Capítulo 1

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Caminaba distraído, siguiendo al equipo, no me estaba enterando de qué hablaban, pero tampoco me interesaba, no me sentía muy animado ese día. Era ya entrada la noche y nos dirigíamos al hotel donde pasaríamos la noche; no era una ciudad muy grande, así que no tendríamos demasiados lujos. Pero eso no me preocupaba, no soy caprichoso... Estaba totalmente hundido en mis pensamientos cuando...

-Neee~~-esa era su voz...-Aiji, ¿por qué estás tan ido?-

-Lo siento, no me encuentro muy bien, Maya-sonreí

-Bueno, en seguida llegamos al hotel-él también sonrió y mi corazón se tranquilizó

Me tomó del brazo y seguimos caminando, ahora me sentía más tranquilo, seguía sin atender a la conversación del resto del equipo, solo tenía ojos para Maya. Esa sonrisa, esa mirada... Todo él parecía estar hecho a medida para mí.

Prácticamente sin darme cuenta ya estábamos frente al hotel donde pasaríamos esa noche. Siempre era la misma rutina cuando había conciertos.

-Bueno,chicos, esta será vuestra habitación-oí decir al manager, y desperté de mi trance, estábamos frente a la puerta del cuarto-Que paséis buena noche-

-Igualmente-dijo Maya, mientras abría la puerta-¡Me muero de frío!-gritó

Era cierto, hacía un frío infernal incluso dentro de la habitación. El invierno en esta zona de Japón es duro.

-Me voy a helar, me voy a helar-repetía una y otra vez quitándose la ropa a la velocidad de la luz-¡Aaah! ¡Frío, frío! Pijama,pijama...-daba pequeños saltitos intentando ponerse el pijama a toda prisa

La escena me pareció entre divertida y tierna. Era como un niño pequeño. Sonreí viendo como se acurrucaba entre las mantas una vez vestido.

-Trrrrr, trrrrr tttttttttt-le castañeaban los dientes

-Vaya por dios-murmuré, y empecé a desvestirme yo también-Que sensible eres al frío, Maya-sonreí

-O tú eres un insensible-infló sus mofletes

-También es posible-me quité los pantalones y los doblé junto a la camiseta

-¿Pero cómo puedes pararte a ordenar las cosas? ¡Que te va a dar una hipotermia!-

Miré la ropa de Maya, desperdigada por la habitación, mientras me ponía el pijama.

-Estaré bien-dije, y me metí en la cama-Buenas noches-apagué la luz

Respiré hondo y traté de relajarme para dormir, pero no tenía sueño. Di una vuelta, y otra, maldita sea... Entonces noté como Maya se levantaba. ¿Él tampoco podía dormir? Bueno, eso no era nada nuevo...tenía demasiada energía...

Pero entonces algo raro ocurrió, se metió en mi cama y me abrazó como si fuera un osito de peluche.

-¿Maya?-

-Tengo frío-se acurrucó en mi pecho-Y no sé cómo lo haces pero tú eres una estufa andante, déjame dormir contigo-hizo un puchero que pude distinguir en la oscuridad

-Vale...-lo rodeé con mis brazos y cerré los ojos, aspirando su aroma

Era tan dulce... Meciéndolo entre mis brazos por fin pude conciliar el sueño... Sueños hermosos, sueños a su lado, sueños sin esa gran barrera mal denominada "amistad" que nos separaba desde hacía demasiado tiempo. Pero esa noche la barrera se había agrietado; no éramos dos compañeros de banda, ni siquiera dos amigos que dormían juntos. Éramos simplemente Maya y Aiji abrazados, compartiendo el mismo lecho... Y amaba esa sensación...

Pero por desgracia, todo lo bueno tiene un final, ningún hechizo dura para siempre, y a la mañana siguiente desperté solo en la que ahora me parecía la cama más horrible de todo el mundo. Maldita sea... Me giré para quedar bocabajo sobre la almohada y obtener unos momentos más de descanso antes de levantarme. Respiré hondo y noté que la almohada aún estaba impregnada del perfume de Maya. Podría quedarme ahí horas y horas...

Entonces oí la puerta abrirse, Maya se acercaba a la cama sigiloso,probablemente para "despertarme'' con un grito.

-Te estoy oyendo...-murmuré


-Jo, entonces no tiene gracia-refunfuñó-¿Qué haces todavía en la cama? ¡Tenemos muchas cosas que hacer!-canturreaba alegremente-Vamos, vístete, vamos a ver la ciudad, así nos despejamos, ¡tenemos que darlo todo esta noche!-

-Sí...-levanté el brazo fingiendo entusiasmo, pero aún no estaba por la labor de levantarme

-Vamos, Aiji...-me dio la vuelta-No seas vago-

-No soy vago, tengo sueño-

Oí una risita suya.

-¿Qué pasa?-abrí un ojo

-Parece que solo una parte de ti se ha levantado-empezó a reírse más alto-Menos mal que me he despertado temprano, que si no me ensartas, hahahahahah-más carcajadas

Me incorporé asustado y levanté las sábanas. ¿Qué demonios? ¡Pero si no estaba erecto! Maya seguía riéndose.

-Muy gracioso-murmuré, y me levanté, mirándolo todo lo mal que podía,lo cual no era mucho

-Oh, vamos, no seas así, ha funcionado-sonrió

-A mí no me hace gracia-me crucé de brazos

-Oh, vamos, Aiji~-me abrazó-No era mi intención molestarte con tus problemas de erección mañaneros-

Volvió a estallar en carcajadas y me separé de él.

-Idiota-le dije, mientras empezaba a desvestirme

-¡Uuuuh! ¡Fanservice!-se burló

Suspiré cansado y seguí cambiándome, bajo la atenta mirada de Maya, la cual me ponía algo nervioso.

Una vez listos salimos de la habitación, me tomé un café rápido y echamos a andar por las calles. Maya, como siempre, parecía de lo más entusiasmado.

-Me han dicho que hay una heladería italiana por ahí-me contaba-¡Tenemos que ir!-juraría que le brillaban los ojos cada vez que hablaba de comer algo dulce, así de goloso era mi Maya, qué levamos a hacer...-Y luego también a esta tienda, y a esta, y por aquí, y esto parece ser divertido...-me señalaba todos los puntos en el pequeño mapa-Me encanta este sitio, aunque sea pequeño tiene un montón de sitios guays-sonreía

Siempre se quedaba fascinado con cada ciudad que visitábamos; daba igual lo pequeña sosa y aburrida que fuera, él siempre encontraba algún lugar a dónde ir y algo en lo que fijarse. Supongo que es ese tipo de persona que saca la parte buena de todo; incluso la mía. Cuando estoy con él me siento mejor, más cómodo conmigo mismo, más animado, es como si cada vez que se acercara pulsara un botón y mi cerebro se reiniciara. Algo así...no sé explicarme muy bien, la verdad... Supongo que por eso dicen que el amor no se puede definir.

Cuando estás enamorado estás en otro mundo, no sabes qué es lo que te ocurre, no sabes por qué estás así... Pero todo eso te da igual,porque estás con la persona que quieres.


Y esa persona para mí...es Maya...

Maite ZaitutDonde viven las historias. Descúbrelo ahora