Capítulo 18

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-Uruha, despierta...-otra vez esta maldita voz, a penas si abrí la boca para quejarme y mandarle a la mierda, fuera de mi habitación, cuando noté que su rostro estaba a pocos centímetros de mí

-Shou, aparta-una orden simple, y abrí los ojos, pero no la cumplió, por supuesto, ese maldito grano en el culo nunca me hace caso cuando se trata de dejarme en paz

-Venga, levántate, te he hecho el desayuno-me mostró una de sus amplias sonrisa, las cuales me ponían enfermo, y me levanté del futón, observándole de arriba abajo, pues no tenía más remedio

-Pareces una mujer-le espeté, tirando hacia abajo de la manga de su largo traje morado para descubrir su hombro desnudo-Y ahora una fulana-

-No te quejes, yo voy muy cómodo-se colocó el traje en su sitio, cubriendo de nuevo el rosado pezón que había dejado al descubierto sin querer-Tú lo que tienes es envidia porque Tora-san ya no te deja vestirte así y yo sí puedo-

Me hizo esa burla sin mala intención, y lo sabía, pero no quería ni que me mentara a Tora. En todo el tiempo que llevaba hospedado en casa de Shou; encerrado, no me había venido a visitar ni una sola vez, y tampoco me había llamado, ni siquiera se había preocupado por si Shou me violaba, o me pegaba, o lo que fuera.

Aunque la verdad, eso parece poco probable, Shou es muy buen chaval. Creo que no esta interesado en el sexo conmigo. No me quejo, procura que cuide mi salud y que no deje de comer, me trata bien, aunque solo sea para que mi hermano no le vuele las pelotas de un balazo.

Salgo al jardín a respirar un momento y uno de los tantos gatos de Shou se acerca a lamerme la mano para darme la bienvenida a su territorio.

-Hola pequeño...-me acuclillo y le acaricio, pero no recuerdo su nombre-¿Cómo estás?-se tumbó bocarriba y acaricié el pelaje de su estómago, suave

Un ruido metálico a mis espaldas. Shou había dejado la bandeja con mi desayuno en el suelo. Mi estómago rugía sin parar, pero como siempre, no tenía ganas de comer.

-No dejes que Kuro se aproveche de tu comida-un comentario amable, y su sombra desapareció dentro de la casa

Miré la bandeja con indiferencia, no le iba a hacer ni puto caso de todas formas.

Somos tal para cual.

**

-¿Wonderland?-perdía la señal de mi teléfono móvil, la cobertura en esta casa era nefasta-¡Wonderland, responda!-me ofusqué al no obtener una contestación

-Aquí Wonderland, ¿Rabbit?-por fin una voz al otro lado de la línea

-Aquí Rabbit, mi posición no ha variado desde el último comunicado, me temo que Alicia aún no se abre-me lamenté

-Llevas mucho tiempo con ello, ¿necesitas que te releven?-

-No, lo haré yo-

-Informa en una semana-

-Por supuesto-colgué el teléfono y me dejé caer sobre el sillón-¿Pero qué estoy haciendo con mi vida...?-me masajeé las sienes con cuidado

**

El espectáculo terminó y me metí entre bastidores para poder hablar con esa guarrilla tatuada a la que le había echado el ojo antes:

-Yusura hime~-tarareé, abrazándola por detrás, apoyando mi cabeza en su hombro de manera melosa, estaba mimoso

-Oh, usted debe ser Kazuki-sama, ya me han hablado de usted-no me apartó ni nada, así que la guarrilla buscaba guerra

Le agarré una teta, y sonreí feliz mientras la manoseaba.

NantaimoriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora