí...-oí su voz, débil, y me asusté


Corrí hasta su habitación y lo encontré en la cama, cubierto con las sábanas y abrazado a sus piernas.


-Aiji...-forzó una sonrisa-Gracias por venir...-


Tenía los ojos hinchados, era obvio que había estado llorando mucho...yeso me partía el corazón. ¿Qué le habría ocurrido?


-¿Pe...pero qué te ha pasado?-me acerqué a la cama, sentía que si lo tocaba se rompería


-A...ahora no quiero hablar de ello, por favor, so...solo...ayúdame a incorporarme-


Lo apoyé sobre mis hombros y se aferró a mí para poder levantarse dela cama.


-Aaah...-se quejó cuando lo consiguió


Entonces pude ver la cama manchada de sangre, ¿qué demonios le había pasado? Intenté ver si tenía alguna herida, pero se aferraba a la sábana y no podía ver nada.


-A...acompáñame al baño...necesito limpiarme...-


-Claro...-


Comenzamos a caminar, despacio, cada paso me destrozaba el alma, no me gustaba nada verlo en ese estado. Me sentía mal, por alguna razón, a pesar de que no sabía lo que había ocurrido, sentía que era mi culpa...Yo debí cuidarlo...


-Maya...lo siento...-murmuré, mientras entrábamos al baño


-¿Por qué?-


-Es mi culpa...yo debí cuidarte...-


-No...no es tu culpa...-


-¿Y de quién es? ¿Quién te ha hecho esto?-lo miré suplicando por una respuesta


-No ha sido nadie...solo tuve un pequeño accidente...-


Pude ver la mentira en sus ojos, se notaba tantísimo... Además, cualquier idiota podría ver que eso no había sido un accidente, alguien tendría que haberlo dañado...


-Si no quieres contármelo está bien, pero por favor, no me mientas...-pedí, mientras lo ayudaba a sentarse sobre el urinario


-Es una larga historia...-murmuró


-Tengo tiempo...-le susurré, mientras limpiaba con un pañuelo el pequeño hilo de sangre que escurría por la comisura de sus labios

Maite ZaitutDonde viven las historias. Descúbrelo ahora