Capítulo 10

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Nada más entrar en el castillo Linsey y se dirigió hacia su habitación. Sabía que había sido muy dura con Kendrick pero por ahora no tenía el valor de volver a verlo y pedirle disculpas había sido muy duro enterarse de que las niñas realmente habían sido víctima de esos malhechores.

No entendía cómo había hombres que no tenían escrúpulos. Solo eran unas niñas que no llegaban a más de 12 años y ya habían tenido que pasar por esa situación, y ver a su marido en esa situación después de enterarse de todo lo que esas niñas habían sufrido la había sacado de quicio.

Puede que su marido no le hubiese dicho nada a esa prostituta por algún motivo, o simplemente porque estaba rodeado de sus hombres y del resto del clan McColl y no quería quedar mal, pero eso no quitaba que a ella le gustará que otras mujeres lo tocaran como la estaba tocando esa tipa y que ella tuviera que callarse. Kendrick sabía que ella no era así.

No sabía cuánto tiempo había estado perdida en sus pensamientos mirando por la ventana, cuando oyó la puerta del cuarto cerrarse a sus espaldas. Sin girarse sabía que su marido era el que acababa de entrar. Su cuerpo reconocería el de su marido desde lejos.

Kendrick estaba parado justo delante de la puerta esperando que ella le recriminará lo que había hecho, pero al ver que seguía sin girarse decidió comenzar a caminar hacia ella lentamente.

Linsey podía oír como se acercaba poco a poco a ella, como si tuviera miedo de su reacción, y la verdad, sabiendo la forma en la que le había hablado era del todo normal.

Todavía no se explicaba porque tenía esa inseguridad respecto a su matrimonio. Kendrick le había demostrado en varias ocasiones que la amaba, pero cada vez que miraba a una mujer cerca de él se sentía enferma, como si una enorme piedra se le hubiera instalado en el estómago.

<<Supongo que esto es lo que todo el mundo llama celos>> se dijo Linsey.

Ella todavía podía recordar la conversación que había mantenido con su madre sobre los sentimientos que alguna vez el nombre que llegara a ganarse su corazón podría llegar a despertar en ella.

Nunca pensó que a ella le llegaría a pasar. Nunca había sentido celos de ninguna de las mujeres que se habían acercado a Kendrick mientras ellos estaban solteros y no eran nada, pero ahora que estaba cansada la cosa había cambiado bastante.

- Fierecilla, tenemos que hablar de lo que pasó ahí abajo hace un rato.

- Lo sé-. Respondió Linsey sin girarse-. Pero ahora no puedo Kendrick. Estoy enfadada y podría decir cosas que lamentaría mas tarde.

- No tienes porque estar enfadada-. Explicó Kendrick-. Ellas no son nada para mi y lo sabes. Tú lo eres todo, y no dañaría lo que tenemos por una cualquiera. Linsey mírame-. Rogó Kendrick-. Sabes que NUNCA te engañaría ¿verdad?-. Terminó de hablar una vez ella se giro para  verlo a los ojos.

- Si, lo sé... O no...-. Añadió confusa-. ¡Dios Kendrick! Ahora mismo estoy tan furiosa que no se ni que pensar-. Dijo Linsey levantándose del baúl y dirigiéndose hacia la chimenea-. Lo único que se es que te deje con tus hombres y los McColl arreglando las casas destruidas mientras yo iba a averiguar si a esas pobres niñas las habían lastimado de alguna forma, y al salir te he visto muy bien acompañado y... Y no sé Kendrick, no sé que pensar.

Kendrick de repente entendió porque estaba así su mujer, y con rabia apretó los puños a sus costados. Linsey no estaba enfadada porque esa mujer lo estuviera tocando, podría estar celosa, eso sí, pero enfadada no. Lo que había enfadado, cabreado y molestado a su mujer, era darse cuenta de que Ken tenía razón. Esas niñas habían sido maltratadas por los hombres McFallen.

Desaparecida en las Highlands (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora