"¿Y bien?, ¿ahora que?"
Se preguntaba aquel sujeto de tez pálida, frente aquel asombroso atardecer. Un atardecer de esos que casi no se suelen ver.
El hombre se sentó, miró a su alrededor y suspiró. La montaña era imponente, no siempre se encuentra gente por ahí, pero en esta ocasión, se encontraba él.
Solo y sin preocupaciones, decidió tararear una tonada mientras veía como el sol se despedía.
"Bueno, henos aquí... ya no hay nada que se pueda hacer... como su fuese una burla."
Tomó un cigarro, acto seguido lo encendió y lo puso en su boca diciendo:
"El final de este día está muy cerca. En verdad, hoy fue un grandioso día a pesar de mi inconveniencia médica. El dolor es cada vez peor, pero eso es lo de menos... no me arrepiento, de nada."
Suspiró. Tomo el cigarro y lo lanzó al vacío de la colina.
Una corriente de viento enfrió el lugar y se oían como las hojas de los pocos árboles que habían ahi, se golpeaban los unos con otros.
Los rayos del sol cada vez eran menos, así mismo las aves en el cielo.
Aquel sujeto, solo, se dispuso a ver aquel espectáculo.
"Uno tiene límites... pero pocos son los que se dignan a cruzarlos. Uno piensa 'Bueno, no puedo más'. Yo creo que si pueden... je!, que tonto... estoy hablando solo y sin sentido. Pero, asi soy. Estoy feliz así."
Acostó su cabeza en el césped, los rayos le pegaban directo a su rostro. Sintió como el calor recorría su ser.
Tosió... dejó caer sus brazos a la hierba y suspiró.
"Gracias por todo"
Sonrió y poco a poco cerró sus ojos.
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SAYA
RandomUna serie de cuentos, relatos e historias elaboradas personalmente y con ayuda de unos amig@s escritores. Mi objetivo con este proyecto, es liberar de alguna forma mis pensamientos, ideas e imaginación para compartirselas. Un toque de tristeza y un...