‡ Décimotercer Apocalipsis ‡ ‡ Rin y Len ‡

‡ El Sueño ‡

Él niño creció... Creció soñando con esa princesa, se volvió un joven atractivo, con su cabello rubio y ojos azules profundos cual cielo.

Este joven era un príncipe, su madre y su padre, dos personas en verdad amigables, obtuvieron él trono hace 5 años cuando los antiguos reyes fueron asesinados por un traidor cuya identidad nunca fue descubierta.

Aquel joven era de carácter amistoso, hoy al anochecer volvió de una tarde de cabalgata con sus amigos campesinos.

Agotado paso directo a desearle buenas noches a sus padres, quienes con amor le respondieron un cálido "Duerme bien, hijo."

Este tomo un baño, se puso su ropa cómoda para dormir y se lanzó a su cama para ser abrazado por sus sabanas.

-Espero verte en mis sueños hoy, O~hime-sama- susurro este antes de caer en los brazos de morfeo.

Llevado por sus sueños, este "despertó" en un bosque algo confundido.

-Donde estoy?- pregunto a si mismo en él sueño- Nunca antes he visto este lugar.- mencionó mas para él mismo que para alguien más.

Se encamino, sabiendo que seguramente no estaba despierto y solo era un sueño, una ilusión producida por su cerebro, siguió ese bosque hasta llegar a un lago.

Este parecía encantado por aquel lugar, en él agua se reflejaba una brillante luna y flores de medianoche parecían moverse al compás de la brisa de un lugar a otro.

Distraído y asombrado, por fin miro al otro extremo del lago...

Observo allí a una delicada figura y su respiración se aceleró, era aquella joven hermosa que siempre parecía dormida con la que había soñado casi toda su vida.

Ella estaba allí, mirando las aguas de aquel lago, posiblemente veía su cara reflejada en él agua y ella parecía confundida.

Él príncipe no dudo ni un segundo en ir hacia ella, se acerco hasta quedar a una distancia común para no asustarla.

-Oye...- le llamo con delicadeza y la chica se sobresalto levantándose de donde estaba y observando él lugar para ver donde podría correr- No te voy a hacer daño.- le tranquilizó él joven.

-Y como se que no mientes?- le pregunto la chica mirándole, parecían un reflejo él uno del otro al cruzar sus ojos.

-Porque yo nunca dañaría a una persona y mucho menos a alguien tan hermosa como usted señorita- dijo con cortesía él joven quien le sonrió para tomar su mano y dejar un suave beso en la parte superior de esta- Soy Len, cual es su nombre damisela?- dijo él príncipe.

-R-rin- respondió un tanto insegura y sonrojada aquella princesa.

-Pareces dudarlo- le dijo él chico mientras la miraba con calidez.

-E-es que, no se donde me encuentro... Y-yo estaba dormida y-y...- ella se veía nerviosa pero se estaba calmando al ver al joven Len allí mirándola con familiaridad.

-Apareció aquí?- le pregunto este y ella asintió- No debe ennerviarse, a mi me paso lo mismo- le aseguro riendo un poco para brindarle a ella confianza.

-Usted también esta perdido?- interrogo ella perpleja.

-Si... Pero no es tan malo como parece- opino él y mientras la chica lo miraba confundida- Pues si estoy perdido en un lugar tan encantador y con una princesa tan bella... Por que preocuparme?- termino haciéndola sonrojar.

-Sólo es un sueño- murmuró la joven.

-Si... Pero es nuestro sueño- le susurro él príncipe tomando su mano.

Ese fue solo él inicio de como por fin conoció a aquella princesa con la cual siempre soñaba...

Fue sólo él principio de lo que seria él final...

Y fue solo él principio de lo que sería su amor.