Capítulo V - Todo Coincide

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Seguía sorprendido por lo que había pasado, pero traté de evitar que Kendra se fuera muy lejos o le pase algo malo, así que comencé a buscarla por todos lados, y no estaba, cada vez se me hacía más difícil encontrarla. Fui a un lugar, fue el último que se me ocurría, esperaba acertar con su paradero.

Llegué y le pregunté al que atendía si acá vivía Kendra Sanders, le expliqué lo sucedido y me llevó hasta su apartamento, abrió la puerta y ya no había nadie, pero encontré una caja abierta, sólo quedaba una bala. Pensé lo peor.

En eso vi una grabadora, la reproduci y decia : "Ayúdame Roxanne, ésta chica puede salvarse, llama a la ambulancia". Lo raro es que sonaba como mi voz, pero es imposible yo no había dejado ese mensaje, el de la recepción me dijo que quizás puede haber sido otra persona con igual tono de voz que el mío.

No me quedaba de otra, le agradecí y regresé a mi casa.
- Hola hermano, ¿Cómo estás? - Dijo Roxanne.
- Bien, hoy me vino a buscar Kendra, la chica de la que te hablé, y sus pensamientos siguen siendo los mismos, no ha cambiado de opinión. - Respondí, cogiendo la silla para sentarme y acompañarla a cenar-. ¿Y a ti que tal te ha ido?
- Mm bien, déjame hablar con ella - Dijo, mientras comía.
- ¿Hablar con ella? Pero si se ha ido rápido, primero debo encontrarla. - Se me quitó el hambre y me paré a dejar el plato en la cocina.
- Ella te encontrará, sabe que puedes ayudarla, por eso siempre vuelve a ti - En parte tenía razón.
- Ya, pero no puedo dejar que hables con ella, sería una violacion contra las reglas.
- Las reglas están para violarlas - Me miro sonriendo - Puedes ayudarla Daniel, esa chica confía en ti, además tu nunca pasaste por su situación.
- Si, pero cada vez que la veo, intento tratarla con estados que no ha experimentado personalmente - Recalqué.
- Sabes, el dia que yo pasé por eso, me llevé dos cuchillas al lavamanos, ¿Sabes por qué? - Noté tristeza en su mirada - Porque sabía que cuando empezaría a sangrar me debilitaría y si se me caia una cuchilla, ya tenía otra de repuesto, para no dejarlo a medias. ¿Te das cuenta? ¿Puedes imaginarte odiar tu vida hasta el punto de llevar contigo una cuchilla de repuesto?

No sabía que decirle, traté de ponerme en su lugar y me lamenté mucho por todo lo que ella tuvo que pasar tiempo atrás.

- Entonces ¿que le digo? - pregunté.
- Hay demasiada belleza para rendirse, dile eso. Hay demasiada belleza como para perdérsela - Respondió con un tono neutral - Has comido poco, aunque sea come la galletita de la suerte.
- No, claro que no, es tuya.

Me acerqué a la ventana para apreciar mejor la vista de la ciudad, mientras Roxanne abría su galleta, para luego leer en voz alta lo que decia en el papel: " A partir de ahora tus problemas cesarán y la fortuna te sonreirá". Volteé asustado, esa frase ya la había escuchado antes, pero no le comenté nada.

Yo No Pertenezco AquíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora