Primero de Agosto de 1976, Nurburg, Alemania. El clima es frío y húmedo, se puede sentir la tensión en el aire. La mañana es gris, sin sol, son pocas las razones por las cuales estoy aquí.
Oigo por los altavoces que la lluvia cesó, por lo tanto, la carrera empezará. Los mecánicos están empezando a sacar los bólidos del garaje, uno a uno los van preparando por sus equipos. Los pilotos salen a inspeccionar la pista.
¿Miedo?, no, no tengo miedo... lo eh hecho una y otra vez. Aunque estoy en contra de las condiciones climáticas, lo haré. No precisamente por mi paga u honorarios... sino más por tema de orgullo. Suspiro.
Finalmente, decido salir. El público me aplaude, nos aplaude. Veo como los demás pilotos me ven con mirada de odio y rivalidad, el sentimiento es mutuo. Rutteman, Fittipaldi, Pryce, Scheckter, Pace, Mass... Hunt. Son algunos conocidos que logro ver en la pista. Conocidos que, como yo, están aquí por el único motivo de ser victoriosos e importantes.
'¡Niki!, sube al auto' oigo que me dice mi mecánico. Sin molestia alguna, acepto. Guantes listos, cinturones listos, casco listo... estoy preparado.
Cierro los ojos, intento concentrarme... los neumáticos para agua me ayudarán un poco, pero debo de dar el máximo. Últimamente estoy algo distraído, por más que intento no logro concentrarme.
¿Que podría salir mal?, soy el poleman, tengo el mejor tiempo. Tengo una vasta ventaja sobre los demás, esto me hace confiar más en mí.
Ajusto el volante, siento como bajan el auto... da un ligero golpe. Toda esta listo, 'Enciéndelo', grita el jefe del equipo... la bestia esta despierta. El 312 t2 no va a tener piedad.
Salen todos de la pista... se siente mas que antes la tensión. Todos estamos muy sensibles... al más mínimo ruido podríamos dar un mal arranque.
Las luces rojas se encienden... todos están nerviosos, volteo, veo a James en su McLaren. Vuelvo en si y me fijo en el semáforo. ¡Verde!, prácticamente pisando el acelerador. Luces fuera, empieza la carrera.
La propia fuerza de arranque me empuja, una enorme presión aplasta mi pecho, en cuestión de segundos llegamos a la primera curva, empujo el McLaren a la zona verde... seguimos en el serpenteado. Cada vez me acostumbro a las fuerzas G que me empujan, aplastan, jalan y golpean tanto mi cuello como el resto del cuerpo.
Al cabo de cuatro vueltas veo en el retrovisor... ¡Jochen!, ¡me va a arrebasar!. No lo creo, Jochen Mass me quitó mi posición. Maldita sea, es por culpa de los neumáticos. Entraré a los pits.
No soy el único, media competencia está ahí, yo me estaciono lo más rápido que pueda... "¡Apúrense, vamos, no tenemos mucho tiempo" les grito mientras me levantan el bólido.
En ese momento lo veo, James Hunt entró igual a cambiar neumáticos. "De prisa" vuelvo a decirles en vano. Casi mal diciendo, veo como arranca Hunt. "¡No!" Grito... finalmente, me bajan, espero que suelten el auto y arranco, en ese mismo momento, me veo obligado a frenar pues un auto me tapa el camino.
Ya desesperado empiezo a maldecir. El maldito Lotus ya se quitó de mi camino, piso a fondo. Más molesto que serio, voy rebasando uno a otro. Mi ira me está consumiendo, cada recta en subida que hago termina en un salto. No aguanto más, debo conseguir la victoria.
6ta vuelta, ya casi estoy cerca. Veo como dejo pasar a mis adversarios, empiezo a tomar confianza. Cada vez más cerca de Hunt. De repente, escucho un ruido... ¿qué rayos?, sonó como si un pedazo de metal se rompiera, lo ignoro.
Me dirijo a la subida, da un salto mi Ferrari, ¡pero esperen!, ¡el volante no reacciona!... me empiezo a preocupar, veo cómo cambia de dirección el auto con rumbo hacia el muro. Viendo que solo soy un pasajero en esta escena, cierro los ojos. Siento como mi cuerpo azota... un golpe demasiado seco que casi me desnuca. Escucho que explota algo... pierdo la conciencia unos segundos.
Despierto, siento un horrible dolor en el cuello y en los hombros. ¡Mi cuerpo!, ¡Está ardiendo! Más espantado que adolorido, empiezo gritar entre las llamas del auto... "¡Ayuda!... ¡auxilio!... ¡sáquenme de aquí!."
El dolor es insoportable, como si miles de agujas estuviesen sembrándose poco a poco y lentamente a tu cuerpo. Intento salirme del auto, pero me resulta imposible, el cinturón esta atorado. Nuevamente empiezo a gritar de dolor, escucho entre las llamas '¡Niki!', con una voz conocida. Veo una mano entre las llamas... me sostiene. Yo, casi moribundo escucho '¡Vamos, ayuden me a sacarlo!'.
Finalmente, siento que mi cuerpo se mueve. Entre las llamas veo a dos pilotos. Uno me esta cargando, el otro abre espacio entre tantos periodistas. Veo a lo lejos la ambulancia con una camilla y sus respectivos paramédicos. Me acuestan en la camilla... yo, ya no puedo quejarme, si lloré en algún momento, el fuego lo habrá secado. Una vez ahí, acostado, ya sin dolor... seguramente porque el fuego habrá quemado mis nervios... desplome.
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SAYA
RandomUna serie de cuentos, relatos e historias elaboradas personalmente y con ayuda de unos amig@s escritores. Mi objetivo con este proyecto, es liberar de alguna forma mis pensamientos, ideas e imaginación para compartirselas. Un toque de tristeza y un...