Capítulo III - Sucesos Extraños

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Narra Daniel:
Terminó mi turno, alisté mis cosas y regresé a casa. Cené, me propuse mirar algunas peliculas, hasta que de pronto sentí unos pasos, di la vuelta y me di cuenta que era mi hermana. Le di a ella la llave, ya que al principio compartíamos casa, hasta que mamá se puso mal y decidió acompañarla, entonces Roxanne regresó con ella, pero no dejé que me devolviera la llave.

-Hola, hermanito que tal todo? - Dijo Roxanne.
- Bien, creo, que milagro que me visitas. - Respondí con un tono burlón.
-Sabes que hago lo que puedo hermano, no te enojes. - Dijo entre risas.
-No te preocupes. Cómo está mamá? Ayer intenté llamarla en la mañana pero no contestó nadie.
-Si, es que a esa hora la llevé a su consulta, y está todo bien, pero cuéntame¿ Qué tal tu dia? - Siguió Roxanne preguntándome.
- Regular, mi última paciente me dijo algo raro, que me ha dejado pensando en todo el camino.
- Y que te dijo?
-Prefiero no hablar de eso ahora-Le dije con un tono amable, el tiempo pasó tan rápido que ya se estaba haciendo de noche y no tenía cabeza para explicarle - Estoy muy cansado, ya mañana será. ¿Tienes las llaves del cuarto de arriba?
- Si, ya dentro de un rato voy para allá a descansar. - Respondió.
-Esta bien, Buenas noches.

Todo ésto ha sido un poco confuso, creo que no podré dormir. Después de tantos intentos, logré conciliar el sueño.

Día 2:
- Hola hermanito, tan temprano despiertas - Preguntó.
- Si Roxanne, es que ayer no pude dormir bien.
- Sentémonos a desayunar y me vas contando.
- Esta bien, lo que pasa es que ayer antes de retirarme, entró una paciente, algo rara, y no es la primera con la que me choco, claro, pero si es la única que me habló con tanta seguridad.
-Pero eso está bien, supongo, ¿no?-Comentó Roxanne.
-Lo que pasa es que me dijo que quería suicidarse el primero de enero, luego revisé el formulario que me dió la secretaria y justo ese día es su cumpleaños.
- Y.. ¿Le preguntaste la razón?
- Si, pero no me quería explicar muy bien, sólo se que lo del suicidio lo decía con tanta seguridad, como si ya todo estuviera bien planeado desde hace tiempo.
- ¿Y cuándo volveras a verla? - Preguntó. La noté interesada en el caso.
- Bueno, la cité para mañana, espero que vaya a mi consultorio.
- Verás que si va a ir.
- Por su actitud de ayer, lo dudo mucho, pero bueno, ya tengo que ir a trabajar hermanita, cuidate, un beso.-Me despedí.
-Esta bien, hasta más tarde Daniel, cuidate. - Respondió un poco intrigada.

Traté de olvidarme un rato del caso de Kendra, aunque en el fondo sabía que si quería ayudarla. Llegué al trabajo, pasaron las horas.
En el receso me fui al comedor del último piso, y me encontré con un viejo amigo, nos sentamos en una mesa y nos pusimos a conversar mientras jugabamos ajedrez, hasta que de pronto veo a alguien subir las escaleras, alzo mi mirada y era Kendra.

Yo No Pertenezco AquíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora