Entonces alguien hizo su entrada en la habitación. Podría pasar por una aparición divina. Rostro ovalado, con una forma no muy ruda...las mejillas artificialmente sonrojadas que le hacían lucir más infantil.
Sus ojos estaban ligeramente delineados, dándole un toque de sofisticación. Llevaba el cabello completamente liso, sin ningún adorno. Un perfecto alisado japonés en un tono miel tan dulce como esta misma.
Sus labios tenían una forma única; labio superior fino y curvado, labio inferior grueso y suavemente perfilado con un tono melocotón.
Su vestimenta, de apariencia antigua, era sencilla pero hermosa. Se trataba de un komon en tonos lavanda adornado con pequeñas flores brocadas que parecían entrelazarse con su belleza natural.
Unas piernas torneadas y que se antojaban apetecibles podían adivinarse debajo de las finas telas.
Tenía unas manos finas y delgadas, con los dedos largos y las uñas limadas con cuidado, aunque este pequeño detalle a penas podía notarse bajo las largas mangas de su komon.
No llevaba zapatos, tan solo los tabi tadicionales, tan impolutos como recién comprados.
Su apariencia era sencilla, no llevaba joyas ni grandes adornos que dieran a entender que su posición en la sociedad fuera superior a la de los demás. A pesar de ello, desprendía un aura de grandeza y dignidad que podría hacer inclinarse al más honorable de los hombres.
A pesar de todo, un pequeño detalle, al parecer sin importancia, fue el que dejó atónito al pequeño rubio, que apenas había podido incorporarse ante la nueva presencia que se hallaba en la estancia. Y es que aquella vestimenta sencilla, que ni siquiera llevaba el obi tradicional anudado en la espalda para entallar su pequeña cintura, -sino que este se encontraba en la parte delantera-; dejaba ver parte de su pecho.
Y allí no había rastro de atributos femeninos; en su lugar se podían observar unos pectorales poco definidos.
Era un hombre.
A Ruki no le dio tiempo a hacer ninguna pregunta:
-Soy Uruha, la mascota de Tora...-hizo una pequeña reverencia
-Yo soy Ruki-
-Ya sé quién eres, mi nuevo discípulo, dime, ¿Akira ya te ha tomado?-
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Nantaimori
FanfictionMinami, Osaka. Un lugar lleno de crimen, drogas y prostitución. Los clubs y la yakuza poblan la ciudad. Puedes tener suerte, ser un chico malo, entrar en un clan de la mafia, y controlar un barrio. O puedes no tenerla tanto, ser un chico bueno, y ac...