Las suaves y tibias manos de Minseok se encontraban frías al punto de hacer doler sus huesos. Tragó nervioso viendo desde su pequeño escondite como Kim JongDae se despedía de sus amigos para luego desaparecer por la entrada de la escuela.
Minseok sintió su corazón palpitar en el pecho, miles de mariposas revolotear dentro de su estómago y un fuerte calor comenzar a invadir sus mejillas. Así era siempre que Kim JongDae aparecía frente a sus ojos.
JongDae iba en el mismo nivel que Minseok sólo que en un curso diferente. Era muy bueno en música y muy popular en el colegio. Minseok por el contrario, era un chico bastante normal, más que normal, un marginado. Sus bonitas y regordetas mejillas atraían las miradas de muchos en el colegio, pero no de la forma en la que él hubiese querido. Era fácil saber que Minseok tenía un poco de sobrepeso y más cuando varios en la escuela se lo recordaban a cada momento. Sus dulces y brillantes ojos marrones eran opacados por las grandes gafas que debía usar para atender las clases, y por último, para agregar más sufrimiento a su vida, seguía siendo más bajo que el resto de sus compañeros. Sin embargo, nada de esto impidió que él se enamorara perdidamente de Kim JongDae aunque jamás en la vida hubieran cruzado palabras.
Fue este mismo enamoramiento el que le dio las agallas para decidirse a hablar con JongDae y confesar sus sentimientos.
Minseok a sus 15 años estaba experimentado lo que es estar enamorado de un imposible.
*****
Día lunes por la mañana, Minseok esperaba por JongDae oculto tras los árboles de la entrada del colegio. Había llegado más temprano de lo habitual por miedo a que el chico entrara antes y su plan se viera arruinado debido a eso. Así que mientras esperaba, se dedicó a mirar a los demás pasar. Reconoció entre los alumnos a Sehun y Jongin, amigos de JongDae. El primero tenía un rostro que realmente le aterraba, sin expresiones y con una soberbia que se transmitía a través de los poros de su piel, porque Sehun creía que nadie era lo suficientemente bueno para él. Y por otro lado, estaba Jongin, un chico muy divertido, con una personalidad y apariencia atrayente, un ligón, una especie de playboy al cual las relaciones serias no le iban.
Al cabo de diez minutos, Minseok comenzó a desesperarse, JongDae no aparecía y la campana tocaría pronto. Con lentitud salió de su escondite, rendido y cabizbajo caminando directo a su primera clase del día. En ese instante, como si Dios hubiera escuchado sus plegarias, JongDae atravesó corriendo la reja con una expresión afligida y todo el uniforme desordenado. El corazón de Minseok comenzó a palpitar rápido, llevó la mano a su pecho y con decisión corrió tras su objetivo para alcanzarle y poder hablar con él. Ni siquiera le importó llegar tarde a clases, él sólo quería conversar con JongDae y tenerle cara a cara para confesar sus sentimientos.
Vio como el chico tomaba un poco de aire en medio del desolado pasillo para así continuar corriendo hacia su respectiva sala, entonces supo que era el momento de actuar.
—JongDae-ssi—llamó.
Minseok sintió sus piernas flaquear mientras el cuerpo de JongDae volteaba a mirarle. La expresión en el rostro del chico fue de total sorpresa pero al instante cambió a una de curiosidad.
— ¿Te conozco? —dijo al fin, viéndole con una ceja alzada.
El cuerpo de Minseok comenzó a estremecer. Intentó mirar a JongDae pero la vergüenza se lo impidió por lo que sólo se concentró en sus manos las cuales frotaba buscando calor debido a los nervios que en esos momentos sentía.
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Quiéreme tal como soy (CHENMIN)
FanfictionMinseok no es lo que podría llamarse " un chico popular", más bien, es todo lo contrario. Su casi inexistente vida escolar se basa en el bullying silencioso que sufre por parte de algunos compañeros debido a su sobrepeso y aspecto poco atractivo. P...