Capítulo 9

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-Maya...¿Estás bien?-


Alzó su cabecita para mirarme y pude ver sus ojos hinchados y rojos; probablemente se había pasado toda la noche llorando.


...

Me senté a su lado en la cama y le acaricié el rostro suavemente, pero retiró mi mano de una manera brusca.


-No...no me toques-sollozó


-¿Estás enfadado conmigo?-


Desvió la mirada, eso era un sí.


-Lo siento mucho, Maya...sabes que yo normalmente no soy así, pero... No pude evitarlo, de verdad...Miyavi...sus palabras...me hicieron hervir la sangre y perder el control sobre mí mismo...Pero...-lo tomé del mentón para que me mirara directamente-Es solo porque te quería proteger, porque no quería que te dañaran...-


-Pero...aunque sea por eso...yo no quiero a alguien que se meta en peleas, no quiero estar con una persona violenta-dirigió su vista a las sábanas


-Maya, pero...tú me conoces, sabes que no lo soy, nunca lo he sido y por supuesto jamás te haría daño a ti, nunca se me ocurriría ponerte la mano encima... Por favor, mírame...-me estaba comenzando a desesperar-Te juro que... jamás volveré a hacer nada parecido...No sé qué hacer...me siento mal...-


-¿Por qué?-


-Porque siento que has dejado de confiar en mí...que te he decepcionado...-


-No, tú no me has decepcionado...Aiji, sabes que yo te quiero mucho, pero... Ahora mismo no me siento nada cómodo aquí...así que te...te agradecería que te alejaras un poco...Solo...solo por ahora...-


-¿Me estás pidiendo que lo dejemos?-


-No...yo solo necesito...pensar-


-Está bien...si es lo que quieres no voy a agobiarte, me iré de aquí ahora...-me levanté de la cama


-¿Y a dónde te vas a ir ahora?-


-No lo sé, Maya, no lo sé...-


-No te vayas-me agarró de la camisa-Quédate aquí, conmigo-


Me volví a sentar en la cama, dándole la espalda a Maya, no entendía nada de lo que ocurría. ¿Debía quedarme o irme? Entonces comencé a escuchar sollozos detrás de mí, y me sentí la peor persona del mundo.


-¿Pero por qué lloras ahora?-


-No lo sé... No me gusta discutir...-


-No estamos discutiendo, solo hablamos...-sonreí


-Eso es lo que te dicen tus padres cuando realmente solo les falta lanzarse cosas a la cabeza-


Noté un tono extraño en su voz al decir la última frase.


-Creo que necesitas hablar de ese tema... Yo sé que...-suspiré largamente-Tenías problemas en tu casa...-


Asintió ligeramente y me puse detrás de él.


-Vamos, relájate y cuéntame solo lo que tú me quieras contar...-


-¿Qué haces ahí atrás?-


-Yo te hago trenzas, que esto es algo muy terapéutico-tomé un par de mechones de su cabello entre mis dedos


-¿Qué pasa? ¿Has estado leyendo revistas de chicas?-sonrió por primera vez ese día


-No, pero mi hermana solía hacerlo cuando sus amigas estaban deprimidas, si quieres también puedo darte helado en cantidades industriales-


-No estoy deprimido-ladeó la cabeza-Más vale que me queden bien o no te volveré a dejar tocarme el pelo-

Maite ZaitutDonde viven las historias. Descúbrelo ahora